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ARGUMENTO
DE ‘‘PETER GRIMES’’
Música
de Benjamin Britten. Libreto de Montagu Slater, basado en un fragmento
del poema “The Borough’’, de Georges Crabbe. Estreno:
7 de junio de 1945, Londres (Teatro Sadler’s Wells)
La
escena es un pequeño pueblo de pescadores en la costa oriental
de Inglaterra.
Prólogo
Una
sala atestada al interior de Moot Hall, dispuesta para que la autoridad
correspondiente investigue una muerte. Hobson, el mensajero y alguacil
de la aldea, llama a Peter Grimes. Swallow, un abogado, le indica
que las pesquisas son para investigar la muerte de su aprendiz.
Le pide a Grimes que si tiene evidencia se la entregue, luego le
toma juramento. Swallow logra con paciencia que Grimes le haga un
relato: cómo en un viaje de tres días para vender
pescado en Londres, el agua potable se acabó y el niño
murió. Al regresar, Grimes llamó al farmacéutico,
Ned Keene, y se juntó una multitud hostil. A medida que la
corte se vuelve ruidosa, Swallow pide silencio. Puesto que la evidencia
no es concluyente, da a Grimes un consejo: que no vuelva a tomar
otro aprendiz. Peter se opone al veredicto, pero Swallow lo ignora
y la corte es desalojada. Cuando queda sola con Peter, Ellen Orford,
la maestra de escuela de la aldea y la única que está
a su favor, trata de convencerlo de que hay un futuro mejor. Ella
es su amiga y quiere seguir siéndolo.
Interludio
I: El alba
ACTO
I, Escena 1
Una
fría mañana gris, con el pueblo cantando mientras
empieza a trabajar. Están en escena Auntie, la propietaria
del pub; Bob Boles, un pescador metodista, y Balstrode, un capitán
de mar jubilado. Los siguen el Rector, la Sra. Sedley, una anciana
viuda chismosa, y dos ‘‘sobrinas’’ de Auntie.
Repentinamente,
Grimes pide ayuda a gritos para arrastrar su bote. Nadie se mueve,
hasta que Balstrode y Ned le dan una mano. Ned le cuenta a Grimes
que le tiene un nuevo aprendiz, al que tiene que recoger en el hospicio.
Hobson se niega a traer al niño. Su renuencia consige la
aprobación de los aldeanos. Ellen se presenta y se ofrece
para acompañarlo, ante la ira de todos. Ellen da un rodeo
a la multitud. ‘‘Aquel de entre ustedes que esté
libre de culpa, que lance la primera piedra’’. Le dice
a Hobson que está lista y parten. La Sra. Sedley se apresta
para recoger su láudano donde Ned.
Balstrode
ve que se aproxima una tormenta la que se desata con repentina furia.
Todos se van excepto Peter, a quien Balstrode aborda: ¿Por
qué no parte a vivir a alguna otra parte? Balstrode le recuerda
la investigación del caso y Peter se lanza en una descripción
desgarradora de la muerte del niño. Cuenta su sueño
de conquistar el pueblo y casarse con Ellen. Los dos discuten y
Balstrode se va.
Peter
tiene una repentina visión de paz, con Ellen al centro, antes
de arrase que el nuevo frenesí de la tormenta arrase.
Interludio
II: Tormenta
ACTO
I, Escena 2
Al interior de The Boar esa misma noche. Auntie permite que la Sra.
Sedley espere a Ned, aunque es más tarde que la hora de cierre.
Entran más clientes y las ráfagas de viento hacen
que las ‘‘sobrinas’’ lleguen corriendo en
sus atuendos de noche. Auntie critica la obscenidad de Balstrode.
Boles, bebido, se lanza sobre una de las sobrinas. Balstrode interviene
y Boles lo ataca. La Sra. Sedley grita y Balstrode, al haber vencido
a Boles, define el código de comportamiento del pub. Ned
entra para encontrar a la Sra. Sedley esperándolo. Repentinamente
aparece Grimes, alborotado y sacudido por el viento. La Sra. Sedley
se desvanece y los aldeanos murmuran en contra del ‘‘intruso’’.
Grimes
empieza a describir una visión; los aldeanos creen que está
loco o bebido y Boles trata de provocar una pelea. Para liberar
la tensión, Balstrode sugiere una canción. Ned empieza,
luego todos se unen, entre ellos Grimes, con palabras propias inquietantes.
La puerta se abre y entra Hobson, Ellen y el nuevo aprendiz. Peter
quiere llevárselo de inmediato, y Ellen no puede disuadirlo.
‘‘Peter te llevará a casa’’, le dice
ella al niño, ante la consternación de los aldeanos.
