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Como en su casa

Ante un público fiel y encendido, e incluso por encima de ciertos desperfectos técnicos, el cantante inglés armó una fiesta este jueves 9 de octubre en el Teatro Caupolicán.

10 de Octubre de 2014 | 11:13 |
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Una mayoría de canciones de su reciente disco Everyday robots (2014) y varias selecciones de Gorillaz puso en escena Damon Albarn en Santiago.

Felipe González, El Mercurio

Es algo que Damon Albarn podía decir en un solo lugar de todo el planeta. "Obviamente esta canción es sobre estar en Chile", presentó el cantante anoche en el Teatro Caupolicán de la capital antes de tocar "Mr. Tembo", la melodía más luminosa de su reciente disco Everyday robots y la misma donde, por una coincidencia fonética, parece cantar "in Chile, in Chile" en el coro. Poco importa que lo diga ahí en realidad es una palabra africana en idioma swahili, según él mismo ha explicado: Albarn terminó desgañitándose y gritando el nombre de Chile como regalo especial y último juego en el preámbulo a la despedida del show.

Fue el guiño definitivo tras los cuantiosos gestos de complicidad que entabló en su regreso a Santiago el cantante y compositor inglés, popularizado desde los años '90 al frente de Blur y Gorillaz e inquieto en los últimos años como solista y en diversas colaboraciones. Tuvo al frente a un Caupolicán acondicionado a la mitad de su aforo y colmado en las graderías y sobre todo en una platea abarrotada, público que fue el mejor interlocutor para un show caracterizado por una comunicación constante, incluso por sobre los desperfectos técnicos, que los hubo.

Había partido puntual, dos minutos pasadas las nueve de la noche. Pero iban apenas tres canciones cuando el propio Albarn tuvo que explicar que haría falta parar el show para reparar la reja de contención frente al escenario, que había cedido a la presión del público. Luego las nerviosas explicaciones de uno de los organizadores locales no bastaron para contener la impaciencia del público, que debió esperar sobre veinticinco indecorosos minutos antes de ver reiniciado el espectáculo. Pero no fue nada que minara el excelente ánimo demostrado por Albarn durante toda la noche. "No me voy a ir a ninguna parte", había prometido antes de la interrupción, y volvió con extra energía a aleonar a a la audiencia y reanudar el concierto.

Ocho de las doce canciones de Everyday robots (2014) sonaron en vivo en el Caupolicán. Es la principal fuente del repertorio en el actual concierto de Albarn, entre el tono melancólico y el ritmo festivo con notas de rock y reggae que delimitan el sonido del disco. Gorillaz es el otro gran afluente del show, con seis canciones, una de ellas reservada para el inicio: "Spitting out the demons", recreada con el coro mixto de seis poderosas voces que acompaña al cantante junto a The Heavy Seas, la nueva banda que presenta con indisimulado orgullo y en la que se destaca el espigado bajista y guitarrista Seye como otro de los puntos de atracción del elenco.

Completan la alineación un trompetista y un MC, este último en la canción "Dam(n)", donde sobrevino un corte de luz que sorprendió a los músicos y dejó el escenario en penumbras. Pero a esas alturas los inconvenientes técnicos parecían estimular todavía más a la banda. "Esta es una gran noche", exclamó en un momento Albarn, quien se mostró siempre en movimiento no sólo entre tres instrumentos, una guitarra eléctrica modelo Telecaster, un piano vertical al centro del escenario y la melódica con que salió a escena, sino movedizo además por toda la tarima, en el gesto permanente de estrechar las manos de los asistentes de primera fila a ambos lados del escenario y agolpado más de una vez a cantar trepado encima de la citada barrera de contención.

Una trilogía de canciones de Blur, con un rango entre "End of a century" (del disco Parklife, 1994) y "Out of time" (de Think tank, 2003), fue otro episodio especial del concierto en su segunda mitad, y donde también hubo espacio para canciones del disco Rocket juice & the moon (2012) y del grupo The Good, the Bad & the Queen. Y la cumbre de entusiasmo vino en el bis con "Clint Eastwood", el mayor hit de Gorillaz, que puso a saltar a la platea y levantó de sus asientos a las tribunas y galerías, minutos antes de la despedida con "Heavy seas of love" y, como antesala, "Mr. Tembo", esa canción que, al menos esta noche, se trató de estar en Chile, donde Damon Albarn se comportó como si estuviera en su casa.

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