Viernes, 21 de Marzo de 2003

Cuerpo : Zona de Contacto
Sección : Zona de Contacto
Autor : Werne Núñez
Página : 003


MAMBOTUR, ¿ROCKSTARS EN BERLÍN?

Los que vienen de allá, dicen que Mambotur es lo que está sonando en la escena berlinesa. Tanto hemos escuchado el cuento, que los llamamos para preguntarles qué onda.


por Werne Núñez

El cuento suele ser así: músico chileno incomprendido acá viaja a Europa, desaparece un rato y en menos de lo que tardas en olvidarlo, llegan esos comentarios sin marca que dicen que: oh, ahora lo lograron, ahora los comprenden, los contratan, graban discos, hacen giras, ganan dinero y son re-conocidos. Por buenos. Por raros. Por ser sudacas adelantados. Cosa que allá se valora. Y, ya saben, si se valora allá, se valora acá también. Ese es el cuento. La historia suele ser otra. Y el último de éstos viene de Berlín, Alemania. Y dice que a Mambotur, el dúo que Pier Bucci (33) y Argenis Brito (35) formaron el 2000, les está yendo más que bien. Que desde que firmaron el contrato con el sello alemán Multicolor (el mismo del Señor Coconut y Gonzalo Martínez, a.k.a. Uwe Schmidt y Jorge González) y se radicaron en el barrio de Presslauer Berg, se han convertido en una suerte de hit en la escena electrónica europea. Que tocan, que viajan, que los comentan y los invitan a tomar champaña. Que son los latinos cotizados. Que los tratan bien. Que están viviendo en la esquina amable del éxito. Que otra vez se hizo justicia, afuera. Ese es el cuento. Esta es la historia.


Pape Astaburuaga (23) es el bajista de The Ganjas. En diciembre de 2002 viajó a Alemania a ver qué pasaba con sus partners de Yajaira en su mini gira por el circuito catacúmbico que la conexión rockera en Hamburgo (Vanchy y Lolo Mario) les había organizado. Cuenta que tocaron, que carretearon y que volvieron. Tal como lo hicieron antes La Floripondio, Santo Barrio, Familia Miranda, Los Fiskales y Chico Trujillo. Porque en clave pop, Chile es rock, punk y cumbias para los alemanes. Pero de ellos ya no se habla mucho. Ahora se habla de una mezcla de electrónica inteligente, samplers de Pérez Prado y Esquivel y una voz venezolana cachonda: Mambotur. "Yo lo vi, no me lo contaron. Las tiendas de música de Berlin estaban llenas de flyers anunciando a Mambotur, con afiches en las calles y artículos en la prensa. Ellos son lo nuevo. Lo que sigue al sonido de Coconut y Gonzalo Martínez. Junté muchos flyers y los traje, para que acá vieran que era cierto", cuenta Pape. Cristóbal Saavedra (29) también es músico, es chileno y vive en Berlín. Dice: "Los que saben ven a Mambotur como lo último de un estilo que se diferencia del resto de la electrónica. Son los latinotrónicos, los que siguen a Atom Heart. Músicos que vienen de Chile y que son reconocidos por originales y por buenos". "Los he visto subirse a vans bacanes y alojarse en hoteles bacanes. Ya tocaron en los mejores clubes de Alemania. Los vi en Londres también. Tienen estilo y son latinos, eso más llama la atención", cuenta Daniela Stanley (25), una chilena que estudia producción en la U. de Hamburgo. Mambotur, ¿verídicos rockstars en Europa? Pier Bucci, la mitad, responde desde su estudio en el Tacheles.


Bucci se levanta a las 9 y baja en bici desde su depto al estudio donde pasará el resto del día. Argenis hace lo mismo. Vive a tres cuadras de Pier, con su mujer alemana. Max Loderbauer, productor de Sun Electric, los espera para limar los últimos detalles del single que lanzarán en agosto y del disco de remezclas de Los Jaivas que ya terminan. Sin la voz del Gato Alquinta como estaba pensado, obvio. Hoy trabajarán hasta la 1 de la mañana. "Es así, se trabaja duro. No es llegar, firmar un contrato y vivir tranquilo. Los sellos de electrónica son chicos, pero se mueven bien. Multicolor es una oficina con dos personas. Esto es casi como en Chile, pero de buen nivel. Aquí la gente va, escucha y comenta. Sacas un álbum y lo critican en toda la prensa. Hay un ambiente. Se gana mucho más que en Chile, pero acá la vida es carísima. Yo vivo con lo mínimo para pagar el arriendo. Si no toco, me quedo sin plata. Esto no es pop, es electrónica, y no hay rockstars. De un disco se sacan 2.000 o 3.000 copias. Del 'Atina.Latino' (2002) sacamos 3 mil. Estamos acá y por eso nos llaman para compilados que se venden hasta en Japón, pero no somos estrellas", comenta Pier.


