Tiene la persistencia de los guerreros y la capacidad física de los atletas, posee la ambición de los ganadores y la seguridad de los que saben. Juan Jayo Legario encendió la antorcha de su mejor fútbol en una noche maravillosa.
El volante volvió a entregarse con alma, corazón y vida a la marca. Anuló por completo a Rodrigo Tello, tuvo fuerza para lanzar balones al campo rival y 'tapó' los enormes huecos que dejó en el sector izquierdo un irreconocible José 'Chemo' del Solar.
Apoyó también a un irregular Nolberto Solano y le levantó el ánimo a Jorge Soto.
Gracias a esa ambición ofensiva que mostró en Alianza Lima y en el Unión de Santa Fe, su actual club, Jayito le regaló a la afición peruana un soberbio gol a los 38' de la inicial con un tiro fuertísimo al ángulo izquierdo del portero Nelson Tapia.
Fue una joya que obsequió este trajinador mediocampista, un reloj a la hora de poner orden y calma en el campo peruano, y el primero en arriesgar la integridad con tal de frenar las arremetidas.
El nombre de Juan José Jayo Legario será recordado por su calidad y por lo que representó en el resultado final ante Chile en su propia casa. Jayo hizo que Perú soñara con el triunfo y después impidió un resultado adverso. Gracias, Juan José.
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