SANTIAGO.- El temido fenómeno climático de El Niño, capaz de provocar sequías e inundaciones en diversas partes del mundo, comenzó una fase de desarrollo más activa, que se manifestaría plenamente en Chile en la primavera austral de 2002, dijeron científicos.
El Niño, definido como un desajuste del sistema atmosférico provocado por un calentamiento de las aguas del Océano Pacífico, se está gestando con aumentos de temperaturas en las costas del norte chileno y variaciones en la dirección de los vientos, agregaron.
"En las últimas cuatro o cinco semanas los índices, tanto de la temperatura superficial del mar como de los vientos y presión atmosférica, indican que vamos en camino hacia un Niño", dijo a Reuters Jorge Carrasco, jefe de Climatología de la Dirección Meteorológica de Chile.
El fenómeno, que desata fuertes lluvias, tormentas de nieve e inundaciones en la costa oeste de América y sequías en Oceanía, el sur de Africa y el sudeste asiático, ya ha dado luces de un próximo arribo a Chile, que meteorólogos pronostican entre septiembre y noviembre.
"Estaríamos en situación plenamente de El Niño a partir de fines de agosto o septiembre de este año", agregó Carrasco.
En un anticipo de lo devastador que puede ser El Niño, a principios de junio el peor temporal de los últimos cien años azotó la zona centro-sur de Chile, provocando 11 muertos y miles de damnificados.
"Los temporales ocurridos en la zona central de Chile tienen una asociación, pero no podemos decir que son producto de El Niño. Sí son una señal de que este fenómeno se está desarrollando", afirmó Carrasco.
Científicos de Perú han aseverado que las torrenciales lluvias que afectaron a Chile no tienen nada que ver con la anomalía climatológica, pues responderían a un típico invierno austral.
Niño a la vista
Los expertos chilenos han detectado durante las últimas semanas nuevas evidencias de avances de El Niño, con cambios más frecuentes en la dirección de los vientos y calentamiento de las aguas superficiales del mar.
"Los vientos estructurales han sufrido variaciones. Ahora, una parte va desde el océano hacia Latinoamérica, cuando lo normal es que vayan (desde el mar) hacia Australia", dijo Sergio Salinas, director de Oceanografía de la Universidad Católica de Valparaíso.
"Hemos detectado también cambios de temperatura en las aguas, específicamente en las costas del norte chileno (...). Aunque son alzas leves, de entre 0,5 y 1,0 grado centígrado, obedecen a una fase más desarrollada de El Niño", agregó.
Vernon Kousky, un experto de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), dijo que el organismo podría declarar la llegada del fenómeno si las temperaturas del Océano Pacífico continúan aumentando este mes.
La última aparición de la anomalía climática fue en 1997 y 1998, cuando provocó la muerte de 24.000 personas, desplazó a seis millones y afectó a unos 111 millones de habitantes, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
Pero los científicos chilenos prevén que El Niño esta vez será "débil o moderado", visión que también tienen expertos peruanos y estadounidenses.
"Su intensidad y magnitud es difícil de predecir, pero es poco probable que se presente con la fuerza de 1997. Esa frecuencia ocurre cada 10 a 12 años", dijo Carrasco.
El Niño, que normalmente dura de 12 a 18 meses, tiene un relativo impacto en la economía chilena, que prevé crecer un 3,0 por ciento este año.
Históricamente, el sector productivo que ha sido más golpeado por el fenómeno es la pesca, específicamente del norte del país, que sufre el traslado de la anchoveta y sardinas, materias primas para elaborar harina de pescado, hacia aguas más profunda y frías que ofrece el sur de las costas chilenas.
Los sectores más favorecidos, en cambio, son las generadoras de energía hidráulica y centros de turismo invernal, que aprovechan las mayores lluvias y nevazones asociadas a El Niño.
