Por Pedro Labra (crítica publicada el 23 de julio de 2008)
Lástima que el esperado "El pelícano" -segunda creación del juvenil colectivo liderado por Muriel Miranda cuyo debut, "Maleza", despertó maravillada admiración hace dos años- no responda a sus altas expectativas. Porque perdiendo de vista lo específico de su acierto inicial, la bien calibrada fusión de teatro y cine animado en stop motion, entrega una versión simplificada de la obra de Strindberg en que predomina la representación escénica, en tanto las filmaciones cumplen un papel de mero accesorio.
Por cierto es un trabajo hecho con ingenio y minucioso rigor, sobre todo en el planteo escenográfico, una suerte de casa de muñecas con sus diversos espacios interiores. Pero las secuencias animadas, en vez de constituirse en partes determinantes y esenciales del relato, aquí son contadas, breves y complementarias a la acción principal: ilustran básicamente lo que se ve por la ventana y el incendio final, además de aportar un prescindible zapping televisivo.
En cuanto al aspecto puramente teatral, se subordina al torcido y crispado drama expresionista original -sobre la madre avariciosa y cruel y sus dos agobiados hijos- que presenta como un cuento infantil de terror para adultos o un thriller en tono de cómic entre cándido y tremebundo, en el que se alternan rasgos de melodrama desbordado con otros fantásticos, paródicos, humorísticos y sexuales. Inorgánico en su estilo, el montaje da la impresión de no conducir a ninguna parte, y en ese marco las actuaciones lucen erráticas y flojas. El extravagante diseño de los trajes acentúa la incierta línea de la propuesta.
Marcela Salinas, Diego Ruiz, Iván Álvarez de Araya, Muriel Miranda.
Dirección y Dramaturgia: Muriel Miranda.
Duración: 60 minutos.
Lugar: Sala Sidarte (Ernesto Pinto Lagarrigue 131, barrio Bellavista).
Funciones: Del 6 al 14 de enero, a las 20:30 horas.
Precios: $3.000 general.
