En honor al acordeón: chileno Ignacio Hernández marca un sonido y una escuela

SANTIAGO.- Luego de su estudiar durante dos meses en Brasil, el acordeonista chileno Ignacio Hernández, destacado en 2009 como uno de los más resonantes valores jóvenes, vuelve al país para fundar una escuela de música.

Con nuevas composiciones Hernández continúa con la promoción de su primer disco A contramano y organiza nuevos conciertos de música para acordeón.

El 26 de diciembre del año pasado, Ignacio Hernández repletó el Teatro Circus Ok en el lanzamiento de su primer disco, una colección de melodías sincopadas editado por Sello Azul entre su partida de artistas de 2009.

Su interpretación y talento, junto a sus invitados internacionales Mirco Patarini y Aldo Taborda, causaron gran expectación en el público que llegó esa noche a ver a este trío de acordeonistas. En esa ocasión incluso quedó gente fuera del recinto.

Luego del lanzamiento, Hernández viajó a Brasil para perfeccionarse en la ejecución del acordeón con el maestro italiano Dante D'Alonzo. Además aprovechó su estadía en ese país y dio varios conciertos en las ciudades de Jaú, Bauru y Saö Paulo, bajo la presentación del Círculo de Acordeonistas de Brasil.

Con reuniones a diario con Ángelo Sanzovo, propietario de la fábrica Scandalli de Brasil y socio de Mirco Patarini y Leonardo Menghini, dueños italianos de la marca y donde Hernández es el representante oficial en Latinoamérica, Hernández se ha preocupado de perfeccionar sus conocimientos y volver con nuevas composiciones.

Fuelle, teclado y botonera

“Siento que uno nunca termina de aprender y son impresionantes las posibilidades que te brinda el acordeón, por eso que me parece muy interesante estar siempre estudiando porque esa es la única forma de progresar y no quedarse estancado”, dijo el músico.

Con esa idea, Ignacio Hernández regresó a Chile para crear la Escuela Profesional de Acordeón, que iniciará sus lecciones en abril. “La idea es formar acordeonistas íntegros en materia de interpretación, capaces de resolver problemas técnicos, teóricos y de repertorio entregando al alumno una formación teórico-práctica, desarrollando sus capacidades técnicas, creativas, interpretativas y reflexivas en torno al acordeón”, enfatiza el músico.