EMOLTV

Vasco Moulian: “Hoy veo la vida en colores”

Tras un difícil período que incluyó una demanda de su ex esposa, reclusión nocturna y la triste pérdida de una guagua, el conductor parece estar dejando atrás los días oscuros de su vida. Dejó definitivamente el trago y hasta se hizo un bypass gástrico que hoy lo tiene con más energía que nunca para estar con sus hijas y entregarse a su nuevo programa “De aquí no sale”.

26 de Agosto de 2014 | 15:01 | Por Ángela Tapia Fariña, Emol.
imagen
Mauricio Pérez, El Mercurio.
“Ser trabajólico es una enfermedad, porque no se dimensiona dónde está lo importante y urgente”, explica Vasco Moulian (42, @vmoulian), tras asumir que su adicción al trabajo le costó un segundo fracaso matrimonial y dejar de vivir con sus dos hijas, Rosario y Magdalena (11 y 13 años).

Estar en los zapatos de este actor y ex director de contenidos, no es fácil. Basta recordar que a principios de este año, parece haber tocado fondo con una mala racha que no tuvo piedad, luego de que su ex mujer lo demandara por pensión alimenticia, hecho que lo llevó a tener que cumplir arresto nocturno, justo en el momento en que su actual pareja perdía un bebé de 5 meses de gestación.

Tiempo después, aparecería en pantalla, y con la misma falta de pelos en la lengua que tiene para sus columnas sobre televisión -o para decir que no le perdona a su fallecido padre que lo hiciera hincha de la Católica-, admitiría estar saliendo de una época oscura ligada al alcohol, y su lucha contra la depresión, enfermedad que llevó a su padre a la muerte.

Sentado a un costado del estudio de “De aquí no sale”, su nuevo programa en UCVTV, un delgado Vasco explica cómo un bypass gástrico le permitió bajar 36 kilos, que ganó a punta de ansiedad cuando dejó el alcohol.

Entusiasmado, revisa cada cierto raro los números del rating de su nuevo espacio, al que se lanzó tras dejar la conducción que por años tuvo de “Sin Dios ni Late”, buscando un nuevo lugar que, como explica, le permitiera decir lo que siente sin filtros.

“Estoy muy contento. Me operé y ahora sí que estoy impecable, me levanto con pilas y no solo para la pega”, explica. Y claro que necesita de esa energía, cuando además de buscar un espacio con sus hijas, debe dividirse entre sus labores como conductor, profesor de emprendimiento y –un a veces odiado- columnista de tv.

-Fue en esto último que te has ganado algunos enemigos.
“Sí, aunque creo que se dieron más durante mi cargo como ejecutivo de un canal. Ésa es la pega más difícil; tienes que cortar muchas cabezas y decirle a muchos proyectos que no. Y para un artista que estuvo trabajando un año para presentarte su idea, que en treinta minutos se la rechaces porque no va acorde a la línea editorial, es como faltarle el respeto, hasta yo me enojaría. Así me gané muchos enemigos, pero también amores, como el productor de ‘Amango’, con el que empezamos a desarrollar el proyecto, igual que pasó con ‘Diego y Glot’, ‘Química’ o ‘La tortuga Taruga’… La gente se olvida de todo eso y cree que solo puse a ‘Los Simpsons’, porque es más fácil acordarse de lo malo. Cuesta hacer tele, cuesta esta industria maldita que es muy injusta. Piensa en todas las producciones nacionales, en todo lo que han invertido, para sacar apenas 4 puntos de rating, solo porque hay una teleserie turca al otro lado”.

-Hace unos meses te propusiste limpiar el “Dicom” de tu vida, a propósito de tus enemigos. ¿Lo has logrado?
“¡Dios quiera! A mí me ha tocado sufrir harto en el último tiempo. Perdí una guagüita hace unos meses, tuve problemas con mi ex…  No lo he pasado bien. Pero igual soy entusiasta, trato de estar con buen ánimo, pero cuando tengo pena, pucha, me caigo. Y a veces pienso si las cosas malas que me pasan se deben a que no pensé en el otro cuando escribí una crítica en una columna, no sé…”.

-¿Crees que se te devuelve una mala vibra?
“Claro, pienso si habré hecho algo malo como para que me pasen cosas tristes. De verdad que te empiezas a cuestionar por qué te vienen las malas rachas, todo junto. Perder una guagüita no se lo doy a nadie y no, a nadie”.

-¿Hoy, cómo estás?
“¡Estoy feliz! Y espero que este momento de felicidad no se acabe. Estoy muy entusiasmado con ‘De aquí nos ale’, con el equipo… El trabajo es algo que me da mucha energía”.

-El trabajo, tu nueva talla, además de estar sobrio…
“Absolutamente. Cuando me separé, pasé una época súper dura de copete. Es algo que cuesta reconocer. Por lo general, la gente pública no entiende el bien que le podemos hacer a nuestra ciudadanía si nosotros contamos cosas como ésta. Yo aprovecho siempre vitrinas como ésta para contar cómo se puede salir adelante. Si no, dar entrevistas solo por darlas es solo ego, como decía mi papá”.

-¿Y cómo saliste adelante?
“Lo primero es reconocer que estás tomando un poco más de lo que toma una persona normal; que en vez de un pisco sour al almuerzo, te estás tomando tres, y que incluso estás viendo si almuerzas antes para poder tomártelos pronto, y ojalá, no parar hasta la noche. Así fue como me puse un pellet, algo que recomiendo absolutamente para los que están pasando por este problema.
“Un par de días a la semana los dedico a conversar con personas que están a punto de tomar la decisión de ponerse un pellet”.

-¿Aún tienes el pellet?
“Sí. Me lo podría sacar, pero prefiero no hacerlo, aunque no volvería a tomar por ningún motivo. Hoy veo la vida en colores. Antes lo hacía en blanco y negro, y más en negro que en blanco. Hoy puedo disfrutar de un fin de semana en Rapel con mis hijas; levantarme temprano y desayunar con ellas en la mesa, feliz. Es algo que cualquiera podría encontrar normal, pero cuando estás metido en el copete, lo único que quieres es que nadie meta ruido, por lo menos, hasta las 12 del día”.

“Yo tomo medicamentos porque tengo trastornos del ánimo y los llegué a mezclar con alcohol. Imagínate lo suicida. La verdad es que no sabes lo que me afectó la separación y dejar de vivir con mis hijas. Esta no es una vida fácil. Por ejemplo, me afectan mucho cosas como lo de Robin Williams, porque mi papá también se quitó la vida. Me tocó vivir eso, pero hay distintas formas de verlo: o te quedas durmiendo en la casa, pensando en que eres depresivo y que tienes todo el derecho a estar acostado toda la vida, o sales adelante y le ganas a la vida. Yo traté de irme por ese camino”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Uf, tengo varios, sobre todo, obsesiones. Me gusta comerme un chocolate antes de dormir, tener todos mis remedios muy ordenados, mirar el rating… Eso llega a ser insoportable. Me tengo que dormir mirando el último minuto de rating, mandarlo y twittearlo.
“Ahora estoy tomando un remedio para dormir que me desploma, pero antes, me levantaba a comer como sonámbulo. Abría el refrigerador y al otro día ni me acordaba. Dejaba los papeles botados y las niñitas me retaban: ‘¡Pero papá! ¡Por qué te comiste mi manjar entero!’”.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?