Nada de rockstars y modestia aparte, lo de Mambotur es un hit. O podría serlo. Así tituló el comentario del disco para NME el periodista Jack Lerdoner: "Hit". Una palmadita en la espalda que se suma a los de una decena de revistas alemanas y más de veinte reseñas en websites de música europeos y japonenses donde todo lo que se dice suena a sorpresa. Una grata sorpresa from Chile. "The best electrolatin underground", "Intelligent future latin music", "Good groove" y "The perfect sound for a summer time", son frases que se repiten en el papel. Eso, más flyers y afiches donde comparten centímetros con Dj Shadow, Mad Professor, Jazzanova y Ryuichi Sakamoto. Una bienvenida con etiqueta: Uwe Schmidt. "Si tú hablas de Mambotur acá, hablas de Atom Heart. Él habla de nosotros como si fuéramos sus hijos. Fuimos el álbum que salió después del Señor Coconut, una onda que había creado Uwe y las cumbias pensantes de Gonzalo Martínez. Son discos que suenan hasta hoy. Y llegamos nosotros. Yo y la voz de Coconut, Argenis Brito. Tuvimos la suerte de que los alemanes Nandy le hicieran un remix a el single 'El Planta' (2000), que llegó al séptimo lugar en Alemania. Hace 4 años yo vivía en Londres y Londres la llevaba, pero se quedó. Acá son más abiertos que en España, Francia e Italia. Hay un multiculture que ha renovado la música. La vanguardia electrónica está acá y nosotros nos sentimos parados en el right place en el right moment".


Tocar en Europa, dicen, no es difícil. Pero dar una buena impresión es otro cuento. Sigue Pier: "Hay otros músicos chilenos que han tocado acá y nos han dejado muy mal. Eso da pena, porque se habla muy bien de la electrónica de Chile. Ricardo Villalobos es un dios, Lucian Nicollet es un niño prodigio acá, Dandy Jack es la llave que nos abrió las puertas, Gonzalo Martínez... ¡dejamos a Chile fuckin' good! Y la gente de acá se dio cuenta de que somos el centro sudamericano de la música electrónica. Somos una maldita banda con estilo". Ese estilo es lo que puede hacer que en un par de años toda esta letra no esté muerta. Eso, y más trabajo. "El 21 de mayo dejamos Chile. Cuando llegué venía a aperrar y a buscar pega. Ya sabía lo que era vivir en Europa, pero no me hubiese venido sin un contrato como el que tenemos. Ahora vivo en un departamentito, en un barrio como de profesionales jóvenes alternativos. Como un Bellavista pero más cuico. Hay tiendas, cafés, cines, estudios, clubes, y todo queda al lado. La verdad, nunca pensé que podría vivir así".


¿Y qué tan bien los pueden tratar? "Nos tratan bien. Como tratan a los Mouse on Mars cuando van a Chile. Igual, ha sido más fácil de lo que pensábamos. Por eso estamos contentos, porque nos hemos relacionado con mucha gente. No hay fórmulas para ir a la segura ni nada de eso. Es más complicado. Llegas a un club y les das un canapé medio ácido a la gente, y pasa de todo. Hemos estado con 2.500 personas saltando y también hemos tocado frente a 500 personas y al tercer tema quedan diez. No se trata de hacer latino y vender. Lo que pasa es que lo que avanzas en Chile en tres años aquí lo avanzas en un mes. Nuestro sonido está más trabajado, más intelectual por decirlo así. Y todo es tan profesional, la organización, el sonido, todo. Vamos a Italia, por ejemplo. Nos van a buscar en una van, nos llevan al aeropuerto, alguien nos espera en el otro aeropuerto, nos llevan a comer, han escuchado el disco, nos lo comentan, nos llevan a un hotel excelente y más encima todo suena bien después. No es que seamos rockstars. Es que aquí, ese es el trato normal".