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Obispado envió al Vaticano antecedentes de cura de Alhué

La diócesis de Melipilla explicó que la Santa Sede debe resolver si inicia un juicio canónico contra el sacerdote Estanislao Olivares, sin perjuicio de las acciones civiles que se lleven a cabo.

28 de Septiembre de 2004 | 14:42 | Orbe
SANTIAGO.- El Obispado de Melipilla reiteró su disposición a colaborar con los tribunales para ayudar al esclarecimiento de la verdad en la investigación de presuntas conductas impropias atribuidas al sacerdote Estanislao Olivares, quien se encuentra desde ayer detenido.

En una declaración pública, el Obispado explica que el religioso se presentó voluntariamente ante el Primer Juzgado de Letras de Melipilla y quedó a disposición de los tribunales.

Recuerda, asimismo, que el sacerdote se ha declarado inocente de los cargos que se le formulan y que, en su momento, el obispo encargó recoger los antecedentes relacionados con este caso, antecedentes que fueron enviados a la Santa Sede para que ésta decida si cabe iniciar un juicio canónico, sin perjuicio de las acciones civiles que se lleven a cabo.

El juez de Letras de Melipilla, Juan Manuel Escobar, dejó ayer detenido en la cárcel local al párroco de Alhué, inculpado del delito de abuso sexual en un niño de 10 años cuando era acólito de su templo.

La resolución fue adoptada al término del interrogatorio de más de dos horas a que fue sometido el presbítero de nacionalidad mexicana.

Olivares, de 54 años, conocido por sus feligreses como padre"Lao", fue notificado en las mismas dependencias del tribunal y enviado al penal en un carro celular junto a otros reos.

El sacerdote había regresado días antes de Usila, México, donde estuvo de vacaciones por dos meses en casa de su familia.

Después de presentarse ante el obispo de Melipilla, monseñor Enrique Troncoso, Olivares concurrió al tribunal, quedando citado formalmente para la audiencia de ayer.

El juez Escobar dispone de cinco días para resolver la situación procesal del imputado.

Según la denuncia presentada por la dueña de casa Ana Guzmán, el padre Olivares abusó en dos ocasiones de su hijo, de iniciales M.S.G., en la sacristía.

Otros dos niños del grupo de acólitos aseguran haber sido testigos de al menos uno de los delitos investigados.

"El cura lo sentó en sus rodillas y comenzó a hacerle cariño en los genitales", dijo el hermano mayor del denunciante.

Aseguró que la primera vez el niño guardó silencio, pero la segunda vez reveló los dos incidentes a sus padres.

Si el sacerdote Olivares llega a ser hallado culpable del delito de abuso sexual, podría recibir una condena que fluctúa entre tres y cinco años de prisión.
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