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Loreto Seguel: “En la vida uno debe desafiar los propios límites”

La ministra del Sernam asegura que todo en la vida requiere de pasión, perseverancia, prudencia y paciencia. Por eso, desde esa cartera trabaja por que las chilenas puedan cumplir sus sueños.

04 de Septiembre de 2013 | 08:05 | Por María José Errázuriz L.
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Su emprendimiento partió como una mesada. Su padre compró un frigorífico de productos marinos y les dijo a sus hijos que lo que vendieran comprendería ‘su mesada’. Según lo que vendieran, sería el tamaño del ingreso mensual.

Ella y su hermano se lo tomaron en serio, y mientras estudiaban en la universidad decidieron dar el salto y pidieron un crédito capital semilla y lograron crear Mundo Marino y Marvest, dos emprendimientos que con los años crecieron en forma considerable y de los que ella se desprendió en 2008 para iniciar nuevos proyectos.

Loreto Seguel (36), casada, una hija, se acuerda de esos años y reconoce ser ‘hija del rigor’. Y ese rigor está hoy al servicio de los chilenos desde que en mayo de este año asumiera como Ministra del Sernam, cargo al que llegó luego de pasar por la subsecretaría de Servicios Sociales (desde abril de 2012) y la seremía de Mideplan (desde inicio de este gobierno).

Confiesa que su padre, quien los impulsó, era en cierta forma criticado por algunos de la familia por obligarlos a ganarse la mesada, pero ella cree a pie juntilla que esa filosofía le enseñó el valor de las cosas, que nada es gratis, que nada se da por sí solo. “En la vida hay un 10% de suerte y un 90% de transpiración, te lo doy por segura”, dice.

Estudió ingeniería civil en la UC, carrera que desarrolló en forma paralela con sus negocios de productos marinos. Y asegura que haber desplegado todas sus capacidades como emprendedora la tienen hoy de ministra. “Como emprendedora se debe dejar huella y por eso estoy aquí”.

“Esto tiene que ver con cómo uno se hace dueño de su destino, cómo enfrenta la vida y los desafíos que se le presentan”, afirma Loreto, quien en 2006 fue elegida emprendedora del año por Endeavor.

Y continúa: “uno compatibiliza todo, estudios, stands, empresa, cuando tiene pasión. Uno puede hacer muchas cosas en la vida mientras se tenga pasión por ello…En la vida uno debe desafiar sus propios límites”.

-¿Por qué dar el paso del mundo privado al público?
“Siempre quise estar en el servicio público, es más quería trabajar en el MOP. Y cuando estaba en la universidad empecé a trabajar en el área municipal de la Fundación Jaime Guzmán. Cuando ganó Piñera me llamaron y puse como condición que tenía ser en un puesto relacionado con algo social”.

-¿De lo que aprendiste en el emprendimiento, qué se puede aplicar en el Sernam?
“Más que en el Sernam, en el servicio público…y son mis cuatro ‘p’: pasión, perseverancia, prudencia y paciencia”.

-¿En qué orden?
“En ese mismo orden. Sin pasión esto es imposible y el resto es fundamental. Yo venía de un mundo libre, sin jefes, y al sumarme a esto mi temor era no tener un jefe que admirar y tuve la suerte de estar con Felipe Kast, luego Lavín y hoy directamente el Presidente. Además, siempre había manejado mis tiempos, y estando aquí descubrí que soy muy alineada y me puedo subordinar”.

-¿No sentiste que el Estado fue un chaleco de fuerza?
“Totalmente y por eso aplico la perseverancia. Uno viene del mundo simple y llega a otro que está lleno de amarre, donde hay gente que se quiere sumar y otra que está en una inercia monstruosa y por lo tanto, hay que sacarla de ese status quo. Eso no se logra de un día para otro y eso explica por qué algunos se fueron al comienzo.
“Si uno tira la esponja todo sería fatal. Jaime Guzmán decía que si la mejor gente trabajara en el servicio público, Chile sería distinto”.

-Por tu profesión era explicable ir a parar a Mideplan. ¿Cómo te explicas estar en el Sernam?
“Mi vida ha estado marcada por el sello femenino, por haber querido que más mujeres en Chile puedan hacer lo que quieren soñar. Además, a medida que pasa el tiempo uno se convierte en referente para otros que están empezando; no sé si es ser modelo, pero cuando a uno la reconocen no sólo hay orgullo, sino una tremenda responsabilidad por lo que haga o no haga”.

Loreto Seguel sostiene que abordar temas como emprendimiento femenino no está tan lejos de otras políticas como la lucha contra la violencia contra la mujer, porque finalmente, si se desea que esa mujer salga del círculo de la violencia requiere de autonomía económica.

-¿Sientes que el femicidio tiene copada tu agenda y nos has podido desarrollar otros programas?
“No, el femicidio no me ha ahogado, pero tengo poco tiempo para estar en este cargo y uno debe priorizar y aportar dejando huellas. Tengo urgencias, pero siempre con la idea de dejar una huella que haga la diferencia entre haber estado o no en el cargo.
“El femicidio es un tremendo tema país, pero eso no ha impedido que nos ocupemos del embarazo adolescente. A lo mejor, desde el punto de vista mediático, por la tragedia que implica, la violencia contra la mujer es mucho más profundo, pero se pueden trabajar en estos dos ejes. Además, también quiero dejar avanzado el programa (sello Iguala-Conciliación) destinado a disminuir las inequidades en el mundo laboral como la brecha salarial, la discriminación, diferencias en el acceso a capacitación”.

-¿No te rebela que la brecha salarial se mantenga en un 30% pese a que existe una ley que lo castiga?
“Es que eso demuestra que las leyes son importantes, pero deben ser pensadas de tal manera que puedan operar. Hacer leyes por hacer leyes no tiene sentido, las normas deben tener una expresión y eso es parte de los desafíos que tenemos, por ejemplo, con la ley de post natal y la posibilidad de que los hombres también la usen.
“Para que la ley de brecha salarial se aplique se debe generar un incentivo, pero, ojo, no del Sernam, sino que un organismo externo como el INP, que debe ser el que hace la certificación. Cumplir esta ley debe ser como cumplir una ISO”.

-Este Gobierno ha creado diversos sellos como el Sernac y al ser voluntario no han tenido mucha acogida en el empresariado.
“Bueno, esto es pionero en Chile y se hace cargo de que es una realidad de que el rol de la mujer está cambiando y que aquellas empresas que logran compatibilizar el rol del hombre y la mujer son más exitosas. Las ISO cuando partieron no eran obligatorias y buscaban diferenciar; nuestro desafío es que más empresas crean que esto es importante”.
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