Denisse Malebrán saludó a su historia y a la de la música local en #Descúbrelos

SANTIAGO.- Un homenaje a la música chilena y un recorrido por la misma, anunció Denisse Malebrán en los minutos previos al inicio de la cuarta sesión del ciclo #Descúbrelos —en el backstage de la Sala SCD de Bellavista—, aludiendo al espíritu que impregna su reciente disco Mi Caravana.

Instantes después, arriba del escenario, la cantante ratificó que su presentación iría efectivamente por esa línea, pero con un complemento. Porque el recorrido no fue sólo por los sonidos de la música popular chilena, sino también por los diversos perfiles que la artista ha cultivado durante su trayectoria, desde sus inicios con Saiko hasta su tercer trabajo como solista.

La línea que separa a ambos recorridos es delgada. Porque aunque Mi Caravana esté marcado por el sonido vintage que patentaron viejos héroes locales (como Los Ángeles Negros), e incluya covers como "Por qué no fui yo tu primer amor" (lejanamente popularizada por Gloria Benavides), ya los propios trabajos de Malebrán han dado cuenta de una diversidad tan amplia, que atraviesa distintos géneros cultivados en nuestra escena.

Así, tras la apertura con "Por qué no fui...", el paseo incluyó el pop oscuro de "La fábula" (del primer álbum de Saiko), la luminosidad femenina y acústica de "A viajar" (de su primer disco, Maleza), la intensidad eléctrica de "Amnesia" (pese a un feísimo error de su guitarrista) y la festividad lúdica de "Mi caravana".

Entre ellas, la intimidad de "Llévame" (de Pagana), el recuerdo de "Lo que mereces", el romanticismo histórico de "Perderme a mí" y la delicadeza de "Asilo", uno de los temas más bellos de su reciente disco, y que interpretó a dúo con Carolina Nissen.

Precisamente la valdiviana fue la encargada de abrir la noche, de la mano de su primer y homónimo álbum, editado por el Sello Azul. Acompañada sólo por un músico, la cantante ofreció una sesión de intimidad múltiple. Porque además del contacto cercano con el público, tanto interpretando como dialogando, el propio repertorio de Nissen ya permite acercarse al mundo personal de esta artista.

Letras como las de "Miedo", "Todo en su lugar" y "Siempre igual", son ventanas abiertas hacia inquietudes y obsesiones que la propia cantautora no teme confesar a la audiencia, instalando los leños para una fogata que su delicada interpretación termina por encender, con una llama que, aunque a veces parezca tenue, irradia una calidez irresistible.