Quieres ver tu clima local?
Mostrar
Santiago: Viernes 19 de abril del 2024 | Actualizado 21:10
SANTIAGO.- En febrero pasado se cumplieron seis años desde la puesta en marcha del Transantiago, en cuyo periodo se ha convertido más en un dolor de cabeza para los capitalinos, que en una real solución y alternativa a las famosas "micros amarillas".
A las principales críticas de los usuarios, -niveles de aglomeración, la congestión, la frecuencia del servicio y el trasbordo-, ahora se suma al duro diagnóstico que realizan uno de los principales protagonistas de este plan: los conductores.
Escasez de conductores, maltratos laborales de parte de los empleadores, abusos contra los trabajadores de la tercera edad, mano de obra inmigrante más barata, son algunos de los problemas que el gremio ha debido enfrentar en el último tiempo.
Así lo expone el secretario del sindicato número 5 de RebBus Urbano (color rojo), Luis Jofré, quien enfatiza que a los conductores se les sigue "faltando el respeto", pese a que en un comienzo el plan aseguraba un mejor trato a los trabajadores.
"Ahora, con el Transantiago a los trabajadores los persiguen, los agobian psicológicamente, los empleadores les dicen que si no hace está vuelta te vas", relata Jofré, quien asegura que situaciones como ésta derivan en que las personas se vayan en busca de un mejor trabajo, "como el sector de la minería donde el salario es muy superior".
En ese sentido, revela que "las renuncias de trabajadores se ven todos los días en la empresa. No encuentran respeto, no encuentran lugares dignos para comer, lo que se suma al poco apoyo de las autoridades fiscalizadores".
Lo anterior es compartido por el presidente del sindicato de trabajadores de la empresa operadora Vule (color verde), Pedro Vásquez, quien asegura que deben extender la cantidad de horas de trabajo considerablemente.
"Bajo las presiones que imponen las empresas, los trabajadores se sienten obligados a cumplir el exceso de jornada, con el peligro que conlleva esa situación para los usuarios", afirma.
El dirigente agrega que "lo otro que deriva de eso, son los bajos salarios, entonces el conductor se ve obligado a trabajar horas extras, incluso más allá de lo que dicta la ley".
Jofré ratifica que lo anterior se ha hecho algo habitual. "Extender los turnos hasta entre 14 y 16 horas diarias. Los conductores trabajan por más horas que las 9,5 horas diarias que incluyen horas extras (...) Les cortan las vacaciones para que sigan trabajando. No pagan los feriados. Hay muchas malas prácticas", denuncia.
Por su parte, Danny Cortés, de la empresa Metropolitana (color turquesa), ejemplifica que la falta de conductores es un problema que afecta a todo el sistema porque "no hay recambio". "Eso sucede porque no se han formado conductores, no hay escuelas de conductores. La gente no quiere trabajar en el Transantiago porque en parte la paga no es la que prometieron en un comienzo", sostiene.
El dirigente de RedBus va más allá al denunciar que hay empresas que mientras capacitan a las personas para integrarlas a la flota, ofreciéndole un curso para sacar clase profesional, "los mandan a hacer el recorrido sin tener la licencia que corresponde".
Elevado promedio de edad
Otro de los puntos que abordan los conductores es que debido al casi nulo recambio, el promedio de edad de los choferes aumentó considerablemente en los últimos años.
Si bien no existe una cifra oficial, los propios trabajadores estiman que cerca del 17% ya son adultos mayores (más de 60 años).
Respecto a este factor, Jofré asegura que las empresas operadoras del Transantiago abusan de esas personas "porque no reclaman". "Un conductor de esa edad hace un turno, llega tarde a su casa de madrugada y a las pocas horas lo pasan a buscar para cumplir un nuevo turno, por lo que su descanso es escaso. Además no existen los descansos entre turno y turno de 10 horas como estipula la ley y lo peor es que ellos no alegan, porque necesitan trabajar", dice.
Empresas recurren a inmigrantes
El presidente del sindicato de RedBus, Miguel Donoso, añade que los inmigrantes están "echando a perder" aún más el sistema. "El otro problema es que debido a la ausencia de trabajadores, las empresas han recurrido mucho a los extranjeros, especialmente a los ciudadanos peruanos para suplir las bajas", alega.
En esa línea, asegura que "las empresas hacen lo que quieren con esas personas. Eso perjudica al sistema porque trabajan de lunes a domingo y les pagan poco".
