 |
|
 |
Hernán
Marchant, arquitecto chileno que ha estudiado en profundidad
a Le Corbusier asegura que las razones no están claras.
"De hecho a él le pagaron los planos, tenía
un contrato. Yo no sé en realidad cuáles fueron
las razones, es probable que a Matías Errázuriz
no le gustara, ya que él pidió algunas cosas
que Le Corbusier no aceptó".
Marchant agrega que "por ejemplo, Errázuriz
tenía una serie de columnas en el terreno, unas columnas
de mármol y él no las tomó en cuanta
e hizo una casa cómo él la entendía.
Entonces es probable que Matías Errázuriz
no esperara eso y puede que no le haya gustado. La verdad
es que el material de los Errázuriz se perdió,
se quemó o nadie sabe que pasó con eso, entonces
no hay trazas exactas para saber las razones concretas".
No obstante, Vásquez cree que otra razón pudo
ser la confusión de los planos, ya que asegura, en
algunos casos no tenían mayores detalles, dejando
elementos que necesitaban el trabajo de otro arquitecto.
Tras esta historia, y a pesar de que el proyecto de Le Corbusier
es recibido en Chile personalmente por Matías Errázuriz,
la casa original no se construye. Sin embargo, los dibujos
de tan significativa proposición son interpretados
por el arquitecto Carlos de Lauda, quien desarrolla otro
proyecto que sí se edifica. Esta es la casa Errázuriz
que hoy se conoce, y que ha llegado a estos días
con sucesivas modificaciones.
Errázuriz
en Japón
Muy lejos de estas latitudes, y dada las diversas presentaciones
que Le Corbusier hizo sobre la casa Errázuriz en
congresos, revistas y reuniones, el arquitecto checo Antonnin
Raymond construyó una casa con características
muy similares.
Tanto así que esto ha provocado una serie de interpretaciones
equívocas a la largo del mundo entero, donde muchas
veces se ha afirmado que la casa Errázuriz sí
fue construida, claro que no en el emplazamiento original.
Sin autorización expresa de Le Corbusier, Antonnin
Raymond construyó su vivienda en Karuizawa, Japón,
en 1932, sin que reconociera su inspiración en la
obra del arquitecto franco-suizo.
Sin embargo, tras una pequeña alusión que
hace Le Corbusier hace a esta casa en sus obras completas,
Raymond le escribe una carta dándole el crédito
por la inspiración, a la que el responde sin mostrar
molestia por el plagio, sino más bien por la clandestinidad
con que fue hecha.
|
 |