La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde
me ha arrojado la mar en su ola de salmuera.
La tierra a la que vine no tiene primavera:
tiene su noche larga que cual madre me esconde.
El viento hace a mi casa su ronda de sollozos
y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito.
Y en la llanura blanca, de horizonte infinito,
miro morir intensos ocasos dolorosos.
¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido
si más lejos que ella sólo fueron los muertos?
¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto
crecer entre sus brazos y los brazos queridos!
Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto
vienen de tierras donde no están los que son míos;
y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos,
sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos.
Y la interrogación que sube a mi garganta
al mirarlos pasar, me desciende, vencida:
hablan extrañas lenguas y no la conmovida
lengua que en tierras de oro mi vieja madre canta.
Así anunció El Mercurio, la entrega del Premio Nobel a Gabriela Mistral el 11 de diciembre de 1945, un día después de la entrega del galardón:
Santiago, Chile. 11 de diciembre de 1945
EL REY GUSTAVO DE SUECIA HIZO ENTREGA
AYER DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA A GABRIELA MISTRAL.
En la Casa de Conciertos
de Estocolmo, se celebró la solemne ceremonia
de entrega del Premio Nobel de Literatura a la poetisa chilena. El acto
llegó su culminación cuando el miembro de la Academia Sueca,
Hjalmar Gullberg, presentó a Gabriela Mistral y leyó fragmentos
de sus poemas. En el sitio de honor estaba sentada la agraciada, vestida
con un traje de terciopelo negro. Frente a ella, separada del estrado poruna
balaustrada de flores rosadas, estaban la Familia Real, encabezada por
el Rey Gustavo, los miembros del Gobierno sueco y el Cuerpo Diplomático.
Una vez que Hjalmar Gullberg terminó su discurso de presentación
Gabriela le saludó y fue presentada por éste al Rey Gustavo,
quien le hizo entrega oficial del Premio Nobel. El monarca sueco y la poetisa
chilena sostuvieron enseguida una prolongada conversación. Después
de la ceremonia la Municipalidad de Estocolmo ofreció un banquete
a los agraciados con el Premio Nobel. Hoy el Rey Gustavo ofrecerá un
banquete al cual asistirá Gabriela Mistral.
ESTOCOLMO (AP).- La solemne ceremonia Nobel en la Casa de Conciertos de
Estocolmo, llegó a su culminación cuando Gabriela Mistral
fue presentada y traducidos algunos de sus poemas.

Hjalmar Gullberg, de la Academia Sueca, leyó fragmentos de sus
poesías y describió cómo la maestra de escuela de
una pequeña provincia se convirtió en la Reina de la Poesía
de toda América Latina.
Detrás del orador, en el sitial de honor, estaba la poetisa chilena, vestida con un bello traje de terciopelo negro escuchando atentamente sus propios poemas en idioma extranjero.
En el fondo del presidium, bajo la estatua del inventor sueco Alfred Nobel, rodeada por una corona de laurel dorado y banderas suecas se sentaban los miembros de la Academia de Ciencia de Suecia y el Comité Nobel. Frente a la Mistral y separada del estrado por una balaustrada de flores rosadas, estaba una gran multitud encabezada por la familia real, los miembros del Gobierno sueco y el cuerpo diplomático.
Gullberg dijo que “en el libro de la Mistral ‘Tala’, hay una serenidad cósmica sobre el suelo sudamericano y añadió que allí “el elemento de la vida humana es glorificado”.
Apartándose del protocolo, Gabriela avanzó unos pasos hacia Gullberg agradeciéndole sonriente por su discurso. Después él le pidió que recibiese el premio de manos del Rey.
El octogenario monarca subió al estrado y entregó el Premio después de lo cual sostuvo una prolongada conversación con la poetisa chilena bajo el zumbido de las cámaras y el sonar de las trompetas.
La Mistral agradeció al público.
Después de la ceremonia, Gabriela Mistral y otros ganadores del Premio Nobel fueron invitados de honor a un banquete en la Municipalidad.
Mañana (hoy) asistirán a un banquete que ofrece el Rey Gustavo V.