Una a una: Cómo son las canciones que buscarán la Gaviota de Plata en Viña 2015

Escucha aquí las canciones en competencia

VIÑA DEL MAR.- Un ídolo de la canción italiana de los años '70 como autor, el vocalista de la famosa banda rockera Toto como intérprete, un cantante graduado de shows de TV como "Rojo" y "Yo soy" y la ganadora chilena del Festival de Viña en 2006, son parte de la variada selección de participantes de las competencias folclórica e internacional en el certamen viñamarino que parte esta semana.

Franco Simone es el autor de la canción italiana, Bobby Kimball el intérprete de la de EE.UU., y la dupla de representantes chilenos está formada por Elizabeth Morris en la versión folclórica y Arturo Domínguez en la internacional. Es un total de doce aspirantes al podio de gaviotas de plata, donde Colombia, Argentina y Chile concursan en paralelo en las dos categorías, y que incluye además a participantes de Brasil, Perú, Bolivia, Canadá y los citados EE.UU. e Italia.

Internacionales, modernos y vintage

Con la firma de Franco Simone viene timbrada "Per fortuna" (Italia), una melodía interpretada por el cantante Michele Cortese. No llega a la estatura de hits de los '70 como "Tú, siempre tú", "Respiro" o "Paisaje", que serán siempre los referentes de Simone como cantante, pero a cambio tiene un sonido relativamente más moderno, un arreglo dramático con algo de balada, pero montado sobre un pulso más rápido, y esas baterías y guitarras eléctricas que desde la época de Eros Ramazzotti cambiaron la cara de las canciones italianas.

Una cuota de experiencia distinta, pero paralela, es la que trae Bobby Kimball. Está escrito en la historia del pop rock que fue el cantante de la banda californiana Toto durante los primeros seis años de carrera del grupo, entre 1978 y 1984. O sea, compartió la voz con el guitarrista Steve Lukather y el tecladista David Paich en la época correspondiente a hits como "Hold the line", "Georgy Porgy" y "I'll suply the love", del LP debut Toto (1978), además de "99" (de Hydra, 1979), "Africa", "Rossana" y "I won't hold you back" (de IV, 1982), antes de hits ochenteros como "Holyanna" y "Stranger in town" (1984), "I'll be over you" (1986) y "Pamela" (1988).

Y la canción "Living life for happiness" (EE.UU.), que viene defendiendo, remite con todo a ese sonido. Parte arriba con un ataque inicial de teclados y Kimball deja pasar apenas ocho segundos antes de sacar a relucir la garganta, escoltado por un arreglo de guitarras y baterías poderosas, con ese timbre vocal masculino, pero agudo, tan en boga en su primera época. Al menos en la grabación la voz se oye algo exigida en las notas agudas, pero Kimball pone lo que en jerga futbolística llamaríamos "huevos", y el resultado podría ser muy bien el lado B de algún single de Toto en los '70 y '80.

Otras dos canciones sí corresponden de lleno a producciones estilo 2015. Una es "Bailar conmigo" (Colombia), cantada por Julián Díaz, una bachata de manual como se puso en boga desde Aventura en adelante, con exactamente 41 segundos de balada en la introducción y el interludio, y 2:51 minutos de bachata en todo lo demás. Nada innovador, pero funciona. Algo similar pasa con "Something beautiful" (Canadá), que responde a su vez a la fórmula del pop en boga, con una cuota de vocoder en la voz de la cantante Lori Nuic y un coro pegajoso que termina de recordar a Katy Perry.

El contraste se oye claro con "Mejor que te perdí" (Argentina), cantada por Laura Sky, que tiene mejores armonías, aunque viene envuelta en un arreglo pop más conservador, con guitarras, bajos y baterías análogas. Y la canción chilena es una de las más atípicas. Defendida por Arturo Domínguez, cantante proveniente de programas de TV como "Rojo (fama contrafama)" (2006) y "Yo soy" (2012), donde se mimetizó con el crooner canadiense Michael Bublé, "Boom chiqui boom" tiene algún sabor vintage entre el piano en las estrofas y bronces en los coros, además de un título festivalero por definición.

Folclóricos: cruces y fusiones

Con las más diversas horas de vuelo llegan a Viña por su parte los participantes de la competencia folclórica. La canción "Forró no Canadá" (Brasil) es el mejor ejemplo. Su intérprete, Marco Castillo, es nacido en Rio de Janeiro y vive desde 2006 en Winnipeg, Canadá, donde cultiva una fusión entre funk y géneros brasileños como samba y forró. Incluida en su más reciente disco, Zabelê (2014), la canción que trae a Viña es una muestra festiva y cosmopolita de músicas por el mundo.

La influencia caribeña es un factor común a otras dos composiciones en carrera. Una es "Llegar a Nueva York" (Colombia). En ella el grupo bogotano Bendito Parche propone en letra y música un cruce sonoro y geográfico entre son y salsa, tocado por músicos colombianos y con las inconfundibles cuerdas del tres cubano como señal de identidad caribeña. Y otra es "Sonero de callejón" (Perú), donde el conjunto de Álex Ramírez y la Cosa Nuestra plantean una fusión tan o más acentuada, esta vez entre raíz afroperuana criolla del Perú e influencia salsera, dos fuentes que se avienen con naturalidad en el ritmo cadencioso de esta canción.

A su vez es un caporal el que llega a la competencia desde el altiplano. "Morena" (Bolivia), inspirada en la figura de las mujeres que bailan esa danza tradicional, es la canción representada por el conjunto Pasión Andina, que llega a Viña desde su natal Oruro, donde el grupo surgió en 2000. Con cuatro discos grabados a la fecha, Pasión Andina propone aquí un caporal con los timbres tradicionales de charango, quena, zampoña, guitarras y bajo eléctrico, y caracterizado además por un rico arreglo vocal.

Ricardo Dimaría llega con "Cuyanito bien plantao" (Argentina) y es uno de los recientes cantantes iniciados en el rock y entregados luego al folclor en ese país. Nacido en Mendoza, trae su reciente disco Argentina, reflejo y sol (2014) con un repertorio de ritmos como zamba, chacarera, gato o huella, del que forma parte la canción partipante: "Cuyanito bien plantao" es un gato cuyano que remite al folclor de esa provincia con melodías de violín y la calidez de las cuerdas de una guitarra acústica muy bien pulsada.

La anfitriona vuelve a ser Elizabeth Morris con "La mejicana" (Chile). La cantante, autora y compositora ya ganó la competencia folclórica del Festival de Viña en 2006 con su "Canción de agua y viento", y esta vez trae otra obra de su especialidad, entre la voz tersa que la caracteriza y una composición que cita diversas vetas latinoamericanas. Ahí conviven desde versos octosílabos hasta la malagueña que parece encerrada en la melodía de violín o la cita al sinsonte, ese pajarillo pariente de la tenca chilena (Mimus thenca) que vive en buena parte de América Latina y es capaz de imitar diversos sonidos con su canto. Buena metáfora de cómo la música de Elizabeth Morris también sobrevuela con su voz todo el continente.