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Bisbal se fue con mucho premio para un show básico

El chico reality español quedó al debe con una presentación que se basó en sus gritos, bailes y movimientos sexys, pero nada más. Las adolescentes de la Quinta le dieron dos antorchas. Mucho.

21 de Febrero de 2005 | 00:53 | Felipe Gálvez T, El Mercurio en Internet



Pregunta: ¿A esto vino Bisbal?
VIÑA DEL MAR.- No la tenía fácil el español David Bisbal. Le tocaba salir a escena después de su compatriota Miguel Bosé, quien arrasó esta noche en la Quinta Vergara.

El chico salido de "Operación triunfo" no sólo salía a escena tras los constantes gritos que exigían el regreso de Bosé (en esto a Bisbal le acomodó la Competencia folclórica, que estuvo entre ambos shows), sino que enfrentaba a un Monstruo que recién había presenciado una presentación de gran calidad artística.

Entonces, fue inevitable establecer la comparación. Y ahí Bisbal queda al debe, muy al debe. Porque el chico español no tiene ni el carisma ni el garbo de su colega, menos la calidad musical y lírica.

El show de Bisbal fue una galería de gritos - además de los de las mujeres- y baile, pero eso y poco más. Quizás similar a lo presentado por Paulina Rubio hace un par de jornadas.

Al igual que esa vez, sólo una parte de la Quinta prendió con el show completo. Nada más los éxitos "Bulería" (de su último disco del mismo nombre), "Corazón Latino" y "Ave María" (que cantó dos veces en una nueva muestra de pobreza musical) levantaron algo al Monstruo, que se paró de sus asientos también motivado por el frío que hacía hoy en la Quinta.

En esta inevitable comparación entre Bisbal y Bosé, hay argumentos que respaldan al chico reality, como la diferencia en años de carrera musical entre ambos. Entonces, quizás será como dijo el también español Raphael: "Bisbal será en unos años un gran artista, pero tendrá el pelo corto y se vestirá de otra forma".

Al crespo intérprete de "Dígale" y "Lloraré las penas" le falta bastante por madurar musicalmente y también en cuanto al show que presenta. Un buen ejercicio era a ratos tratar de establecer quién gritaba más, Bisbal o Montaner (o la misma Rubio).

Es en esos términos donde se encuentran las bases para decir que su presentación es pobre en calidad, que es lo que siempre se exige al final. Porque hacer un show basado en éxitos radiales entre las púberes y adolescentes, no tiene mucha gracia. Tampoco venir a hacer saltar al público o hacerlo enloquecer por tener un buen aspecto físico.

Sólo ese delirio juvenil que el español provoca es el que al final explica - sin convencer- las dos antorchas que se llevó, de Oro y Plata.
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