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"La gran música de Yes es un modelo hecho en los años ’70"

Este jueves 25 toca en Santiago el grupo insignia del rock sinfónico. Y viene de vuelta en su versión más sinfónica imaginable. Un ejemplo: el guitarrista Steve Howe consultado acerca del próximo disco de Yes. "Es como preguntar a Stravinsky cómo iba a ser La consagración de la primavera antes de que la escribiera. ¿Cómo podría describirlo?", dice aquí.

25 de Noviembre de 2010 | 11:48 |
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Foto: Robert Knight / sitio oficial de Yes.

Es en un domicilio en Los Angeles, California, donde responde el teléfono el guitarrista de Yes, pero da lo mismo cuánto tiempo él lleve viviendo en ese país: el acento de viejo lord inglés de Steve Howe es a toda prueba. Un lord del rock, en todo caso. A sus 63 años, y con cuarenta de ellos como parte de la banda británica Yes, el músico es integrante legendario de uno de los grupos característicos del movimiento de rock sinfónico y progresivo iniciado en los años '70. Y hablar con él es entrar en contacto con lo más estricto de esas tendencias.


Yes se dispone a presentar en Chile con un concierto este jueves (ver recuadro) su actual alineación, formada por Benoit David (voz), Steve Howe (guitarra), Oliver Wakeman (teclados), Chris Squire (bajo) y Alan White (batería). Tres de ellos son históricos: el bajista Chris Squire es el absoluto fundador de Yes junto al inconfundible cantante Jon Anderson, hoy alejado de la banda; el guitarrista Steve Howe llegó en 1970 y el baterista Alan White en 1972. Y los otros dos son socios nuevos. Oliver Wakeman es hijo de Rick Wakeman, el más famoso tecladista de Yes, y Benoit David lleva dos años en el puesto de Jon Anderson.


-¿Cómo funciona esa alineación actual? ¿Una mezcla de novedad con experiencia?
-Sí, es bastante así como dices, yeah -asiente Howe-. Estamos estos duros de matar que somos Chris, Alan y yo, que llevamos años tocando, y los integrantes nuevos nos dan una especie de aproximación fresca, al mismo tiemo que la oportunidad de tocar con Yes les permite desarrollar su estilo. Hay sido muy bueno para nosotros. Ya van dos años de que nos juntamos con esta alineación y está funcionando realmente bien, son buena gente. Oliver (Wakeman, el tecladista) está sobre el piso en el que estaba su papá, y Ben (Benoit David, el cantante) es una especie de pez nuevo en el acuario. Ha tenido mucho que aprender y es el que tiene menos experiencia, pero hay en él una tendencia natural al aprendizaje.


-¿Cómo es tocar con Oliver Wakeman, por ejemplo? ¿No es la idea que sea un Rick Wakeman Segundo?
-(Se ríe). Es una oportunidad para él, para ayudarlo a desarrollar su carrera y al mismo tiempo para que nosotros continuemos. He trabajado con Oliver en algunos proyectos previos y nos conocemos desde antes de que fuera integrante de Yes. Somos amigos. Y Ben es como un milagro que ocurrió cuando pensamos que Jon (Anderson, el vocalista histórico de Yes)... Pensábamos reemplazar a Jon con alguien que fuera un buen cantante, pero no esperábamos que fuera alguien que contribuyera con un sonido naturalmente similar al de Jon. Eso es de verdad bastante milagroso y estamos muy complacidos. Es bueno con las letras, se las sabe, no necesita un teleprompter. Está todo bien.


-La pregunta es cómo ha recibido el público a este pez nuevo en el acuario.
-Nos ha asombrado: no ha habido nada negativo. Bueno, no diría que nada: hubo un tipo que tuvo que ser tranquilizado en un show dos o tres veces y terminaron expulsándolo definitivamente, porque se dedicó a interrumpir el concierto. Pero fue uno en ciento veinte conciertos -se ríe-. No hemos decepcionado a nadie, nadie ha venido a quejarse.
 
