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Las bacterias jugarían un papel esencial en el aumento de peso

Investigadores estadounidenses cambiaron la flora intestinal de ratones obesos, provocando que tuvieran una mayor facilidad para bajar de peso.

06 de Septiembre de 2013 | 12:00 | AFP
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El Mercurio

WASHINGTON.- La composición de la flora intestinal y sus bacterias juegan un papel determinante en el metabolismo, reveló esta semana una investigación realizada en ratones que corrobora resultados de estudios precedentes, abriendo potencialmente la vía a tratamientos contra la obesidad.


La última investigación, publicada en la revista estadounidense Science, muestra que los ratones que recibieron en su intestino bacterias provenientes de la flora intestinal de personas obesas ganaban más peso que aquellos a los que los investigadores habían inyectado microbios intestinales de personas más delgadas.


Para probar esta terapia, los científicos usaron a parejas de ratones gemelos, algunos con peso normal y otros obesos. Para evitar que los animales con mayor peso siguieran ganando más, los expertos realizaron trasplantes fecales a estos roedores desde sus pares más flacos.


Tras una decena de días, los investigadores descubrieron que los ratones con sobrepeso habían desarrollado las mismas características metabólicas que los que eran delgados. Sin embargo, estos últimos no se vieron al parecer afectados una vez que se realizó este mismo procedimiento, pero desde los animales con más peso a los de contextura normal.


Los autores del estudio pudieron determinar que ciertas bacterias de la familia de las bacteroidetes podían entrar en el intestino de los ratones obesos y provocar cambios en su metabolismo. Pero ninguna de las bacterias de la flora intestinal de los roedores obesos pudo invadir el intestino de aquellos que guardaban la línea.


La dieta saludable se mantiene


A pesar de que este sistema sería revolucionario en la forma de perder peso, la dieta saludable seguiría siendo sumamente importante. Los científicos además probaron alimentar estos ratones con el equivalente a dos regímenes de alimentación modernos. El primero era rico en fibras y flojo en grasas saturadas, mientras que el segundo era pobre en fibra y rico en grasas.


Sometidos a una alimentación sana, los ratones obesos adquirieron las buenas bacterias intestinales de sus compañeros delgados al consumir sus excrementos y modificar su metabolismo. Pero cuando los dos grupos de ratones fueron alimentados con un régimen pobre, con grasas saturadas, los que eran obesos no adquirieron las bacterias intestinales que impedían ganar peso.


Además, los que estaban delgados no pudieron conservar la flora en su intestino que ofrecía una protección contra el exceso de peso, constataron los investigadores.


"Contamos desde ahora con una forma de identificar esas interacciones según los alimentos consumidos, y de modificar un régimen alimentario poco sano de forma que se facilite establecer una flora intestinal que favorezca el metabolismo evitando engordar", apunta Gordon.


Este estudio plantearía además un nuevo tipo de tratamientos para el cambio de la nutrición, especialmente ante los altos índices de obesidad que se presentan actualmente a nivel global.

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