En
1992, el grupo británico Iron Maiden debió
suspender su visita a Chile luego de que diversos sectores,
sobre todo religiosos, rechazaran su música por considerarla
"satánica". Sin embargo, Providencia Televisión,
la empresa que había contratado al conjunto, descartó
haber recibido presiones y afirmó que la presentación
no se realizaría, debido a que el lugar previsto para
el show (Estación Mapocho) estaba ocupado ese día.
No obstante, la productora recomendó a los integrantes
del grupo que no vinieran a Chile ni siquiera como turistas.
Cuatro
años después, la banda pudo presentarse en Chile
en el Teatro Monumental.
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