SANTIAGO.- Gendarmería entregó esta mañana un plan de seguridad y anticorrupción que el Ministerio de Justicia solicitó luego de la fuga de 29 reos del penal de Calama, en febrero pasado.
El documento señala la creación de una unidad de fiscalización interna que revise la situación al interior de los penales y la existencia de bandas que manejan recursos económicos. Será integrada por funcionarios civiles y uniformados capacitados para el acopio de información.
El director de Gendarmería, Hugo Espinoza, anunció que 800 funcionarios administrativos serán derivados a tareas penitenciarias con el objeto de controlar mejor a la población penal.
También se dispuso la aplicación de exámenes de drogas y alcohol al personal carcelario de carácter sorpresivo y aleatorio: "los que salgan en estos exámenes se van a ir porque no es la gente que necesitamos", dijo Espinoza.
La autoridad anunció la instalación de "un teléfono 600 que recibirá cualquier denuncia, esperamos responsable, que quiera hacer llegar antecedentes que serán investigados a fondo por la oficicina de fiscalización".
El director de Gendarmería confesó que a su institución le faltó "adaptación a la delincuencia nueva que está marcada por el narcotráfico. Son delincuentes con otro tipo de riesgo que no es sólo la conflictividad".
Finalmente, el ministro de Justicia, José Antonio Gómez, reconoció que el objetivo del plan es minimizar los riesgos y trabajar para que situaciones como estas no ocurran.
Cabe recordar que Gendarmería vive una etapa de transición en la que se prevé la inserción de 3500 nuevos gendarmes y la construcción de 10 nuevos penales para el año 2004.
