SANTIAGO.- El defensa chileno Moisés Villarroel, que hoy regresó a nuestro país debido a una lesión que le impide continuar en la Copa América, dijo a su llegada que se está "muy triste porque siente que se le ha roto una gran ilusión".
"Es muy triste para mí regresar de esta manera", precisó el lateral chileno, que en el segundo partido de su equipo en la Copa América, frente a Venezuela (1-0), el pasado día 14, recibió un fuerte golpe que le provocó unas distensión en el ligamento medio.
"Yo vine a Colombia con mucha ilusión y por supuesto, con la idea de estar hasta el final junto a mis compañeros, y ahora esa ilusión se ha roto", añadió el jugador chileno, de 25 años, que jugó el Mundial de Francia'98 y ha sido un permanente convocado a la selección desde hace más de cuatro años.
Los médicos decidieron enviar a Villarroel de vuelta al país, con el fin de que pueda seguir un tratamiento más especializado, con la posibilidad de que vuelva a jugar en unas cuatro semanas.
"Volveré antes, quiero estar listo cuando se reanude el campeonato chileno (5 de agosto)", dijo el lateral, que en su país juega en el Wanderers de Valparaíso, club en el que ha cumplido una buena campaña y está tercero en la clasificación.
"Soy un jugador que se recupera rápido", añadió Villarroel, que recordó que antes del Mundial'98 sufrió una lesión grave y se recuperó en diez semanas cuando los médicos le habían pronosticado un período de cuatro meses sin fútbol.
Villarroel, que viajó a Santiago junto al dirigente Manuel Cortés, insistió en todo caso en la pena que le produce su forzada separación del equipo, pero matizó que desde hoy será "el hincha número uno" de sus compañeros.
"Me despedí de todos, uno por uno, y les deseé la mejor de las suertes en los próximos partidos, porque sé que Chile ganará el domingo -juega con México en la ciudad de Pereira, en la fase de cuartos de final-, y yo estaré pegado a la pantalla del televisor", concluyó.