-¿No es difícil sustituir la voz de Anderson, que es casi como otro instrumento de Yes?
-Por supuesto Jon tiene su propia base de fans, por supuesto hay gente más cercana a él, tiene sus incondicionales y ellos pueden ir a verlo tocar en vivo en Inglaterra en este momento. Jon está haciendo giras como solista, y lo mismo con Rick (Wakeman, el tecladista histórico). Así que de algún modo siguen estando ahí. La forma en que tocan a Yes no es con precisión al pie de la letra; cuando tocan a Yes no es exactamente con la música, las melodías ni los acordes correctos. Lo tocan de acuerdo al modo en que ellos lo ven. Pero en Yes con nosotros de lo que se trata es de... reproducir algo. Creemos que la gran música de Yes es un modelo hecho en los años ’70, y de eso se trata ahora.


Las pesadillas de Howe


-A propósito de eso, ¿no le complica que el foco de la gente con Yes siempre esté puesto en los '70 o los '80? Después de todo han pasado más de veinte otros años desde entonces. ¿Cómo ve los rumbos que ha tomado la música de Yes en estos últimos veinte años?
-En realidad el grupo empezó en el '68, dos años antes de que yo llegara, e incluso hicieron dos discos estilísticamente muy buenos al comienzo. Con lo que hicimos en los '70 y '80, bueno, estamos todos familiarizados. De verdad lo que pasó en los '90 y en los 2000 es que la música que hicimos en ese tiempo... fue difícil, para ser honesto. Es difícil, porque a la gente el cuesta aceptar los roles de los demás, y hubo conflictos en torno al tipo de música que podíamos hacer.


No es posible entender los conflictos de los que habla Howe sin situarlos en la historia del grupo. A lo largo de sus cuarenta y dos años la formación más reconocida de Yes ha sido la de John Anderson (voz), Steve Howe (guitarra), Rick Wakeman (teclados), Chris Squire (bajo) y Alan White (batería). Pero la genealogía incluye salidas y entradas de más gente, como el guitarrista original Peter Banks que duró hasta 1972, el tecladista original Tony Kaye, quien volvió a entrar en los '80 y '90, el baterista original Bill Bruford, que reapareció en 1989, el tecladista Patrick Moraz entre 1974 y 1977 y el guitarista Trevor Rabin, que transformó a Yes en una máquina de hits entre 1983 y 1987.


Sus dos primeros discos son Yes (1969) y Time and a word (1970), con un par de covers de los Beatles y los Byrds y con una orquesta respectivamente. Pero es en The Yes album (1971) donde delinean su estilo, con piezas como "Starship trooper" y "I’ve seen all good people", y entre el rock sinfónico y los paisajes fantásticos creados para sus carátulas por el artista inglés Roger Dean, el grupo grabará los LPs Fragile (1971), con el éxito "Roundabout" y la llegada de Rick Wakeman; Close to the edge (1972), con el hit "And you and I"; el LP en vivo Yessongs (1972), el LP doble Tales from topographic oceans (1973), Relayer (1974), Going for the one (1977) y Tormato (1978).


Un primer cambio drástico fue la incorporación de Trevor Horn (voz ) y Geoffrey Downes (teclados), el muy new wave dúo Buggles, autores del hit "Video killed the radio star", unidos a Howe, Squire y White en el disco Drama (1980). Y fue apenas un preámbulo. Mientras Steve Howe se iba a formar el supergrupo progresivo Asia, en Yes tomó el control un guitarrista nuevo, el sudafricano Trevor Rabin, y junto a Anderson, Tony Kaye, Squire y White transformó al grupo en una banda rockera de éxitos pop, con los discos 90125 (1983), propulsado por el mega hit "Owner of a lonley heart", y Big generator (1987), con más de la misma receta en "Love will find a way" y "The rhythm of love".


