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New

Rodeado de una patrulla de nuevos productores y con citas y guiños a sus más tempranos años con los Beatles, en su nuevo disco McCartney cumple con propiedad la tarea titánica de estar a la altura de su historia.

18 de Octubre de 2013 | 08:43 |
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"Soy una celebridad. Que alguien me saque de aquí", se escucha cantar a Paul McCartney en parte de "Get me out of here", una de las melodías de sonido folk y acústico de su nuevo disco, New. Es una humorada a la condición de superestrella del personaje que canta estos versos, y está filtrada en una de las canciones adicionales de la versión "de lujo" de esa producción: O sea, es un detalle anecdótico. Pero si hasta cuando es anecdótico McCartney sale con un guiño autobiográfico a la celebridad máxima que es, qué queda cuando parece cantar en serio en New: En esos momentos vuelve a alcanzar las altas cumbres presentes en la carrera de este hombre que en los últimos sesenta años cambió el rumbo de la música en los Beatles, y que ha vuelto a inscribirse en la historia con Wings o como solista.

Momentos como esos abundan en New y sostienen al nuevo disco de McCartney incluso frente al peso monumental de su trayectoria. En contraste con la anécdota, el autor cala hondo aquí en "Early days", la canción más llamativa del disco. Sobre una base folk aún más despojada, y con una voz íntima y cercana que deja entrever como pocas veces antes sus setenta y un años de vida, Paul McCartney canta a todas luces acerca de sus años tempranos con los Beatles. Y con John Lennon en particular. Desfilan desde viñetas de la época como "vestidos de negro de pies a cabeza / con dos guitarras a nuestras espaldas", hasta versos confesionales como "Tantas veces tuve que cambiar la pena por alegría para no enloquecer". También dice "Todos parecen tener sus opiniones / sobre quién hizo esto o aquello", en un verso que lo mismo puede aludir a culpas retrospectivas o interpelar a cualquiera que haya sostenido la típica conversación sobre si es Lennon o McCartney quien compuso las mejores canciones del grupo. "Pero no sé de qué se pueden acordar / Cuando no estuvieron donde yo estuve", remata luego. "No pueden privarme de eso si tratan / Yo viví esos años tempranos". Es su prerrogativa.

La paleta de sonidos de New va mucho más allá desde luego. McCartney combina ese sonido folk con la vibrante "New", canción que da título al disco y que está ahí para recordar de modo instantáneo al mundo que éste es el hombre que escribió "Penny Lane", y sobre todo "Got to get you into my life". Y otras vetas del disco son la estupenda incrustación de Beach Boys que cierra esa canción, el ataque rockero puesto al inicio en "Save us", el piano de rock que sustenta a "Little queenie", la balada de piano conmovedora que es "Struggle" (otro de los bonos de la versión de lujo) y algunas canciones entregadas a cierta experimentación de base electrónica, como se escucha en "Appreciate", "Looking at her" y "Road". Es sabido que McCartney trabajó con cuatro productores simultáneos en este disco, todos ellos con credenciales en aciertos del rock y el pop contemporáneos: Mark Ronson (que sabe de impactos retro como productor de la difunta Amy Winehouse, y también ha trabajado con Lily Allen y Bruno Mars), Paul Epworth (que tiene similares créditos con Adele, y además ha trabajado con Florence + the Machine, Foster the People y Bloc Party), Ethan Johns (Kings of Leon, Ryan Adams) y Giles Martin (hijo de George Martin, el productor histórico de los Beatles). Es un equilibrio justo entre el revestimiento provisto por la producción y el carácter inconfundible que define a Paul McCartney, que en New se muestra capaz de la tarea titánica de estar a la altura de su historia.

David Ponce

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