"En la mezcla está el futuro"

Por Pedro Subercaseaux (1978) es la encarnación del músico inquieto. No sólo por sus proyectos (CHC, Tropiflaite, Hermanos Brothers, Yaia) ni múltiples colaboraciones (con Jorge González, Gepe o Leonel García, ex cantante de Sin Bandera). También por desmarcarse de las clásicas categorías del pop chileno. Pedro puede rapear, trabajar con texturas electrónicas o hacer estribillos radiales impecables. Y aun así busca llegar más lejos. El 2009, bajo el nombre de Pedropiedra realizó uno de los mejores discos de la temporada. Pero necesitaba, en sus propias palabras hacer algo más "contrastado", más "intenso", más "diferente" a aquel melódico debut.

Así nació Cripta y vida. Un disco que, si bien mantiene su política de canción popular de tres minutos, dobla la apuesta y el riesgo. Su idea era hacer un trabajo donde las canciones fueran menos parecidas entre ellas y mostrar cuan lejos puede llegar.

-Cuando un músico graba un disco, en general busca diferenciarse del anterior o profundizar en lo logrado antes. ¿Cómo se relaciona Cripta y vida con tu debut?
-Yo diría que es una continuación lógica. Es otro disco de canciones de tres minutos y creo que producen el mismo efecto que el anterior. Ahora, me parece que este disco es un poco más "multipolar ", por decirlo de algún modo. Acá las canciones se parecen menos entre sí. La sonoridad es más esquizofrénica en cuanto a arreglos. Si el otro disco fuera una infancia, yo veo a éste como una pequeña adolescencia. Un poco como salir de la cuna, reventarse una espinilla y asomarse por la ventana a ver lo que hay afuera.

-¿Cómo grabaste el disco? ¿Trabajaste las canciones en tu casa o las "rearmaste" en el estudio?
-Al momento de grabar la música las canciones ya estaban totalmente definidas en sonoridad y melodía pero faltaban las letras. Esa parte la trabajé y grabé en casa. En mi mente tenía la idea de un disco más colorinche que el anterior. Pienso que Pedropiedra se sustentaba de manera casi majadera en la sonoridad "batería - guitarra - bajo - piano - voz limpia".

-¿Tuviste en mente algún "sonido" en particular?
-Quise meterme en más de cosas. Darle algunos toques más sicodélicos. Pero en esencia, es el mismo personaje el que canta. Las letras hablan, al final, de los mismos temas: amor, tedio, miedo, duda...

-¿Alguna canción que sientas que te llevó a una nueva cima compositiva?
-Los cuatro compases que siguen al segundo estribillo de "Occidental". De lo que he hecho, es lo que más me gusta.

-Eres uno de los músicos que más colabora con sus pares. ¿Crees que el intercambio entre diversas escenas musicales potencia más que juntarse con los mismos compañeros de estilo?
-Lo principal es poder comunicarse primero. Entre estilos y personas diferentes. De ellos uno siempre va robando distintas cosas. Me fascina la mezcla y odio los estereotipos. Ya van muchos años del rockero con chaqueta de cuero, que debe obligatoriamente ser muy rockero. Lo mismo pasa con el rapero o cualquier molde que transforma a los músicos en personajes como los del jugo Kapo. En la mezcla esta el futuro y hacia allá me gustaría moverme. Pero manteniendo siempre un pie en la tradición de la canción, que es lo que estoy tratando de hacer.

-Siguiendo con el tema, ¿crees que en los artistas y bandas jóvenes se debaten entre el viejo modelo de hacer música (esperar ser descubiertos por un productor, sonar en las radios, ser portadas de revistas) y el nuevo (trabajar en la casa, organizar tocatas en regiones por mail, contactarse con otros músicos)? A veces parece que la mayoría de las bandas chilenas "inéditas" sigue trabajando como si estuviéramos en 1995...
-Es bastante así. Si uno quiere realmente trabajar y hacer cosas debe bajar las exigencias al resto y subir el nivel propio. En lugar de esperar que a uno lo descubran, es mejor tratar de descubrirse uno mismo. Qué puedes hacer para salvarte a ti. Para mí, la música es una especie de instrumento de autoayuda. Si sólo existen sueños de fama y plata es difícil que resulte algo duradero y consistente. La búsqueda va más allá de eso. Si lo tienes suficientemente arraigado, los reveses y frustraciones son sobrellevables... a menos que sean demasiado frecuentes. Una realidad que, afortunadamente no me tocado lidiar todavía. Aunque siempre estoy preparado.

-¿Es idea mía o lo pasas más bien que el promedio de los que hacen música?
-Lo  paso igual que todo el mundo nomás. A veces bien, a veces mal. La mayoría del tiempo, una mezcla. 

-¿Cuáles son tus planes con Cripta y vida?
-Quiero tocar en más y mejores lugares, en países más lejanos y llegar a más gente. Es un lindo medio de comunicación, sobre todo ahora, que se hace de manera muy personalizada y a pulso. Hay montones de lugares de chile donde me gustaría llegar. No quiero ni cagando cantarle a una elite ni ser la mascota de turno de ningún medio. Mi principal ambición tiene que ver con lograr abrirme lo más posible y sacar todas las cosas que llevo adentro. Las buenas y las malas. Y convertirlas en canciones que tiendan un puente entre mí y el resto de la gente.