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Santiago: Jueves 25 de abril del 2024 | Actualizado 00:23
SANTA CRUZ DE TENERIFE.- Hoy se celebró la segunda audiencia del juicio contra el colombiano Héctor Fabio Franco Giraldo, acusado de asesinar a la joven chilena Fernanda Fabiola Urzúa en julio de 2007.
La jornada estuvo marcada por las declaraciones de los miembros de la Guardia Civil que encontraron el cuerpo de la adolescente, quienes relataron macabros detalles sobre el estado en que fue hallado el cadáver.
El testimonio más importante fue el del comandante de la Guardia Civil, quien especificó cómo fue aclarado el caso y de quien no se entregó la identidad.
Tras esta declaración se revelaron macabros detalles del estado en que se halló el cadáver de Fernanda Fabiola. Se dijo que el cuerpo de la joven estaba absolutamente destrozado, que tenía sus pantalones y ropa interior abajo, y que en su rostro tenía un aspecto desgarrador, que revelaba el pánico y horror que había sufrido.
El primer equipo que acudió a retirar el cuerpo trabajó cerca de ocho horas con él, percatándose de que la adolescente tenía su cráneo destrozado, lo que se contradice a lo testificado ayer por Franco Giraldo, quien afirmó no haber golpeado a Fernanda Fabiola.
Previamente, el comandante señaló que una vez que se supo de la desaparición de Fernanda Fabiola, se dio aviso de inmediato para comenzar su búsqueda. Primero se interrogó a la familia, para determinar si la joven se había ido en forma voluntaria, lo que fue descartado por sus padres y luego confirmado cuando se halló una de sus zapatillas en la zona donde desapareció.
El comandante afirmó que se montó un gran operativo, con casi 500 personas dedicadas a la búsqueda, y explicó que a pesar de que durante varios días buscaron el cuerpo de la adolescente en el sector, no dieron con él debido a que estaba muy bien oculto.
Asimismo, agregó que a partir de testigos que divisaron en el lugar a la camioneta de Héctor Fabio Franco Giraldo, comenzaron a investigar al colombiano y seguirle sus movimientos.
El comandante relató que los efectivos de la Guardia Civil se percataron de que el inculpado modificó sus actividades diarias y que tras salir de su trabajo se dirigía inmediatamente a su casa. Además, Franco Giraldo dejó de utilizar el vehículo en el que había estado Fernanda Fabiola y en su lugar ocupaba una camioneta de su trabajo. También constataron que el hombre tenía antecedentes policiales por un intento de abuso sexual.
De esta manera, el comandante sostuvo que tras hilar toda la información de la que disponían, no dudaron en incautar el vehículo para buscar indicios de la joven desaparecida. Las pericias se extendieron por 10 horas, y gracias a ellas se halló un piercing y un pendiente en forma de araña, objetos que fueron reconocidos por la madre de la adolescente.
Con todas las pruebas, el comandante dijo que se procedió a detener a Franco Giraldo quien, a pesar de que no había un juez para tomar su declaración, quiso confesar inmediatamente dónde estaba el cuerpo y llevó a los agente de la guardia civil hasta el lugar donde había enterrado a Fernanda Fabiola.
Primero inculpó a un amigo
Posteriormente, el colombiano entregó una primera declaración, en la que inculpó del crimen a un amigo rumano, afirmando que él sólo lo había ayudado a esconder el cuerpo de Fernanda Fabiola. Luego, en un segundo interrogatorio, confesó que él era el autor del homicidio, y que la joven todavía estaba viva cuando la tiró por el barranco y luego la tapó con piedras.
El comandante también señaló que Franco Giraldo le comentó a un miembro de la Guardia Civil que él estaba enfermo y consultó si era posible que en la cárcel lo trataran, porque era un peligro para las mujeres. Este dato contrasta con lo que declaró ayer, cuando sostuvo que su actuación fue producto de un arrebato.
