¿Qué hace la diferencia en comunas que, con condiciones semejantes, logran una cotidianidad más grata? Menor porcentaje de población en condiciones de pobreza, mejor calidad de atención en salud; mayor limpieza, seguridad y otras condiciones que hacen sentir que allí se vive mejor. Múltiples variables inciden en las diferencias, pero una fundamental es el equipo alcaldicio: su proyecto, cómo trabaja y se comporta socialmente.
Estas dos últimas variables serán determinantes en el logro de los objetivos. Que alcalde y equipo sepan liderar orientados por un proyecto (no sólo un discurso), organizadamente, con dedicación, rigor y transparencia. Con concejales dispuestos a construir acuerdos; que trabajen en equipo. Que no se embriaguen con el poder, creyéndose dueños de lo que, en realidad, deben ser sólo servidores. Eso genera anticuerpos y resta voluntades.
En democracia, es trabajo de los electores identificar a quienes mejor se desempeñarán en estas tareas. Es ética de cada ciudadano asegurarse de votar por personas educadas, convencidas del valor del respeto, del trabajo bien hecho, y capaces de poner los intereses partidistas por debajo de las metas sociales acordadas. No podremos quejarnos si no somos responsables al elegirlos.
Así como no contratamos a cualquiera para que ejecute nuestros proyectos, elijamos cuidadosamente a los que conducirán la convivencia y el proyecto de nuestra comuna. Entre todos se construye país; ahora nos toca votar informadamente. Leamos sus propuestas, investiguemos en internet sus trayectorias. Pidamos referencias sobre su capacidad de trabajar en equipo; si han sido justos con sus empleados, respetuosos con sus jefes, buenos en lo que hacen. Si saben dirigir, delegar y dialogar; si controlan sus impulsos agresivos, si tratan bien a todos.
La democracia, además de votar, implica participar responsablemente en la elección.
