Soltera o solterona, la libertad está en elegir sin temor

Ser sentenciada y apuntada con el dedo, cuando llegaste a los cuarenta y estas sin pareja, sin hijos es como si todo el tiempo estuvieran diciéndote: “Eres una solterona, una amargada, una infeliz, no sabes qué es ser mujer porque no tienes hijos, no estás completa”.

Uf! Afortunadamente esas son frases recurrentes de antaño y que hoy solo permanecen en el inconsciente colectivo y con mucho menos fuerza que antes. Es que sin duda, la mentalidad de los chilenos ha ido evolucionando y el karma de estar soltera ahora se ha convertido en una opción, un estilo de vida, aceptado, comprendido y respetado.

“Creo que en la actualidad ser soltero es más común que antes y la sociedad ha ido generando espacios de libertad, donde se tolera la individualidad de cada uno y ya no tienes que enfrentar tantas discriminaciones o rechazos como antes por ser diferente a lo que hace la mayoría de las personas”, explica la socióloga Verónica Venegas Q.

Tal vez esta libertad, que es relativa, se deba a los avances que ha logrado la mujer en la sociedad. “La mujer está inserta en el mundo social, laboral, en política, es decir, ha conquistado mucho en esas áreas que antes eran exclusivamente consideradas para los hombres, por tanto, tiene una solvencia tanto económica como emocional para poder ser independiente de la manutención de un marido”, añade la psicóloga Bárbara Mandiola, psicóloga clínica del Centro CHAD .

En ese sentido, ser soltera hoy en día no es gran cosa, pero es sinónimo de una mujer “consecuente consigo misma y de todas maneras, muy fuerte y valiente”, porque lo más probable es que haya rechazado varias propuestas en pro de su libertad personal o por el ideal de encontrar a una pareja adecuada.

“Es valiente porque la mujer tiene un reloj biológico, lo cual no sucede con el hombre, la mujer generalmente es fértil hasta al rededor de los 45 años y existe la sensación en la mayoría de las mujeres, que no se es una mujer completa, si no has tenido a lo menos un hijo, aunque muchas hoy en día están dejando esa opción por ser exitosas laboralmente”, afirma Bárbara Mandiola.

Solterones

Para un hombre es más fácil, pero no tanto, elegir ser soltero. “Los hombres son súper exigentes con ellos mismo y también tener un hijo, mantener una familia está dentro de las construcciones hegemónicas de masculinidad. Es decir, el reproducirse es una demostración de su potencia, su hombría y que es capaz de procrear, aunque no será necesario que nazca dentro de un matrimonio o pareja establecida, pero si así ocurre, eso le dará mayor seguridad y estabilidad a su vida”, sostiene la socióloga.

Sin embargo, esta idea también era más fuerte en otra época y se unía a la sospecha de ocultar una tendencia sexual.

Favorablemente, esto también ha ido cambiando y los hombres cuentan con mayor libertad de movimiento y presión social, siendo los viajes, el trabajo y los estudios de postgrado las prioridades antes de formar una familia y “establecerse” aún cuando se tengan hijos.

“Existen casos de adolescencia tardía en personas que no han conformado su núcleo, donde se ve que siguen fuertemente vinculados a su familia de origen: van a lavar su ropa, almuerzan los fines de semana en casa de sus padres y priorizan por viajar y trabajar antes de cualquier otra cosa”, sostiene la psicóloga del Hospital Regional de Coyhaique, Marcela Rivas.

Todas son actividades que parecen “normales”, pero para la especialista producirán una cierta disonancia y pueden hasta provocar una distancia en el desempeño social o afectivo porque “al tener una relación de pareja, resultan ser hombres mamones o mujeres que no se despegan del alero familiar”, asevera. Cualquiera sea el caso, lo principal será elegir con libertad independiente al qué dirán, pensarán o hablarán. La elección es personal.