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Chile reiteró solicitud de clemencia para nigeriana condenada a muerte

A través de un comunicado, la Cancillería afirmó que "la aplicación de la pena capital, bajo cualquier circunstancia, es inadmisible a esta altura del desarrollo de nuestra civilización e implicaría un retroceso grave".

22 de Marzo de 2002 | 20:49 | Agencias
SANTIAGO.- El Gobierno reiteró hoy la solicitud de clemencia para una mujer condenada a muerte por lapidación en Nigeria, acusada de adulterio.

En un comunicado, la Cancillería indicó que "la pena de muerte ha sido abolida en la mayoría de los países del mundo y Chile se ha sumado a esta tendencia universal, por tanto el Gobierno considera que la aplicación de la pena capital, bajo cualquier circunstancia, es inadmisible a esta altura del desarrollo de nuestra civilización e implicaría un retroceso grave".

"La principal obligación de los Estados y, particularmente, de sus sistemas judiciales, es cautelar y garantizar la dignidad humana y el goce de los derechos que a cada persona le corresponden en su condición de tal", dice el documento.

Se agrega que "la situación que enfrenta Safiya Husaini es de enorme gravedad, ya que afecta directamente sus derechos humanos y, particularmente, los derechos humanos de las mujeres y su dignidad".

"Este caso representa una evidente violación de los derechos reconocidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en especial aquellos derechos establecidos por la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación a la Mujer, instrumento internacional que Chile y Nigeria han ratificado", dice el comunicado.

Safiya Husaini, de 35 años, fue condenada a muerte por lapidación, acusada de adulterio.

El lunes pasado, un tribunal islámico en el norte de Nigeria aplazó hasta la próxima semana su veredicto sobre la condena dictada contra Husaini, quien acusó a un vecino de la localidad de haberla violado y ser el padre de Adama, nacida en febrero del año pasado. No obstante, el tribunal que juzgó el caso estableció que no había encontrado pruebas suficientes que confirmaran la violación.

En octubre pasado, la mujer fue hallada culpable de mantener "relaciones adúlteras" con un hombre casado, situación punible según las leyes islámicas (Sharia) que rigen en todo el norte nigeriano.

Pese a que el hombre confesó su delito a tres policías, los testimonios de éstos no fueron aceptados por el tribunal de primera instancia que juzgó a Husaini ya que en estos casos la Sharia exige cuatro testigos.

La víctima terminó siendo la acusada después de que, bajo presión de sus familiares, solicitase a la corte que obligara a su atacante a pagar los gastos de mantención de la niña nacida de esas relaciones forzadas.

El tribunal que condenó a muerte a Husaini por adulterio no enjuició, sin embargo, por el mismo delito al hombre participante en esas relaciones ilícitas, quien se retractó luego de su confesión.

La pena capital que prescribe la ley islámica para los adúlteros se ejecuta enterrando hasta el cuello (o las axilas en el caso de las mujeres) al sentenciado, que luego es apedreado hasta morir.

En enero pasado, Husaini retiró la versión de que había sido violada y dijo que el padre de su hija es en realidad su último marido, Yusuf Ibrahim, del que se divorció hace dos años, y con quien mantuvo relaciones sexuales consensuales.

Según la interpretación de la Sharia en el estado de Sokoto, donde se ventila el asunto, en ese caso Husaini no sería culpable de adulterio ya que esa ley permite a ex esposos mantener relaciones sexuales -y los eventuales hijos son considerados legítimos- hasta siete años después del divorcio.
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