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Representante chilena en el folclor se alista para la final tras arrasar en la primera fase

Eli Morris se muestra sorprendida por las notas que obtuvo con el tema "La mejicana", aunque aclara que los objetivos que se puso al venir a Viña se cumplen con o sin Gaviota de Plata.

26 de Febrero de 2015 | 19:29 | Por Sebastián Cerda, enviado especial a Viña del Mar
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Elizabeth Morris sobre el escenario de la Quinta Vergara.

Sergio Alfonso López, El Mercurio

VIÑA DEL MAR.- Casi boquiabierta dice haber quedado Elizabeth Morris en la segunda jornada del Festival de Viña del Mar, luego de que su primera vez interpretando el tema "La mejicana" en la competencia folclórica fuera evaluada con nota 6.2.

La razón estaba en que hasta entonces las calificaciones más altas sólo superaban el 5.0, lo que llevó a todos sus pares a imaginar que ése era el estándar de una buena evaluación. Sin embargo, Eli (la abreviación por la que es más conocida), no sólo lo superó, sino que luego lo mejoró, con el 6.5 obtenido anoche, y que le dio paso a la final junto a Colombia y Perú.

"Fue impresionante, sorprendente", dice, aunque sin pecar de exceso de confianza de cara al último duelo. Y ello pese a que Morris ya sabe de ganar finales en Viña: Lo hizo en 2006, con el tema "Canción de agua y viento".

Luego de eso, terminó de instalarse definitivamente en el circuito local de música de raíz, lo que no la frenó a la hora de, una vez más, decidir someterse al escrutinio de los jueces en la Quinta Vergara. En ello incidió la opinión de Horacio Durán, charanguista de Inti Histórico, quien tras escuchar "La mejicana" le aseguró que "esta canción es como para Viña".

"Me hizo sentido, porque estoy en el proceso de un nuevo disco, un cuarto trabajo, y también con ganas de despegar de esta situación un poquito asfixiante, de darnos vuelta en los mismos circuitos tan pequeños de Chile. Esto representa la posibilidad de hablarle a más gente. La comunicación es importante para los artistas, si no, no existimos", manifiesta la cantautora.

-Habiendo ganado antes, ¿de verdad crees que venir a la competencia de Viña puede abrir esos espacios? Si no pasó antes, tal vez tampoco suceda ahora...
-Yo creo que ahora es muy distinto lo que sucede, no tanto por el Festival en sí, sino porque estamos más conectados mediáticamente. Las redes sociales transformaron esta cuestión en otra cosa, y eso abre muchas posibilidades. Hace nueve años no existía nada de eso, y el que no vio la presentación a la 01:00 de la mañana, nunca supo. Ahora no.

-¿Crees que ese objetivo pueda cumplirse de igual manera si no triunfas?
-Absolutamente, todo el feedback que he recibido hasta ahora es pura buena onda, cariño. Realmente es un impulso, una energía grande, y creo que esa gente va a estar esperando el nuevo trabajo. Ése es mi objetivo.

-La vez anterior que viniste no existía la nota, que es como un juicio público. ¿Qué te parece esa modalidad?
-Claro, no existía. Es feo, no es de muy buen gusto, porque es como exponerte. Además uno está presente, por último que salgas del escenario y te tiren la nota. Es como de colegio. No me gusta, no me gusta, pero yo sabía que era así y, bueno, ya estamos en esto. Lo tomo como un juego, son las reglas del juego, y no es tan terrible. Si ya estás ahí y sacaste mala nota, qué tanto.

-En el jurado está Pedro Aznar, que grabó una canción tuya ("Décimas") y la canta regularmente en vivo. ¿Crees que eso pueda generar alguna clase de ruido?
-No somos amigos con Pedro, nos conocemos a través de la música. Yo lo admiro muchísimo, y tengo la fortuna y la alegría de que él interprete una canción que yo compuse. Pero creo que la gente que viene a hacer su labor de jurado es grande y profesional. Partamos de la base que es imposible que un jurado sea objetivo, van a influir al menos sus gustos personales, y en ese sentido es un misterio cómo puede ser la evaluación, qué criterios se usan. Y aquí hay cinco músicos y cinco personas que no tienen que ver con la música. Por eso me llamó la atención la evaluación que tuve, porque no tiene que ver sólo con lo musical, sino con algo que llega más directo. Entonces ya no tiene que ver Pedro.

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