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Sobrino de Jaime Guzmán y película sobre su tío: "Los poderes fácticos han remado en contra"

Ignacio Santa Cruz estrenará el próximo 17 de octubre "El tío", cinta en la que expone la compleja experiencia de "descubrir" quién fue el hombre que lo acompañó de cerca durante su infancia.

14 de Septiembre de 2013 | 14:24 | Por Francisca González C, Emol

SANTIAGO.-  Ignacio Santa Cruz recuerda sus primeros años de vida y en ellos ve claramente la imagen de su tío, Jaime Guzmán. El hermano de su madre iba a visitarlo con frecuencia, al menos dos veces al mes, sin falta. Juntos reían, almorzaban, tenían "exquisitas conversaciones" y consolidaron una relación estrecha, de esas que en la infancia dejan una huella.

Pero los años pasaron e Ignacio empezó a escuchar. A escuchar críticas que "demonizaban" al hombre que hasta los 11 años fue su figura paterna; a escuchar a quienes lo alababan por ser una de las caras insignes de la dictadura de Pinochet. Y al escuchar, nace la curiosidad.

Fue su interés en el lado político de su tío —faceta que él jamás conoció cuando niño— el que lo llevó hace más de dos años a expresar sus inquietudes en la obra de teatro "Guzmán". Pero la investigación que llevó a cabo para ese montaje no se cerró allí: la extendió para llevarla al cine, a través de la cinta "El tío".

"Con el pasar de los años y mi natural enfrentamiento al hecho de su asesinato, así como a un importante desprecio por parte de mucha gente hacia Jaime, me di cuenta de que uno de los afectos importantes de mi vida familiar era objeto de un endiosamiento por un lado, así como de una demonización por el otro", cuenta Santa Cruz a un mes del estreno en Chile. "Por tanto, me parece lo más natural preguntarse quién efectivamente era el hermano de mi madre, mi tío más cercano, el arquitecto de la institucionalidad de mi país, el connotado político y profesor de derecho".
 
"Mi pregunta siempre fue por qué socialmente se ama tanto o se odia tanto a alguien a quien no se conoce realmente. Y al plantearme el intentar conocer a Jaime fuera del mito y de los prejuicios, me encontré con lo que contamos en la película", explica el actor, que antes estuvo en las tablas con obras como "Mi primera vez" o "Monólogos de la marihuana".

-El hecho de hacer arte inspirándote en tu tío, implica que había algo que saber, o tal vez algo que sanar. A nivel personal, ¿qué cambios trajo en tu vida el hacer la obra  de teatro y luego la película?
-
No sé si el arte sana, pero sí libera. Contar mi historia o bien esta historia desde mi punto de vista, y transformarlo en un trabajo colectivo, con un guionista y director de la talla de Mateo Iribarren, sin duda uno de los más importantes de la historia de Chile, y entender que esta visión no es sólo mía, sino que interpreta, enfrenta y entiende a la figura de Jaime de una forma más real, humana, contradictoria y cierta, ha sido para mí uno de los más importantes procesos personales y proyectos laborales que he podido realizar en mi vida.

-Este proyecto no fue aprobado por algunos integrantes de la familia Guzmán. ¿Eso te hizo "ruido" cuando estabas preparando la película? ¿No te daba nervios que no tuviera el visto bueno de toda la familia, cuando ya antes habías estrenado la obra?
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Nunca. El arte es de los valientes. Y el que quiere crear, si tiene la suficiente suerte, inspiración y empeño, no puede amedrentarse ni por los afectos, ni por la familia, ni por las dificultades. Ni siquiera por los poderes fácticos de este país, que en este caso han remado en contra bastante más fuerte que la familia Guzmán. En todo caso me siento muy tranquilo para con mi familia, y especialmente apoyado y profundamente querido por mi madre, quien es sin duda la persona más cercana a Jaime, tanto hoy como siempre.

La película se planificó, rodó y concluyó en un periodo de dos años, proceso que fue encabezado por el actor y guionista Mateo Iribarren, quien se había involucrado con el proyecto desde que era una pieza teatral. En los inicios investigó y escribió la historia, pero luego se pasó a la dirección por petición de Santa Cruz.

-¿Por qué Mateo Iribarren en la dirección? ¿Cómo fue ese proceso, tuviste que convencerlo?
-Al momento de elegir el dramaturgo de un tema tan complejo político y socialmente, así como con una brutal carga personal y familiar, mi decisión fue clara: Quise trabajar con el mejor. Mateo, a pesar de un resquemor político inicial, se enamoró de la historia, del personaje de Jaime y del poder revisar desde un punto de vista muy actual, real y humano uno de los momentos y de los mitos más controversiales de la historia de nuestro país.

La película tuvo dos funciones en Sanfic previas a su debut comercial. En ellas el equipo pudo apreciar una respuesta "calurosa, afectuosa y buena" por parte del público. "Es una película entretenida, emotiva, que plantea muchas más preguntas que respuestas, y que a partir de una anécdota personal invita y lleva al público a vivir una visión de Chile desde el hoy, como una experiencia agradable, dura y muy real. Es una película en que la ficción y la realidad se mezclan gentilmente en una historia que va adquiriendo velocidad y potencia a medida que avanza, y eso lo valoró el público en Sanfic", cuenta el protagonista y sobrino de Guzmán.

-Después de ser el niño que compartió con Jaime, y después de ser el artista con la inquietud por investigar a su tío... ¿Cómo ves ahora a Jaime Guzmán?
-Más humano que nunca.

Y es precisamente esa humanidad la que se ve en la cinta. No hay blanco o negro, sino que se aprecia la complejidad de un personaje que, a más de veinte años de su muerte, y para alegría de algunos y rechazo de varios otros, instaló un legado que perdura hasta hoy.

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