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El creador de colores universales

A sólo tres meses de publicar su tercer disco, Colour, el músico electrónico acaba de estrenar un nuevo álbum: Ritmo Havana, un compilado de las mejores canciones cubanas mezcladas con sus particulares bases y samples. Los ritmos veraniegos se oyen con este artista nortino de exportación que sigue activo en una gira por ciudades del país.

01 de Febrero de 2010 | 10:00 |

El primer caset de Beastie Boys y otro de Run DMC. José Antonio Toto Bravo tuvo su primera conexión con la música gracias a su hermana, quien le trajo esas grabaciones de un viaje a Estados Unidos. Era 1986 y el entonces ariqueño de once años hacía poco tiempo que su único hobbie era surfear sobre las olas de la ciudad del morro.

Pero esos sonidos únicos que tenían Licensed to ill y Run DMC provocaron que cada vez que la tabla flotara sobre el mar tuviera su propio soundtrack. Incluso se transportaron a su vida terrestre. "Siempre me gustaba poner música en las fiestas de cumpleaños. Al resto de los niños no les interesaba mucho, yo era el único que andaba con hartos casets y ponía los discos", recuerda.

Esos regalos de su hermana Luz María se tradujeron luego en un interés por conocer más música. Le pasó cuando tocaba en un grupo punk en su adolescencia, cuyos integrantes se turnaban en tocar la guitarra, el bajo y la batería, instrumentos que Bravo aprendió a ejecutar de manera autodidacta. También le ocurrió a mediados de los '90, cuando estudiaba diseño gráfico en Santiago y por ese entonces conoció al estudiante de arquitectura Christian Powditch, con quien hacía samples de marcada tendencia black music en el software Sound Edit. Desde ese instante, Bravo fue conocido como Bitman, mientras que Powditch como Roban. Los ya extintos Bitman & Roban, a principios de la década pasada, iniciaron una carrera conocida con tres discos: Hurtos (2000), Robar es natural (2002) y Música para después de almuerzo (2005).

Un verano colorido y cubano

Hoy, DJ Bitman, también llamado Latin Bitman, el solista, el padre de dos niños que viaja esporádicamente a Arica para volver a sus raíces surfistas, quiere darle más colores a esa investigación que comenzó en los '80. Su tercer disco fue publicado en noviembre. Se llama Colour y viene con el impulso necesario para equiparar o superar la vara que dejó su antecesor Latin Bitman (2007), álbum que incluso recibió elogios de la crítica especializada estadounidense.

Tiene colores del reggae, el hip-hop, el funk y la bossa nova, que vuelven a fusionarse en la tornamesa de un Bitman capaz de crear un cuadro único entre el español, inglés y portugués que se oyen en algunas voces como las de Francisca Valenzuela, Anita Tijoux y Álvaro España.

Pero Bitman no sólo se ha quedado en eso. Con el auspicio de una marca de ron cubano, acaba de lanzar un nuevo disco que reúne las diez canciones más tradicionales de la isla mezcladas con el característico toque de Bravo, en compañía de antiguos amigos como Jimmy Fernández (ex rapero de La Pozze Latina) y Julián Peña (cantante de Santos Dumont y uno de sus habituales crooners). Con Ritmo Havana (2010) tiene una oportunidad extra para iniciar una extensa gira veraniega con doce fechas bajo el auspicio, además de otras ocho presentaciones de manera independiente.

-Estoy en pleno aprendizaje. Soy autodidacta y creo estar avanzando, pero lejos de la meta final, que obviamente creo que no se llega nunca. Estoy muy contento de tener pequeños logros y reconocimientos -recalca de entrada.

-Representas a una estirpe musical que se da muy poco en Chile, que ha sido valorada incluso en países anglosajones, ¿cuál crees tú que ha sido la clave para este éxito?
-La honestidad y la falta de pretensión en lo que hago, ya sea en el estudio, en vivo o pinchando discos. Hago lo que creo que me gusta y no trato de hacer cosas de ultra tecnología y efectología. Son cosas simples, modos agradables y de ahí para arriba.

-En menos de un año has lanzado dos discos, ¿cuál ha sido tu método de trabajo para crear música en este último tiempo?
-Trabajando a full time y con las ideas súper claras, eso me ayudó a no quedarme pegado en el proceso.

-Han pasado tres años desde que lanzaste Latin Bitman, ¿qué concluyes al respecto luego de todo este tiempo transcurrido?
-Que te vas dando ánimo para seguir indagando en lo que estás haciendo, seguir aprendiendo y trabajando más fuerte.

