Timadores funados por "En su propia trampa" amenazan a periodista

SANTIAGO.- Una vez más las "venganzas" de Emilio Sutherland fueron vistas por gran parte de la audiencia televisiva del jueves, ya que el programa "En su propia trampa" promedió 33,1 puntos de rating entre las 22:27 y 23:40 horas, según informa People Meter. Pero el éxito tuvo sus costos: el periodista fue "amenazado" por los estafadores.

En el quinto episodio del docurreality, se pudo ver cómo algunos bomberos de estaciones de servicio engañan a sus clientes cargando menos gasolina de la cobrada. Los estafadores utilizan una simple "técnica" para lograr su cometido: impiden que el cliente pueda ver el medidor de combustible mientras hacen la carga y luego lo "resetean" con un botón predeterminado que marca la suma de diez mil pesos.

Según el programa, este engaño afecta mayoritariamente a mujeres. Por eso, la trampa tendida por el equipo de Sutherland consistió en hacer pasar un mal rato a los trabajadores con ayuda de una joven atractiva: la modelo de discoteque Adriana Barrientos.

Barrientos cargó 10 mil pesos, pero depositaron en el estanque sólo siete mil. La modelo fingió no percatarse de la estafa, pero puso en marcha la venganza. El plan consistía en  distraer a los bomberos por casi una hora, pidiendo ayuda para cambiar un neumático y solicitando que abrieran su auto a la fuerza, porque había dejado las llaves adentro. La situación se puso tensa cuando llegó el supuesto novio de Barrientos a reclamar que estaban intentando robar el auto. El punto cúlmine de la vendetta se produjo cuando el musculoso cómplice se enfureció al percatarse de que el estanque tenía menos bencina de la pagada.

Estas imágenes, junto a la posterior confrontación de Sutherland a los trabajadores, llevó a que el programa tuviese un peak de rating de 39 puntos.

El periodista de "Contacto" enfrentó un incómodo encuentro con los estafadores, ya que éstos se sintieron atacados y lo amenazaron burdamente con la frase "ya nos vamos a ver en la calle". El conductor respondió con firmeza y asertividad al ataque, recalcando que todos los descargos podían ser hechos públicamente frente a las cámaras.