Ten ten y Cai cai vilú

El Mito de Ten ten y Cai Cai Vilú cuenta la creación de la isla de Chiloé,  la cual se origina por la lucha entre dos culebras: Cai cai, una serpiente maléfica de los mares que representa lo inestable y torrentoso  y Ten ten, una culebra benigna de la tierra y los cerros, que representa todo lo estable.
La interacción constante de estas dos fuerzas opuesta da vida al mundo tangible e intangible. Ten ten protege al ser humano de los principios oscuros del fondo marino. Mientras que Cai cai atrae todo lo que está en la superficie hacia las profundidades del fondo del mar.
La historia cuenta que Tentenvilú habitaba tranquilamente sobre la cordillera, hasta que un día Caicaivilú se enfureció contra los habitantes de la tierra, mandando sobre ellos gigantescas inundaciones. Muchos perecieron, entonces Ten ten empezó a elevar cada vez más sus montañas y cerros al cielo para que las aguas no pudieran llegar hasta los humanos. La batalla duró tanto tiempo, que desmembró el continente, originando así el archipiélago de Chiloé.

 

“Tentenvilú y los sobrevivientes vivieron desde entonces en la parte no sumergida de la tierra y juntos repoblaron y cultivaron la tierra” (Guía Mitológica Ilustrada de Chile, Renzo Soto), y dieron origen a los montes Ten Ten.  Además, se dice que los humanos que murieron se transformaron en agua, roca, o que incluso aún penan sus animas en la cordillera.