EMOLTV

Cuestión de fidelidad

Un repertorio generoso de veinticinco canciones trajo para su segundo concierto en Santiago la pianista y cantante moscovita, que actuó este miércoles 3 de abril en Movistar Arena.

05 de Abril de 2013 | 18:57 |
imagen

La cantautora de origen ruso volvió a cautivar a sus seguidores chilenos.

Felipe González

"Es agradable tocar aquí ahora que nadie necesita ser rescatado", dijo sobre el escenario al promediar su concierto en la capital la cantante y pianista Regina Spektor, con el recuerdo patente de cuál fue su debut en Santiago hace dos años y medio, la misma noche en que terminó el bullado rescate de los treinta y tres mineros del yacimiento San José el 13 de octubre de 2010.

Fue una señal de complicidad exclusiva entre esta artista moscovita por nacimiento y neoyorquina por adopción y el público local, que confirmó a su vez lo estrecho de esa relación en la segunda visita de Regina Spektor a Chile: un cariño correspondido, de una parte con el recibimiento caluroso de la audiencia y de otra con las veinticinco canciones en más de una hora y media que la cantante presentó en Movistar Arena.

Esta vez era la música el principal argumento, y Regina Spektor fue generosa. No faltó ninguno de los éxitos que la cantante ha popularizado, como "On the radio", "Better", "Fidelity", "Samson" y "The call" entre varios otros, dispuestos a lo largo de un repertorio representativo de la mayoría de sus seis discos y marcado por la delicadeza del piano como instrumento base y por la estupenda interpretación de la cantante en directo.

Las armonías de las canciones de Regina Spektor no siempre son audaces, pero son las melodías y la interpretación los auténticos pilares de la efectividad del concierto. Sin aspavientos, con un volumen cercano al susurro cada vez que dialoga con el público o saluda, esa misma voz adquiere distintos matices cuando se trata de cantar, con la afinación precisa que demuestra en vivo y que llega al extremo en las ocasiones en que entona a la perfección dos melodías a capella, al iniciar el show y casi al terminarlo.

Un baterista, un violonchelista y un tecladista son toda su compañía sobre el escenario, y con ellos prueba además su minuicioso manejo de las pausas y los silencios en los arreglos de las canciones. Un par de veces intensifica la velocidad y consigue un pop más movedizo, pero en general el pulso es quieto, apropiado para la escucha contemplativa, aunque no por eso menos entusiasta, que le dedican las cerca de cinco mil personas reunidas en el recinto.

Esa calidez contrasta con la frialdad de un recinto como esta arena, demasiado grande para dar cuenta de la intimidad que genera la cantante en escena. Pero aún así esa cercanía se impone. "Te amo", traduce, responde y sonríe la cantante luego del primer "I love you" que escucha, apenas iniciado el concierto. "Spasiva", llega a agradecer en ruso ante alguna frase desde el público. Y son sonrisas auténticas las que le arrancan las declaraciones de amor y hasta de matrimonio en inglés y en español que recibe de la platea entre una canción y otra. Fue intenso ese debut de octubre de 2010 en Chile, pero en este primer regreso quedó demostrada la vigencia de ese encanto compartido entre Regina Spektor y el público chileno.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?