Viajes e Influencias
Casa Curutchet

Viajes e influencias

América Latina fue un territorio fructífero para Le Corbusier, pero de pocas satisfacciones.

Fructífero, porque durante su viaje de 1929 por Argentina, Brasil y Uruguay logró llevarse de vuelta a Francia una carpeta llena de proyectos y el compromiso de poder iniciar una especie de taller manejado desde Europa.

Tanto le impresionó la geografía y población del continente, que volvió otras siete veces. Siempre, trayendo su block de dibujo donde inmortalizaba paisajes, arquitectura y personas.

"Son pueblos receptivos, que no están influidos por la cultura mecanicista de Estados Unidos y carecen de la tradición europea". Así resumió su imagen del continente, para él, lugar inexplorado.

Sin embargo, muchos de los proyectos en los que inicialmente trabajó, como la Casa Errázuriz en Chile, la Villa Martínez de Hoz en Argentina, el plano de Buenos Aires o el plan piloto para la planificación urbana de Bogotá, Colombia, nunca fueron concretados.

Las razones son múltiples, y van desde las críticas de los encargados en ejecutarlos, aún cuando los profesionales sudamericanos lo contemplaron como ''la personificación de la vanguardia'', pasando por la falta de presupuesto, hasta la escasa factibilidad de construir con planos en algunas ocasiones poco acabados.

Y a pesar de que vio en Sudamérica una gran oportunidad, un continente nuevo, que estaba surgiendo y donde había mucho por hacer, sólo logró construir la casa Curutchet en Argentina.
No obstante, logró influir, inspirar o servir de "asesor", en obras de gran envergadura, entre las que se cuenta la Ciudad Universitaria y el Ministerio de Educación y Salud, ambas en Brasil.