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R.E.M. vino a hacer historia en su debut en Chile

El influyente grupo rockero estadounidense triunfó y emocionó anoche en el primero de sus dos conciertos en Santiago. "Éste es el último show que R.E.M. presentará bajo George W. Bush como Presidente", dijeron. "Mañana esperamos celebrar el comienzo de una nueva era".

04 de Noviembre de 2008 | 06:59 | David Ponce, El Mercurio Online
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Entregado: el cantante Michael Stipe se ganó anoche al público santiaguino en el debut de R.E.M. en Chile.

EFE.

SANTIAGO.- Fue un diálogo franco entre el cantante Michael Stipe y las diez mil personas que llegaron a ver a R.E.M. en su debut en Santiago, en torno a una frase simple y verdadera: "Me siento bien". I feel fine, cantaba Stipe y coreaba el público en masa, porque así es la letra de la canción "Es el fin del mundo como sabemos (y me siento bien)", pero sobre todo porque después de más de una hora de música así se sentían todos quienes la noche del lunes 3 de noviembre fueron parte del estreno del grupo rockero estadounidense en Chile, en uno de los conciertos internacionales más significativos y emotivos de los últimos años. Se sentían bien.

Y había razones de sobra. La de R.E.M. era una visita que seguía pendiente mientras figuras de la misma época como U2 o The Police ya habían pasado por Chile. Y el trío que encabezan Michael Stipe (voz), Peter Buck (guitarra) y Mike Mills (bajo y voz) mostró anoche en su primer encuentro con la audiencia local una generosidad acorde con la ocasión. R.E.M. es desde 1980 un antecedente principal y vigente del rock alternativo internacional, y a Chile vino a desplegar esa historia a lo largo de 23 canciones en más de una hora y media de show, con un repertorio cuantioso y un grupo entregado a la audiencia como puntales de la jornada.


Saludo a Obama

Un público entusiasta fue testigo y cómplice de Stipe, Buck y Mills en la primera de las dos actuaciones del grupo, que también tocará esta noche en el recinto Movistar Arena, antes conocido como Arena Santiago. Tras las presentaciones ascendentes del grupo inglés Kaiser Chiefs y de la banda rockera estadounidense The Mars Volta, R.E.M. salió a hacer valer su condición de figura de fondo y se impuso con un concierto a base de grandes éxitos, momentos emocionantes y mensajes políticos.

Desde el reciente single radial "Supernatural superserious", de su disco Accelerate (2008), hasta canciones de diversa data como "The one I love" (1987), "Losing my religion" (1991) y "Everybody hurts" (1992) estuvieron presentes en el repertorio (ver recuadro). Es la huella de un grupo que desde los márgenes supo instalar a lo largo de dos décadas la noción hoy aceptada de música alternativa y cambiar con ella la identidad del rock internacional. Junto al guitarrista y bajista Scott McCaughney y al baterista Bill Rieflin como refuerzos, R.E.M. hizo un recorrido donde el bajista Mike Mills también se desplegó entre coros, pianos y la voz principal en la temprana joya country que es "(Don't go back to) Rockville" (1984), y donde tampoco faltó un momento acústico con "Let me in" (1994), la canción que R.E.M. dedicó a Kurt Cobain.

Desde el primer pie que puso en el escenario el guitarrista Peter Buck el grupo salió a desplegar energía y a establecer un contacto próximo con la audiencia. Y en ese rol fue clave el carismático Michael Stipe. Tras sus estudiados movimientos robóticos a la altura de la tercera canción, el cantante se mostró como avezado bailarín y los primeros saludos de rigor dieron paso en minutos a expresiones más palpables de cercanía. Así fue cada vez que Stipe bajó a cantar al alcance de las manos de una primera fila emocionada, en un encuentro físico reflejado de vuelta en la sonrisa entrañable del cantante, amplificada todo el tiempo por el estupendo juego de cámaras y pantallas gigantes del recinto.

Fiel al rasgo consciente de su música, y a horas de la crucial elección presidencial de hoy en EE.UU., el grupo tampoco dejó pasar la oportunidad de aludir a la jornada electoral y, como ya lo ha hecho en esta gira, entregó su apoyo público al candidato demócrata Barack Obama. "Éste es el último show que R.E.M. presentará bajo George W. Bush como Presidente. Mañana esperamos celebrar el comienzo de una nueva era en la política de EE.UU. y tal vez del mundo", dijo Stipe, para terminar de redondear el privilegio: la agenda quiso que uno de los grupos más relevantes del rock estadounidense estuviera en Chile para esta fecha histórica, y la propia visita de R.E.M. ya es un hito en la historia a su vez. Es la visita de un referente. Es el fin del mundo, como sabemos, dice ese coro que todos cantaron juntos esta noche. Es el fin de una larga espera, en todo caso. Y se siente bien.

El cancionero

R.E.M. se da el lujo de prescindir en vivo de una lista de canciones que de por sí es un disco de grandes éxitos. "Stand" (1988), "Shiny happy people", "Radio song" (1991), "Nightswimming" (1992), "Bittersweet me" (1996), "Daysleeper" (1998), "All the way to reno" (2001): nada de eso se oyó en su debut en Chile, y sin embargo el repertorio es representativo de su carrera.


Living well is the best revenge (del disco Accelerate, 2008).
What's the frequency, Kenneth? (de Monster, 1994).
Drive (de Automatic for the people, 1992).
The great beyond (2000).
Hollow man (de Accelerate, 2008).
Ignoreland (de Automatic for the people, 1992).
Electrolite (de New adventures in hi-fi, 1996).
Imitation of life (de Reveal, 2001).
Everybody hurts (de Automatic for the people, 1992).
(Don't go back to) Rockville (de Reckoning, 1984).
The one I love (de Document, 1987).
Country feedback (de Out of time, 1991).
Let me in (de Monster, 1994).
I'm gonna DJ (de Accelerate, 2008).
Bad day (1985)
Orange Crush (de Green, 1988)
It's the end of the world as we know it (and I feel fine) (de Document, 1987).
Supernatural superserious (de Accelerate, 2008).
Losing my religion (de Out of time, 1991).
Disturbance at the heron house (de Document, 1987).
Man on the moon (de Automatic for the people, 1992).

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