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Ritual de lo alternativo

La banda que lidera el cantante y productor estadounidense Perry Farrell tocó este martes 15 en el Teatro Caupolicán de la capital, minutos después de lograda la clasificación chilena para el Mundial de Brasil. Telonearon Chile y Ecuador, y el número de fondo fue Jane's Addiction.

16 de Octubre de 2013 | 12:21 |
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Jane's Addiction regresó a Chile el martes 15 de octubre con un show próximo e intenso en el Teatro Caupolicán de la capital.

Cristián Soto L.

Eran las diez con veintiocho minutos de la noche y había pasado alrededor de media hora de la clasificación de Chile al Mundial de Brasil 2014 tras la victoria por dos a uno ante Ecuador este martes 15 de octubre cuando, justo antes de salir a escena, el guitarrista de Jane's Addiction, Dave Navarro, tocó en su instrumento una melodía apropiada para la ocasión.

La melodía de un himno de hinchada.

"Olé, olé olé olé", es el inicio ese cántico, recreado en la guitarra por Navarro y reconocido y coreado al instante por buena parte del público que a esa hora copaba la cancha y parte de las graderías del Teatro Caupolicán. Fue el empalme preciso entre la gesta futbolística de la jornada y el concierto de esta banda de rock estadounidense, de cara a un púbico ya había visto el partido en la pantalla gigante sobre el telón de fondo del escenario, y que para esa hora sólo quería escuchar a Jane's Addiction.

Y desde el primer minuto el grupo de Perry Farrell (voz), Dave Navarro (guitarras), Chris Chaney (bajo) y Stephen Perkins (batería) planteó una fiesta en sus propios términos, sin chauvinismos ni camisetas rojas ni banderas chilenas con las que treparse al carro de la victoria que a esa hora ya tomaba cuerpo en la ciudad. Lo que el cuarteto puso en escena son los argumentos que hacen de su nombre uno de los referentes del rock alternativo.

Al igual que Faith No More, Red Hot Chili Peppers, Living Colour, Soungarden, Pixies y tantos otros, Jane's Addiction es otra de esas bandas surgidas a contrapelo de las corrientes principales del rock de los años '80, y que por lo tanto coincidieron, cada una con su carácter distintivo, en remover las nociones habituales del rock de la época. Entre todos ellos Perry Farrell y los suyos acuñaron un sonido en especial expandido, entre la electricidad declarada y rockera del guitarra y el resabio hippie y colectivo que siempre vivirá en uno de los mayores éxitos del grupo, la canción "Jane says".

Y en ese sentido llama además la atención lo bien conservado que están hoy la banda y su música. El cantante Perry Farrell sigue siendo un líder y un anfitrión escénico nato, con los movimientos corporales y la gestualidad hipnótica al servicio del concierto. Dave Navarro es mucho más que ese cutis excelente y ese torso bien tatuado y mejor proporcionado, que saca a relucir apenas se quita la camiseta tras la tercera canción: en su guitarra reposa la casi totalidad de las bases armónicas y melódicas del grupo, y él resuelve esa responsabilidad con un estilo además llamativo y preciso sobre las cuerdas.

Es en nombre de la actualidad que el grupo inicia el concierto, con "Underground", una de las canciones de su más reciente disco, The great escape artist (2011), puesta al principio. Pero pronto la banda se remite a sus tres primeros elepés históricos y entonces desfilan canciones que estimulan de lleno al público de esta noche, como "Had a dad", del disco Nothing's shocking (1988); "Ain't no right", "Three days" y "Stop!", correspondientes a Ritual de lo habitual (1990), e incluso "Chip away", del temprano e inicático disco en vivo Jane's Addiction (1987), entre otras.

"Si te gusta algo y no puedes tenerlo, róbalo", dijo el cantante antes de uno de los dos momentos de mayor intensidad de la jornada. Así no quedan dudas de cuál es la línea editorial del impacto radial "Been caught stealing", que no por nada se puede traducir como "Atrapado robando". Y al cierre el grupo se despidió con los bongós y la guitarra acústica de "Jane says", su canción más reconocida, después de que un dos bailarinas también acompañaran a la banda en algunas canciones.

El concierto anterior de Jane's Addiction en Chile había sido en la primera versión de Lollapalooza (2010), el festival que entre otros hitos contribuyó a masificar en los años '90 esta música surgida al margen en la década previa. En contraste con esa ocasión, la cercanía que el grupo mostró esta noche, en un teatro en vez de un parque al aire libre, terminó por corroborar el sentido de volver a verlos: Jane's Addiction en vivo hoy es un gran ayuda memoria para entender la gesta, el valor y la creatividad del rock alternativo en su estado temprano y, como está dicho, bien conservado más allá del tiempo.

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