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¿Quién era La Gioconda?
A medio milenio de su creación, resulta increíble lo poco que se sabe con certeza de “La Gioconda”. Pero la verdad es que nadie podría decir con exactitud si la mujer retratada por Leonardo da Vinci entre 1503 y 1506, era tal como se ve en el cuadro. Ni siquiera podría afirmarse si esa mujer existió o si se trata de otra invención del artista.
El mito se apoderó de la obra al punto de convertir su historia en materia de estudio y análisis científico. A continuación, algunas de las historias que se han tejido para explicar quién era la Monna Lisa:

Lisa Gherardini
Hasta ahora la teoría más convincente es la que dice que Francesco de Zanobi del Giocondo le pidió a Leonardo retratar a su mujer, Lisa Gherardini, una bella y humilde muchacha, de la cual el artista se habría enamorado.
Eso explica que el cuadro nunca llegara a manos de Francesco, sino que lo conservara el propio Da Vinci, quien poco antes de su muerte lo habría regalado o vendido a Francisco I, de Francia.
El apellido de Francesco explicaría el título de la obra: “La Gioconda”; mientras que el nombre de la mujer corroboraría la denominación con que la pintura fue conocida por el mundo anglosajón: “Monna Lisa”.
Sin embargo, algunas versiones indican que Leonardo sí entregó el cuadro a Francesco, pero que habría pintado dos giocondas más. Una por encargo de Giuliano de Médicis, a quien le gustó tanto el original que quiso una para sí; y otro para el mismo Leonardo. Las preguntas que quedan son ¿cuál de las tres es la que se conserva en el Louvre y dónde están las otras dos?

Misteriosa sonrisa
Una de las cosas que más llama la atención del cuadro, y por la cual también se han tejido mitos, es la enigmática sonrisa de la musa.
En 1550, el aretino Giorgio Vasari, en su libro "La vida de los más excelsos arquitectos, pintores y escultores italianos", explicaba que mientras posaba, la Monna Lisa estaba rodeada de cantantes, músicos y bufones, contratados por Leonardo para amenizar las horas de trabajo. Por lo tanto, ella sonreía porque se estaba entreteniendo.
Otros piensan que sólo se debe a que ella estaba muy feliz por haberse casado con un hombre de mejor posición social que la suya, lo que mejoraría sus condiciones de vida.
Sin embargo, algunos han buscado otra explicación para descubrir el origen de la misteriosa sonrisa. Leonardo decidió pintarla con los labios cerrados porque un tratamiento con mercurio le habría dejado unos dientes horribles.

El mismo Leonardo

A tanto ha llegado la curiosidad por saber más de la musa que a fines de la década de los ‘80 a Lillian Schwartz, destacada norteamericana pionera en arte gráfico computarizado, se le ocurrió emplear la tecnología para sobreponer la mitad del autorretrato de Leonardo sobre “La Gioconda”. La sorpresa fue grande al descubrir que la nariz, la boca, la frente, las mejillas, los ojos y las cejas de ambos calzaron a la perfección: “La Gioconda” es el mismo Leonardo.
Tiempo más tarde, incluso, algunos estudiantes se dieron el tiempo de animar la secuencia que muestra la supuesta metamorfosis.

Otras enfermedades

- Que la Monna Lisa tenía asma, por la coloración de su rostro y la melancolía de su mirada.
- Que sufría de una parálisis facial que afectaba al lado izquierdo de su rostro. Se notaría en su mano izquierda, muy tensa en comparación con la derecha.
- El doctor español Julio Cruz y Hermida publicó el libro "La Gioconda vista por un médico", donde analiza las posibles enfermedades que afectaron a la protagonista del cuadro; entre ellas, el estrabismo, la parálisis facial y alopecia, que afectó sus cejas y pestañas y que ocultó con una peluca.
Incluso Cruz y Hermida habló de la posibilidad de que estuviera embarazada.

"Femme fatale"

Contemporáneos de Leonardo, durante el romanticismo francés, veían en “La Gioconda” a la típica "femme fatale", también llamada "venus-demonio" o "mujer-vampiro", que cautivaba a los hombres con su mirada y sonrisa, pero que luego los devoraba.

Otras versiones

- Isabella d'Este, reina de Mantua, de quien Leonardo habría hecho un dibujo de su mano.
- La aristócrata napolitana Constanza de Avalos.
- Pacifica Brandano, la amante de Giuliano de Médici, quien habría pedido el retrato a Leonardo, o tal vez la esposa de Giuliano, Filiberta di Savoia.
- Catarina Vacca, madre de Leonardo. Hay quienes dicen que el pintor sentía una especial atracción por ella.