-¿A qué te refieres con "trabajar más fuerte"?
-Lo que pasa es que trabajar más fuerte significa que hay más presión. Si te va bien con un disco, estás automáticamente obligado a hacer algo igual o mejor. Y para eso significa trabajar más, porque, por ejemplo, del Latin Bitman yo habré hecho unas treinta maquetas, pero para el Colour hice unas sesenta. Hay más búsqueda, hay más trabajo, hay más tiempo invertido.

-¿Qué inspiraciones tuviste que esos dos discos?
-Es una música que uno tiene marcada y que a través del tiempo va aflorando. No es que uno copie, sino que son cosas que uno tiene. A la hora de hacer música todas esas cosas van aflorando y para mí la inspiración siempre ha sido el surf, las cosas sencillas y en los estilos musicales. Es todo lo que he podido encontrar dentro de eso, el reggae, el funk, el hip-hop, la música negra.

-¿Para grabar esas canciones improvisas antes?
-Parto en cero y pocas veces parto con la idea fija. Pero sé más o menos lo que quiero hacer y a dónde quiero llegar. En la música, parto improvisando hasta que llego a algo. Y luego empiezo a desarrollar.

-En Colour tienes invitados muy distintos como Anita Tijoux, Fran Valenzuela y Álvaro España, ¿cómo armaste las canciones con ellos? ¿Se regían bajo la base musical que tú les entregabas?
-Sí, yo hago la canción y se las muestro. Luego, ellos hacen la letra, la revisamos y corregimos algunas veces, y la grabamos. Por lo general yo tengo una idea de cómo debiera ser cantado, al menos en los coros, y eso lo integramos con la letra. Es un honor haber trabajado con ellos tres. Es súper entretenido también al ver cómo se incorporan al trabajo en las canciones. Cada uno tiene su estilo y su sello también. Estoy muy agradecido de su disposición.

-Con Tijoux y Valenzuela incluyes más voces femeninas en este disco con respecto al anterior, ¿Significa algo para ti?
-Es súper necesario tener hombres y mujeres, idiomas, ritmos, para lograr un disco abierto y multicolor. En lo que hacen son maravillosas así que es un completo honor también haber trabajado con ellas.

Más allá de la cordillera

El artista cuya canción “My computer is funk” fue inscrita como una de las diez mejores de 2007 según el New York Times, planea varias presentaciones en el extranjero tras su gira nacional. Destaca la posibilidad de ir a China para participar en la Expo Shanghai, lo que se suma a las negociaciones que está haciendo su sello, Nacional Records, para que realice fechas en Japón.

También estará en México, en el Festival de Artes de Guadalajara el 14 y 15 de mayo. Allí negocia además presentarse en el próximo Vive Latino. Estados Unidos también se asoma, donde participará en el Latin Alternative Music Concert (LAMC), que se realiza en el Central Park de Nueva York junto a artistas de la talla de Julieta Venegas y Plastilina Mosh. En este evento también se presentó en 2008.

-¿Cómo ha sido la relación con ese tipo de artistas?
-Soy amigo de ellos. Cuando vienen a Chile me piden que yo sea su DJ en el escenario, y allá también. Ellos han colaborado con una canción mía en el disco pasado. Tenemos una relación de amistad y artística.

-¿Tienes planes de dejar Chile para internacionalizar tu carrera?
-Es la idea en el caso de que esto siga como va, pero falta mucho tiempo para eso. Tendría que irme con la película súper clara de cuál va a ser mi rol allá. Está la intención porque se ve que hay una buena recepción, pero yo no te puedo decir que me voy a ir en tres semanas a hacer tal o cual cosa. Creo que se va a ir desarrollando con el tiempo, a medida que vaya yendo y viniendo hasta que se empiecen a lograr cosas. Puedo irme como productor musical, por ejemplo, para dedicarme a hacer música para otros artistas y la mía. Así podría vivir de eso.

-¿Qué le puedes entregar a mercados tan amplios como el mexicano o el estadounidense?
-Algo distinto, una nueva forma de ver la música, sin casillas y abierta a todo, creo que eso es lo que más les gusta de mi música. Conceptualizar los discos de una manera distinta a la que por lo general se hace. En el mío lo que yo estoy haciendo es juntar muchas cosas. Puedes encontrarte en un disco con distintos tipos de música y canciones nada que ver unas con otras. Eso es distinto, no es único ni lo último, pero sí es algo que no está tan desarrollado. Es un plus que yo sea de Chile y no uno más de allá.

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