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SUS MISTERIOS “La mujer de las dos caras” Ése fue el nombre de su última película, pero más parece una forma velada de desentrañar la doble vida que llevó. Distante y enigmática. Esas cualidades que la convirtieron en una verdadera diva del celuloide, fueron siempre atribuidas a su origen nórdico. Sin embargo, la historia se encargó de develar, poco a poco, sus misterios, ésos que pueden explicar esa personalidad fría. Aunque muchos de sus seguidores prefieren quedarse con la idea de que se retiró tempranamente del cine para no envejecer ante los ojos de sus fans, lo cierto, es que distintos biógrafos han desentrañado un pasado de bisexualidad que ella siempre negó e intentó ocultar, quizás con esa jubilación prematura. Su vida privada y sus relaciones amorosas, mientras estuvo en la meca del cine, se mantuvieron dentro de los cánones del star system, donde eran sabidas las relaciones homosexuales y lésbicas entre los actores, pero se ocultaban. Aunque nunca se casó y tampoco tuvo hijos, sus romances con personajes vinculados a la industria del cine fueron conocidos. El primero de ellos fue con su mentor, el director Mauritz Stiller, con quien emigró a Estados Unidos en 1925. ![]() Durante los años 40, habría tenido un affaire con el escritor Erich María Remarque, quien en ese momento estaba vinculado sentimentalmente con la actriz Marlene Dietrich. Este episodio, revelado por la alemana en su diario íntimo, derivó en la ira pública del “ángel azul” quien, presa de los celos, calificó a la sueca de “una mujer arrogante, egoísta y amiga poco confiable”. Pero, el trasfondo se conocería más tarde. Tras su retiro, momento en que se le rebautiza como “la misteriosa”, se le conocieron otros affaires, entre los que se mencionan a Gary Cooper, Maurice Chevalier y Jean Gabin. También se le vinculó sentimentalmente con el magnate griego Aristóteles Onassis. Gray Horan, hija de una sobrina de la actriz, sostuvo que Greta Garbo jamás sostuvo relaciones homosexuales. Pero muchos otros levantaron una serie de pruebas para refutar aquello. La más reciente es de Tin Andersen, autor de "Maldita niña adorada", quien sostiene que "Gurra" (apodo de la Garbo en su barrio) estuvo enamorada toda su vida de la actriz sueca Mimi Pollak, también llamada "Mimosa". La investigación de Andersen se basa en la correspondencia privada entre ambas donde la divina se muestra obsesionada, aún cuando su colega de tablas está casada. "Sueño con verte y descubrir si todavía te interesa tu antigua compañera. Te amo, pequeña Mimosa", son algunas de las explícitas declaraciones que le hacía en 1928. Diana McLellan, en la obra “The girls”, desentrañó las múltiples relaciones bisexuales y lésbicas que se dieron en los ´30 entre los actores y fue la primera en hacer público un romance entre la Garbo y la Dietrich. ![]() Si tuvieron una relación, ésta terminó antes de que llegaran a Hollywood y la pública reputación de bisexual de la Dietrich, que ella nunca ocultó, podría explicar porque la reservada Greta Garbo negó todo vínculo. Según McLellan, ambas se pasearon por los salones de Berlín hasta que Marlene abandonó a la sueca por un hombre. Además de haberla calificado de ignorante y poco atractiva sexualmente, lo cierto es que la Garbo no le perdonó ese desaire. Otra mujer que también puso en duda la reputación de la Garbo fue una aspirante a guionista española Mercedes de Acosta, también amante de la Dietrich e Isidora Duncan. ![]() La relación habría terminado cuando la sueca, al regreso de un viaje, descubrió que la española estaba guardando las cartas que le enviaba. Aunque las 55 cartas, 17 postales y 15 telegramas fueron hechas públicas el 2000, por un museo de Filadelfia que se las compró a De Acosta. En ellas no se encontró nada explicito que confirmara la relación pues sólo habían palabras de condescendencia y mero afecto. Al término del vínculo amoroso, que sostuvieron en a principios de los ´30, la correspondencia no se interrumpió y siguió con cierto espaciamiento hasta 1959, cuando la Garbo se entera que De Acosta preparaba un libro. Al año siguiente, al verlo en las vitrinas, el rompimiento fue total. Si bien, la española no fue del todo explícita en su obra, si lo fue la hija de Marlene Dietrich, María Riva, quien en una polémica biografía de su madre dejó ver lo mal que le caía De Acosta. Ahí la describe como “un drácula español. Tenía el cuerpo de un muchacho y el pelo corto como un torero, y era menos conocida como guionista que como amante de Greta Garbo”. Un episodio menos publicitado y que da cuenta del atractivo que ejerció la actriz entre las mujeres tuvo lugar en 1932, cuando la Garbo y Joan Crawford compartieron el rodaje de la película “Gran hotel”. Ahí, la sueca se acercó a su compañera, le acarició la cara y le dijo: “nuestra primera película a la vez y no trabajamos juntas. Tienes un rostro maravilloso”. Cuatro décadas más tarde, Joan confesó en su biografía que “si hubo alguna vez en mi vida en que pude haberme convertido en lesbiana, fue ésa”, confirmando que la Garbo era la amante soñada no sólo de los hombres, si no que también de las mujeres. |