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Línea de tiempo: Ve lo que pasa cuando dejas de fumar

Cientos de personas tratan de no seguir con el vicio del tabaco, pero no pueden, tanto por razones físicas como emocionales. Aquí te explicamos el porqué y cómo sería una forma eficiente de dejarlo.

17 de Enero de 2014 | 15:09 | Fernanda Villalobos Díaz
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Según la última Encuesta Nacional de Salud, un 37% de las mujeres chilenas fuman. Las adolescentes de entre 13 y 15 años, por su parte, tienen el record de ser las más fumadoras del mundo: 40%. En Chile, 1 de cada 2 personas adultas entre 25 y 54 años fuma.

En marzo próximo se cumplirá un año de la reforma a Ley de Tabaco en Chile, cuyo objetivo fue aumentar las restricciones al consumo, venta y publicidad del cigarro.

A pesar de que se prohibió fumar en espacios cerrados con público, los chilenos no han dejado de fumar. Comprensible quizás porque no es fácil dejar un vicio, sobre todo para aquellos que llevan muchos años en él.

Un estudio español confirma que la prevalencia del tabaquismo disminuye hasta un 11% cuando se implementan ambientes libres de humo de tabaco en lugares públicos cerrados.

Los síntomas de abstinencia son distintos para cada persona que fuma, pero hay algunos que son comunes, explica la doctora María Paz Corvalán, coordinadora de la Comisión de Tabaquismo de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias.

Estos indicios son: ganas excesivas por fumar, irritabilidad, aumento de apetito, dificultad para dormir, dificultad para concentrarse, sensación de inquietud y nerviosismo, pero que irán desapareciendo a medida que pasen días sin fumar.

Cuando se deja de fumar, el cuerpo tiene que adaptarse a no tener nicotina, la sustancia adictiva del cigarrillo. Es desagradable, pero se puede lograr.

“Dejar de fumar es un proceso en que el cuerpo se va liberando de la nicotina. El primer día sin fumar puede ser tanto el mejor día en la vida de un paciente (si es que no fuma más a partir de ese día) y también puede ser el peor”, agrega.

A 20 minutos de dejarlo: La presión arterial y el ritmo del pulso bajan a la normalidad y la temperatura corporal de las manos y pies llegan a un nivel normal.

A 8 horas de dejarlo: Los niveles de monóxido de carbono en la sangre bajan y el nivel de oxígeno en la sangre se incrementa a niveles normales.

A 24 horas de dejarlo: El riesgo de un ataque al corazón disminuye.

A 48 horas de dejarlo: Las terminaciones nerviosas se regeneran y los sentidos del olfato y gusto se normalizan.

2 a 3 semanas de dejarlo: Mejora la circulación y se hace más fácil caminar. Los pulmones trabajan mejor y las heridas sanan más rápido.

1 a 9 meses de dejarlo: Se tiene más energía. Los síntomas relacionados al tabaquismo como tos, congestión nasal, fatiga y dificultad respiratoria mejoran.

Al año de dejarlo: El riesgo de cardiopatía coronaria es la mitad del que alguien que consume tabaco.

A 5 años de dejarlo: El riesgo de padecer cáncer de boca y pulmón se reduce a la mitad.

A 10 años de dejarlo: El riesgo de accidente cerebrovascular y cáncer pulmonar son similares a los de alguien que nunca ha fumado. Si la fuerza de voluntad no te acompaña, existen distintos tratamientos que ayudan a dejar de fumar.

Dentro de los más exitosos son aquellos que combinan tratamientos farmacológicos y psicológicos de orientación cognitivo-conductual; terapia de reemplazo de nicotina tales como chicles o parches; y medicamentos que disminuyen la disponibilidad del tóxico en el cerebro como la Vareniclina y Burpopión.

“Cuando hablamos de este tipo de fenómeno entendemos que requieren tiempo para producirse, por lo tanto en algunos años veremos cómo el número de fumadores en nuestro país se reduce y muchos otros cambios positivos ocurren. La manera más efectiva es dejar completamente, de una vez, o de a poco el consumo de cigarrillos.”, concluye.

La lista divertida

La revista electrónica thoughtcatalog.com publicó una línea de tiempo de cómo una persona se podría llegar a sentir emocionalmente durante la experimentación del Síndrome de Privación de la Nicotina.

1. No importa cuánto llevas fumando, hueles a cigarro y tu pareja se queja por ello.
2. Se necesita una gran ocasión para dejar de fumar, como un propósito de Año Nuevo.
3. Desde el momento que decides dejarlo, te aseguras de publicarlo en todas las redes sociales para que todos sepan.
4. De ahora en adelante debes mantener el control sobre los minutos, horas, días y semanas que has estado sin fumar.
5. Ya estás pensando en retirarte. Estás ansiosa, molesta, básicamente, todo te irrita.
6. Mantienes la calma.
7.Despiertas pensando: “Esta sí que es una gran batalla”.
8. Te empiezas a preguntar qué podría reemplazar un cigarro cuando has tenido una noche de mal sexo.
9. Lo que solía ser un break para fumar en la oficina, ahora es un break para comer helados.
10. Comienzas a juzgar los hábitos de los que fuman.
11. Debes evitar todo contacto con el cigarro, incluidos tus amigos que lo hacen.
12. Considera invertir en un cigarro electrónico.
13. Aspira discretamente el cigarro electrónico porque te ves muy rara absorbiendo un delgado palo negro.
14. Te sientes tan saludable que hasta piensas en convertirte en vegetariana.
15. Te sientes orgullosa de ti misma y sacas la cuenta de tu ahorro por semana.
16. Una amiga te dice que en vez de fumar cigarros, fumes marihuana ¡Duda!
17. Continúas sintiéndote orgullosa de ti misma.
18. Pasaste el umbral. Ahora tienes dos opciones: continuar por este saludable camino o buscar una razón para recaer.
19. Caíste, empezó el proceso de nuevo.


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