MADRID.- El ex presidente de Chile Patricio Aylwin afirmó hoy que el proceso de globalización que vive el mundo desde fines del siglo pasado representa un "tremendo desafío" para las naciones de Europa y América.
El desafío "no es impedir la globalización, sino encontrar la manera de que funcione equitativamente" a favor de toda la humanidad, señaló Aylwin durante su intervención en el Congreso social que los obispados de Europa y América Latina inauguraron hoy en San Lorenzo de El Escorial, en las cercanías de Madrid.
Al recordar la historia, el ex presidente chileno señaló que los valores que representan los ideales libertarios aprendidos y heredados de Europa por los países latinoamericanos "están hoy en juego" en un mundo globalizado y sometido a las reglas del mercado.
En su opinión, están en entredicho "nuestra fe cristiana, nuestras concepciones humanistas, nuestro espíritu democrático", que forman parte del legado que recibimos de Europa.
Por ello, dijo, las naciones europeas, latinoamericanas y caribeñas "nos necesitamos recíprocamente para defenderlos, para que la justicia, la libertad y dignidad de las personas, el respeto a los derechos humanos y el anhelo de lograr el bien común" prevalezcan en las relaciones entre los pueblos y entre las personas.
Aylwin añadió que en el ámbito político latinoamericano "son motivo de preocupación" las situaciones de Argentina, Colombia y Venezuela, así como la apatía cívica y la disminución de la confianza en las instituciones y gobiernos que se manifiesta en muchas de nuestras sociedades.
Sobre la realidad económica latinoamericana, el ex mandatario chileno refirió que es evidente que las vertiginosas innovaciones tecnológicas de los últimos años nos acercan a la aldea global, pero, dijo, surge "la paradoja de que la distancia entre los países ricos y pobres, en vez de disminuir, se ha agrandado".
Patricio Aylwin denunció la "pobreza, muchas veces extrema, la falta de trabajo y la marginación social que aflige a más de doscientos millones de personas en los países de América Latina y el Caribe".
Son circunstancias que a su juicio constituyen "un escándalo desde el punto de vista moral, son un obstáculo o freno al desarrollo e importan una peligrosa amenaza a la paz social y a la estabilidad política de nuestras naciones", concluyó.
