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My maudlin career

24 de Abril de 2009 | 18:13 |
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El pop sesentero dejó una herencia que jamás ha sido revivida del todo. Nos referimos a los subgéneros que se desarrollaron ajenos al canon Beatles-Velvet Underground: lo mod, el northern soul, el chamber pop, el baroque pop, el primer country-rock. Escenas que fueron las verdaderas damnificadas por el auge del rock de estadios y la música disco a mediados de los '70. El punk simplemente las pasó por alto. Todo esto, Camera Obscura lo tiene clarísimo. Desde su debut Biggest bluest hi fi (2001) y especialmente con el celebrado Let's get out of this country (2006), toda su obra es una reivindicación del lado menos explotado de los '60. Con My maudlin career llegan más lejos y terminan consagrándose como guardianes de la canción sensible. Junto a sus coterráneos escoceses de Belle and Sebastian, claro, que también lanzarán disco este año.

Según el diccionario inglés-español, "maudlin" es un término que alude con ternura al exceso de sentimentalismo. Algo así como "mamón" pero sin el tono brutal del castellano. Esta idea, junto al concepto de viaje presente en varias canciones rodea el disco. Ahí tenemos entonces, los tristísimos arpegios de guitarra eléctrica en "Othern town and cities". O la excelente cruza de country y soul de "Await with murder" y "Forest and sands". También destacan los majestuosos arreglos de cuerdas de "Careless love" y las armonías vocales de "James". Piezas que llegan a un territorio afectivo que ni la balada más monumental de Coldplay puede alcanzar. Es lo que se pierde en el paso al mainstream. Al igual que en las películas: mientras más se trabaja para ser masivo, más se estandariza el impacto afectivo. 
 
Además, Camera Obscura trabaja con el estándar de los '60: paredes de sonido explícitamente "a lo Phil Spector", voces con reverberacia, órgano Hammond, espesas guitarras eléctricas arpegiadas, percusión beat, secciones de vientos y cuerdas que remiten a Burt Bacharach. "French navy", "Honey the sun" y"My maudlin career" son ejemplos perfectos de como convertir un tributo al pasado en algo contemporáneo. Pero lo mejor está en "Swans", una alegre canción himno y que retoma la idea de "Lloyd I'm ready to be heartbroken". Acá hay órganos y guitarras a ambos lados del parlantes y un texto entre triste y viajero ("Dices que no conoces Alaska / Estoy seguro de que te encantará estar allí"). En una época de singles de MySpace y de cinismo ochentero, My maudlin career es uno de esos raros discos que se escuchan enteros. Ni siquiera dan ganas de adelantar una canción.

—JC Ramírez Figueroa

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