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Alexitimia: Cuando no podemos expresar las emociones

Esta anomalía se presenta en el 10% de la población y genera problemas para encontrar pareja, amistades y hasta para conocerse a sí mismo.

03 de Marzo de 2013 | 16:31 | Carolina Canales H.
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Hay veces en las que cuesta manifestar con exactitud lo que se siente en una situación determinada y la confusión aparece mezclando muchas emociones a la vez. Pero hay personas que lo sufren de forma crónica, producto de una anomalía neurológica llamada alexitimia.

En base a información de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el trastorno afecta al 10% de las personas, lo que es una cantidad considerable. Estos pacientes son incapaces de identificar y de expresar sentimientos como el amor, el odio, la alegría o la rabia, que son considerados tan comunes.

Sin embargo, no significa que no sientan emociones. El problema es que no pueden reconocerlas y describirlas corporalmente a través de palabras o señas. Hay algunos que sólo logran expresarlas de un modo general con conceptos como “bien” o “mal”, pero no pueden precisar los estados asociados a ellos como felicidad, decepción o enojo; y otros que logran identificarlas, pero no manifestarlas.

Además, las personas con alexitimia tienen poca imaginación y pensamiento simbólico, pues son muy concretos. La dificultad de expresarse se aprecia en el tono monótono de su voz y en la apariencia rígida. También les cuesta crear vínculos de amistad y de pareja por la confusión en sus sentimientos.

No obstante, el síndrome siempre es signo de que algo en el cuerpo o en la mente está funcionando de manera distinta. “Es generalmente un componente de algo más, no existe la alexitimia por sí sola como diagnóstico único, siempre hay que buscar causas”, expone la neuróloga de la Clínica Las Condes, Gisela Kuester.

El origen de la inexpresividad

La alexitimia puede aparecer desde temprana edad, porque los niños no ponderan sus estados mentales ni los vinculan a palabras, por lo que si los papás no estimulan el reconocimiento ni enseñan cuáles son los términos adecuados para describir cómo se siente el menor, éste generará el bloqueo y desarrollará el trastorno.

Por otro lado, el área neurológica y la psiquiátrica, son las principales involucradas en la enfermedad. Investigaciones han descubierto que los traumatismos craneales o los tumores cerebrales son el origen de alexitimia, aunque también se vincula a la esclerosis múltiple y como síntoma primario del párkinson. En base a esto, hay dos tipos de alexitimia.

En el primer caso, la alexitimia primaria se describe como “una disfunción del lóbulo frontal, el giro cingulado, que opera sobre las emociones, que puede ser por una lesión evidente o una alteración en las estructuras neuronales”, indica la especialista Kuester.

La alexitimia primaria, además, “es una condición que puede estar a lo largo de la vida, y eso puede estar en el contexto de cuadros neurológicos que vienen desde el nacimiento o en algunas formas de autismo o en el asperger”, dice la neuróloga Kuester.

El segundo tipo es la más frecuente y corresponde a las enfermedades psicosomáticas, donde la persona cree tener problemas físicos, pero que suelen ser de origen psicológico. A eso se suman los traumas ocurridos luego de situaciones dramáticas como un accidente, muerte de cercanos, el estrés o el poco desarrollo emocional. “Acá la alexitimia es un síntoma más de los que caracterizan a estos cuadros”, comenta Kuester.

Esta segunda clase de síndrome responde a que "las personas sienten los síntomas corporales de las emociones, por ejemplo taquicardias, sudoración, sensaciones de hormigueo, dificultad para respirar. Y muchas veces consultan por eso pensando que tienen enfermedades médicas", afirma la experta.

Empezar a demostrar sentimientos

Dependiendo del tipo de patología que tengan, los pacientes tienen la opción de aprender a expresarse y dejar atrás todos los conflictos para sociabilizar.

La situación de los pacientes con alexitimia primaria es muy diferente a los de la secundaria. En ellos, hay pocas chances de eliminar la enfermedad, aunque igualmente pueden existir mejoras. “Uno puede hacer psicoterapia enseñándoles desde el punto de vista de la cognición o desde lo conductual a cómo identificar las emociones, pero no es fácil”, explica la neuróloga Gisela Kuester.

Para los pacientes con alexitimia secundaria, hay tratamientos con fármacos y siempre con psicoterapias cognitivo-conductuales, más aún si es psicosomática. Sin embargo, en este caso se deriva a psiquiatría y se practican exámenes para orientar el tratamiento. “No basta con la historia clínica, hay varias escalas en que se asignan puntajes según los síntomas del paciente”, sostiene Kuester.

Investigadores de Canadá desarrollaron un test (TAS-20) que puede orientar el diagnóstico de la alexitimia y escalar su grado que consta de 20 preguntas. El método ha obtenido alto reconocimiento y está validado por diversos estudios españoles, pero existen otras escalas que sirven para el mismo objetivo.

En tanto, la técnica para manejar la alexitimia debe ir de la mano con el mecanismo para curar o tratar la enfermedad que está produciendo este bloqueo en el reconocimiento y en la expresión de las emociones.
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