EMOLTV

Aprender de a dos

30 de Enero de 2009 | 10:44 |
imagen
Entre las vivencias que uno agradece como joven en las primeras prácticas laborales está la oportunidad de aprender de y con otros más experimentados. Lo he vivido y también oído de mis amigos, que se sienten gratificados en lo que hacen.

Un lugar donde se confíe en el practicante y en sus capacidades; donde se tenga la libertad de crear y explorar, pero no solo. Relaciones cercanas con referentes adultos abiertos a compartir una vida de aprendizajes, logros y errores hacen diferencia.

Surgen algunas observaciones sobre lo que hoy amenaza esta relación de cooperación intergeneracional.

Los jóvenes con más estudios y títulos en Chile y en el extranjero, habilidades mejor incorporadas para el acceso a extensa información virtual y al manejo de nuevas y cambiantes tecnologías pueden generar la ilusión de no necesitar de quién aprender. Se desea ser tratado como un par, y nada se quiere saber de "superiores", desestimando así el conocimiento que da la experiencia.

Adultos que, en medio de la reducción de puestos de trabajo y una competitividad creciente, sienten amenazados sus cargos por estos jóvenes energéticos y más económicos.

O bien adultos que, seguros y concentrados en su éxito personal, dejan a los jóvenes solos.

Es como si se creyera que el logro de las metas no requiere de un otro. Compartir un saber empodera a un segundo, algo que se vuelve posible cuando en ello no se percibe una amenaza y existe colaboración entre generaciones.

Los jóvenes necesitamos tener mayor conciencia de nuestras limitaciones y del valor de la experiencia.

Los adultos encontrarán que las experiencias son más gratificantes cuando existe un aprendizaje conjunto y al valorar la diversificación de talentos y "poderes" para el logro de metas comunes.

Ambos actores requerirán que las organizaciones asuman también la responsabilidad de generar los contextos para hacerlo posible.








EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?