Babasónicos mostró todas sus caras en encendido concierto en el Caupolicán

SANTIAGO.- Esto es un romance firme y sostenido. Ya sea con temas del año 1992 o de 2011, con aires psicodélicos, románticos o discotequeros, lo de Babasónicos y sus seguidores chilenos no sólo no decae, sino que exhibe una frescura como pocas.

La razón no es nada de compleja, porque exactamente ese proceso es el que el grupo argentino se las ha arreglado para sostener e incrementar su popularidad, en sus cerca de dos décadas de trayectoria.

La última muestra al respecto se llama A propósito, el disco que el conjunto editó hace apenas algunas meses, y que esta noche vivo a mostrar en vivo en Santiago,  ante un Teatro Caupolicán con cerca de cinco mil entusiastas.

En esa producción y en la anterior Mucho (2009) estuvieron los primeros énfasis, en un recorrido que bien dio cuenta de las diferentes sensibilidades que conviven y se expresan en el grupo. La partida, cerca de las 22:30 horas, fue con la reciente "Tormento", portadora de una cadencia luminosa y sensual que ya es parte de sus marcas.

Con estructura bailable, la apuesta se mantiene en "Microdancing", para luego girar al rock and roll de "Cuello rojo" y del primer clásico de la velada, "Irresponsables" (del esencial Infame, de 2005). Entre ellas, los aires primaverales y lúdicos de "Yo anuncio", para luego pasar al tema "más antiguo que tocaremos esta noche", "Chicos en el pasto" (de Pasto, 1992).

De la misteriosa "Flora y fauno", el paso es al romance lisérgico de "Ideas" y los aires country de "El ídolo", en un paseo que comanda como siempre el carismático Adrián "Dárgelos" Rodríguez, bien secundado por los siete músicos que alternan bases electrónicas o diálogos entre tres guitarras, según sea necesario. Buen complemento desde el lado de la actitud es Diego "Uma" Rodríguez, mientras que en la ejecución el impasible Mariano Roger nuevamente sobresale.

Pero el capitán del barco es Dárgelos, y lo suyo no es sólo circo. "Tengo el deseo, la convicción y la determinación de que haya una educación igualitaria en Chile y en toda Latinoamérica", dijo antes de que la fiesta siga con uno de los momentos más altos, en la trilogía que une a "Muñeco de Haití" con sus hermanas "El Sultán" y "Jaula".

Se trata de una verdadera rave de genética rockera, que da paso a una seguidilla de clásicos ("Putita", "Y qué", "Los calientes") para coronar la noche, en la que Babasónicos demostró que los caminos a la comunión son diversos, pero el punto de llegada es el mismo.

Figura creciente

La apertura a las 21:30 estuvo a cargo de la local Javiera Mena, quien alternó temas de sus dos discos (Esquemas juveniles y Mena) en cerca de 40 minutos de presentación.

La cantautora logró entusiasmar al público con un repertorio dedicado al segmento más bailable de su oferta, representado por piezas de construcción electropop como "Primera estrella", "Hasta la verdad", "Sufrir" y "Luz de piedra de luna".

En ellas, y en las excepciones que marcaron las más íntimas "Esquemas juveniles" y "Sol de invierno" (junto a Gepe, su socio de siempre, hoy nuevamente en batería), Mena evidenció que sus avances escénicos se encuentran en rumbo sostenido. Lejos de la apatía de sus inicios, y pese a cierta inestabilidad en su interpretación, la chilena hoy es una artista que puede ser cautivadora, y que con toda propiedad comienza a probarse el traje de figura.