A esas alturas, tal como con Quilapayún o Inti-Illimani, Yes estaba dividido en dos, porque en paralelo apareció el álbum Anderson Bruford Wakeman Howe (1989), grabado por esos mismos cuatro ex integrantes mencionados en el título. Todos se unieron literalmente en el siguiente disco, Union (1991), grabado por los ocho: de un lado Trevor Rabin, Tony Kaye, Chris Squire y Alan White, y del otro Jon Anderson, Steve Howe, Rick Wakeman y Bill Bruford. Y la historia siguió en los '90 con Talk (1994), último álbum con Trevor Rabin; Keys to ascension (1996), vuelta al rock sinfónico con el retorno de Rick Wakeman, y los tres más recientes a la fecha: Open your eyes (1997), con Anderson, Howe, Squire y White además del guitarrista Billy Sherwood, The ladder (1999), con los mismos más el tecladista ruso Igor Khoroshev, y Magnification (2001), con una orquesta en lugar de tecladista.


-Digamos que Keys of ascension fue el comienzo de la formación de los '70 reformada -retoma en este punto Steve Howe-, pero hicimos el proyecto completo y nunca nos fuimos de gira. Y es por eso que Billy (Sherwood) e Igor Korshev aparecieron, porque necesitábamos vitalidad nueva de gente que nos ayudara. Así que llegaron y, te digo, Open your eyes de verdad fue una pesadilla. Y The ladder fue una pesadilla similar, y Magnification fue una especie de pesadilla también.
 
-¿Así de mal?
-Fueron pesadillas para mí en particular, porque no tenía esperanza de que esto volviera a ser como en los '70. Nunca pensé ni esperé que fuera igual, pero el tipo de problemas que tuvimos haciendo esos discos fue motivado por la historia de los '80 y '90, en la producción de las canciones: Yes hizo "Owner of a lonely heart", que es básicamente de un disco solista pop de Yes, y lo que eso dejó fue una cicatriz que no se pudo borrar. El grupo estaba desesperado por un hit, y yo no lo estaba. No me interesaba tener un hit, no quiero a Yes detrás de un pedazo de desecho barato, quiero a Yes escribiendo sinfónicamente, orquestalmente, en un gran formato, y no preocupado de que en la radio toque un cliché poppy cualquiera como "Open your eyes". Esas canciones estaban tan por debajo de los talentos de Yes. El talento de Yes no consiste en escribir hit singles, no somo ese tipo de grupo y jamás habríamos llegado a ninguna parte así. Creo que el legado de Yes tiene mucho más que ver con los '70 y los '80.


Howe ni siquiera hace una pausa para continuar. "Open your eyes, The ladder, no son el modo correcto de hacer un disco. Tienes que ensayar, escribir las canciones, ir al estudio. Para Magnification no hicimos nada de eso: hicimos todo en el estudio (de grabación). Lo cual es extravagante, es aburrido y no es como se debe hacer, no tiene ni la preproducción ni la pos-producción que son parte de la forma de trabajar de Yes. Básicamente esos discos en el medio fueron un proceso difícil de superar. Si hacemos un disco ahora de alguna manera se puede parecer, porque es más fácil grabar. Pero no es como en los '70, porque ésa fue la época en que (el sello) Atlantic nos dio la bendición completa de hacer todo lo que quisiéramos y les gustaba eso. Pero eso cambió, las expectativas de los sellos es que llegáramos con nuevos hits.


-O sea, ¿cero posibilidad de escuchar nada parecido a "Owner of a lonely heart" en vivo en esta vuelta?
-No estamos tocando nada de eso ni nada de 90125 (el disco que incluye ese hit). Básicamente es lo de los '70, nada de 90125 y eso sería.


-En el sitio oficial tienen anunciado un disco nuevo, por el sello italiano Frontier. ¿Qué se puede saber de eso?
-No sé como describirlo. Recién conversábamos del hecho de que no hemos grabado un disco desde, no sé... 2001, o sea son como diez años. Estoy contento de volver a grabar, porque muchos de esos discos fueron verdaderos dolores de cabeza y dejaron un sabor tan amargo, así que trataremos de hacer un disco agradable, con el que nos sintamos bien y que sea del gusto de todos. ¿Qué puedo decir? Es como preguntar a Stravinsky antes de que escribiera La consagración de la primavera "¿Cómo va a ser La consagración de la primavera?" ¿Cómo podrías describirlo? No voy a vender este disco por anticipado: es la música que podemos hacer, va a ser otro capítulo, otro paso en la carrera discográfica de Yes. Todavía no sabemos, no está terminado pero está sonando muy bien.

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