Si usted creció interiormente en los últimos años, sonría; pero no cante victoria. Si no sabe de qué se trata esto, preocúpese. Si no le interesa crecer, ni se inquiete; lo hará de todas maneras. El 2016 es muy generoso y nos quiere a todos más grandes, alineados con tres preguntas muy importantes: ¿estamos contentos con la vida cotidiana que llevamos?, ¿con qué sentido hacemos lo que hacemos?, ¿para qué estamos acá en esta existencia tan desafiante y mágica a la vez?
Pero dejemos los preámbulos. Este año es muy pragmático. Hay que aterrizar, resolver sin darse vueltas, dejar las excusas que ponemos para no cambiar aquello que nos incomoda o ahoga (empezando por los hábitos de nuestro ego), soltar más de un puñado de creencias antiguas, dejar de filosofar, retomar la confianza en la poderosa vida y liberarnos de varios excesos que nos impiden crecer. Anote esto último.
Si lo hacemos, el bondadoso señor Universo promete varios regalos que detallaremos a continuación. Y si no queremos no pasa nada. Nada más que vivir un año bastante opaco y pegado en temas que pueden hacernos sentir como un tierno hámster en su ruedita. Eso no más. Usted elija.
Hablemos de los regalos. 2016 favorece el trabajo interno y externo. ¿Es esto un regalo? –dirán muchos. Sí, hay gran terreno para el descubrimiento de nosotros mismos. De los miedos, dogmas, evasiones, rigideces, exageraciones y auto-engaños que nos impiden conectar con nuestras verdades, con lo que realmente queremos y vinimos a realizar. Ya sea por opción u obligación -el destino tiene un humor muy particular a veces-, una vez detectados tendremos más fuerza para actuar y construir una vida de mayor coherencia que se traducirá en libertad y luz propia.
También nuestras labores en el mundo están bendecidas. Aquí se hace importante el ‘para qué’ mencionado antes. Es un gran año para profundizar en si nuestro trabajo –o estudio- nos gusta o no, si está en armonía con quienes somos, si tiene sentido. De responder todo con un no, el 2016 nos invita a agradecer y aceptar la experiencia vivida para luego dar pasos concretos que cambien nuestro escenario hacia una ocupación que nos realice y nos represente. Tampoco busquemos lo ideal, basta con que hagamos un primer cambio a algo mejor. Recordemos que esto –la vida- es un camino. En todo caso, el horizonte está abierto al encuentro.
Otro tema son las artes y cualquier actividad creativa que nos inspire, que cultive nuestra identidad. Mal por aquellos que dividen sus días sólo entre casa y trabajo. Bien por quienes se desarrollan en nuevas áreas y más si es sólo por probar. 2016 trae encuentro con nuevos talentos, mayor diversión y apertura para explorar disciplinas que pueden enriquecernos.
Un mega obsequio es que todos aprenderemos a usar la pasión y el entusiasmo con sabiduría. Claro, porque cuando esta última no está muchas veces podemos quedarnos sólo en las ganas, no ver los detalles y señales (que suelen gritar: ¡no es por ahí!), tropezarnos con la misma piedra –o roca-, vibrar en adrenalina sin concretar. Ahora tenemos que sentarnos a definir dónde pondremos fuerza, cuáles serán las acciones a tomar en el corto plazo e ir paso a paso encantándonos con nuestras aspiraciones porque veremos avances reales.
¿Más regalos? Mmm; nuestra amiga “gula” –en sus distintas versiones- pierde protagonismo (un minuto de silencio por esta fiel compañera de tantas décadas). 2016 nos pide mesura para comer, beber, hablar, hacer, gastar, pensar, criticar, flojear. Definitivamente menos es más. Por tanto, es un buen año para perder kilos y también para el silencio, gesto que será sagrado y aplaudido por toda la galaxia.
Y, como señalábamos, el pragmatismo se hace notar. Atrás quedarán los dramas –amén-, rollos mentales y las emociones desbordadas ante la realidad. Este año nos dice: ¡Basta de quejas; manos a la obra!, ¿qué estás haciendo ahora por tus anhelos? Y si la respuesta es “nada” podremos detenernos a conectar con nuestro corazón profundo para que nos sople qué pasos concretos dar: desde botar lo viejo, tener conversaciones, ordenar cuentas, ir a terapias varias, dejar espacio para descansar o divertirnos; hasta irnos de viaje por largo rato, deshacer o comenzar un compromiso, mudarnos, iniciar un proyecto importante. Es tiempo de concretar nuestro goce y sentido de vida.
Ahora, en lo mundial, habrá que tener atención con el fuego en su significado literal (incendios, explosiones, volcanes, calor) y metafórico (rabias, protestas, fuertes conflictos, líderes ofuscados, virus). La tierra se nos puede mover no sólo con terremotos o deslizamientos, además con asuntos internacionales de dinero, descubrimientos de nuevos cultivos y/o de yacimientos de minerales o de combustibles que pueden provocar asombro; los hallazgos arqueológicos también. Tanto los migrantes como el turismo podrían dar qué hablar y verse sometidos a nuevas regulaciones; ojo con trenes, barcos, aviones y aeropuertos.
Igual el 2016 sacará un zoom para mirar ciertas áreas. Afírmense los ambientes académicos (especialmente universidades y ciencias), las religiones de todos los tiempos y colores (en especial las más poderosas), todos los asuntos legales junto a sus protagonistas, los políticos muy apegados a antiguas ideologías, las editoriales y las exportaciones. Tendrán que crecer. No en cantidad sino en coherencia, calidad y ética. Saldrán más secretos a la luz y también nuevas figuras.
El cine, la música, la innovación científica y tecnológica, los emprendedores y el deporte individual seguirán nutriéndose para mostrar nuevas formas de hacer las cosas. Además, tendremos energía física y emocional renovadas para mejorar la salud, especialmente durante el primer semestre, que favorece el encuentro de tratamientos integrales.
Para todos habrá una gran práctica: la consciencia en todo lo que hagamos. Hay una palabrita que se repite en estas líneas: el sentido. El profundizar en nuestras vidas y conquistar mayor satisfacción pasa –en buena medida- por movernos con mayor claridad sobre nuestros propósitos profundos. El ‘desde dónde’ actuamos será clave porque podremos iluminar más los resultados de nuestras acciones y direccionar mejor la energía.
2015 nos hizo cruzar un puente de crecimiento y ahora 2016 nos instala en otra orilla muy distinta que nos pide acción consciente, visión y solidez. Los planetas nos dan el vamos en esta bella tarea desde el 1 de enero en que todos están directos (otras veces hay algunos en movimiento retrógrado); podremos sentir que nos empujan con alegría para que abramos nuestros destinos, que nos acompañan en la aventura de conquistar lo que anhelamos con calma, sonrisas y lucidez. ¡Feliz 2016, año para concretar desde la real fuerza del corazón!