ACTO II , Escena 1
La
calle de la aldea en una bella mañana de domingo algunas
semanas más tarde.
Interludio
III: Mañana de domingo.
Ellen
entra con el aprendiz y se sienta a trabajar bajo el sol. El niño
juega mientras se oye cantar a los feligreses en la iglesia. Ellen,
al hacerle preguntas, nota que el abrigo está desgarrado
y que el niño tiene un moretón en su cuello... Mientras
ella considera qué puede significar, entra Peter para llevarse
al niño al mar. Ellen trata de disuadirlo: es un día
de descanso. Ella no puede ver el sentido de todo este trabajo,
dice, y luego hace mención del moretón. Peter, furioso,
sale a trancos largos con el niño.
Algunos
de los habitantes, quienes han estado observando la pelea, le echan
en cara a Ellen su parte en el negocio. Los feligreses, quienes
están saliendo de la iglesia, acrecientan el debate. Boles
se burla del sistema de aprendices y del rector de la aldea. La
multitud se vuelve cada vez más en contra de Ellen. Ella
se defiende mientras que los otros exclaman severos comentarios.
La ira de los habitantes empieza a intensificarse, envían
un grupo investigador para que aborde a Grimes en su choza. Hobson
toca su tambor y ellos parten. Ellen, Auntie y las ‘‘sobrinas’’
se quedan, para analizar la posición de las mujeres, las
que son menospreciadas por la toma de decisión de los hombres,
pero aun así las necesitan para consolarlos cuando las cosas
salen mal.
Interludio
IV: Pasacalle
ACTO
II, Escena 2
La choza de Peter Grimes más tarde esa misma mañana.
Peter,
en medio de una ira violenta, empuja al niño en la choza
y le ordena que se prepare. Mientras abre la puerta que da al risco,
observa el mar lleno de peces y piensa en el dinero que podría
ganar. Sueña en un futuro feliz con Ellen, pero luego vuelven
los recuerdos perturbadores del último aprendiz. A medida
que se aproxima el tambor de Hobson, Peter cree ver al niño
muerto en la choza. Ahora se pueden oír voces. Peter culpa
al nuevo aprendiz por hablar con Ellen y el niño aterrorizado
empieza a sacar los aparejos por la puerta que da al risco. Un golpe
en la otra puerta. Peter exige al niño que baje, pero se
asusta y suelta la cuerda. El menor cae por el risco. Peter va detrás
de él.
El
Rector y su banda entran a la choza. Observan por la puerta que
da al risco, pero no bajan. Satisfechos al no encontrar nada, se
van, excepto Balstrode, quien sigue el camino de Peter risco abajo.
ACTO III, Escena 1
Interludio V: Claro de luna
La
calle de la aldea unas noches más tarde. Se realiza un baile
popular en un granero. Swallow está persiguiendo a una de
las ‘‘sobrinas’’, quien lo evita con la
ayuda de su ‘‘hermana’’. Ned Keene las llama...
pero es interceptado por la Sra. Sedley, quien sospecha que la desaparición
del aprendiz de Grimes es asesinato. Keene se ríe de ella
y se va a buscar un trago. El Rector y un grupo de burgueses, mientras
abandonan el baile, se desean buenas noches. La Sra. Sedley sigue
meditando sobre sus sospechas. Ellen y Balstrode llegan, discutiendo
sobre la desaparición de Peter. Ellen contempla el chaleco
del niño, el que Balstrode encontró en la playa; sirve
para confirmar sus temores. Tratarán de apoyar a Grimes en
todo lo que puedan.
La
Sra. Sedley, quien los ha oído por casualidad, corre a buscar
a Swallow en The Boar. Swallow a su vez llama a Hobson, en su calidad
de alguacil, para que vaya por Grimes. Los aldeanos se reúnen
para ir en su captura, mientras su agitación llega a su punto
máximo con gritos frenéticos ‘‘¡Peter
Grimes!’’.
Interludio VI: La niebla
ACTO
III, Escena 2
La
misma escena unas horas más tarde. Una sirena de niebla y
gritos distantes se pueden oír mientras Peter se tambalea
como enloquecido. Recuerda las muertes de los dos aprendices y espera
con ansias la suya. Ellen y Balstrode entran pero Peter apenas los
nota. Balstrode dice a Peter que debe zarpar en su bote y hundirlo.
Ayuda a Peter a echarlo al mar y lleva a Ellen lejos de ahí.
Rompe el alba y empieza otro día. Swallow menciona una información
de un bote hundiéndose mar afuera. Será ‘‘uno
de esos rumores’’, comenta Auntie. |
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