Domingo, 12 de Noviembre de 1995

    Pinochet y su sucesor:
    "No tengo ningún candidato"

    * Comandante en Jefe del Ejército evita definir quiénes serán los integrantes de su Alto Mando que ocuparán las primeras cinco antigüedades de su institución a fines de 1997, cuando el Presidente Eduardo Frei tenga que nombrar de entre ellos al sucesor.

    Por Patricio González Cabrera.

    De nuevo en la polémica, en el tapete, en la discusión, en la boca de todos. Cada cierto tiempo y cuando se siente en confianza o cree que es necesario, emite sus opiniones en tono pausado, pero con palabras siempre punzantes, clavando en los oídos de sus adversarios lo que considera es toda la verdad.

    Además, y al parecer, hay muchas personas que están a la espera de que lo haga, para atacarlo o para apoyarlo, da lo mismo, lo que vale es estar.

    Esta semana, entre los cerros siempre nevados de San Carlos de Bariloche, rodeado por una naturaleza impresionante y sus pares de todo el continente reunidos en el XXI Consejo de Ejércitos Americanos, el general Augusto Pinochet volvió a ser noticia.

    En una entrevista realizada el miércoles y publicada por este diario el jueves último volvió a hablar de la necesidad de reconciliación en el país, del olvido, de que no se debe modificar la Constitución, de Buschmann, de la pérdida de Laguna del Desierto y de otros temas.

    Todavía se escuchan las respuestas a sus opiniones.

    "Cuando digo algo saben que no estoy mintiendo. Que pienso así... por eso no me llama la atención que la gente me tenga mucho respeto'', afirma en relación con los honores que recibe del resto de los generales del continente.

    El resto de la conversación realizada ese día con el general Pinochet es más pausada y también un poco más breve.

    Al tiempo que responde observa su reloj, nervioso, esperando la hora en la cual debe ir al aeropuerto de Bariloche a recibir a su señora, Lucía Hiriart. El avión tiene llegada a las 12.30 y casi falta una hora, así que tiene poco tiempo. Entre el hotel Llao Llao y el terminal aéreo hay casi 40 minutos de camino, así que la entrevista no se puede alargar demasiado.

    "Con Lucía llevamos muchos años juntos. No de matrimonio, sino de un eterno pololeo. Ese es el secreto'', afirma risueño, pese a que confiesa que le cuesta hablar en ese lenguaje extraño que utilizan los "más lolos'' y hablar de "pololeo".

    Reconoce que próximo a cumplir 80 años indudablemente ya no es el mismo, y que no le gustaría que se cumpliera el vaticinio de un mago chino, quien, durante su visita de mediados de 1993 a China, le dijo que llegaría a cumplir los cien años.

    Luego dice que incluso para las celebraciones por su cumpleaños del próximo 25, redujo su discurso, lo que iba a decir, porque no quiere aburrir a su auditorio. En todo caso, agrega, lo que diga será muy ``elaborado'' y expondrá algunas reflexiones del paulatino fin de la época del comunismo, doctrina que se resiste a desaparecer y, por lo tanto, la lucha todavía se mantiene...

    "¡Si Stalin era un bandido y era comunista!... Ahora también hay otros bandidos como él. No tantos, pero hay algunos que se hacen. No me refiero a Chile".

    - ¿Y sobre su posible sucesor como Comandante en Jefe del Ejército y las especulaciones que se han producido sobre el tema?

    Ahí guarda silencio, reflexiona y sentencia: "no tengo ningún candidato", pero agrega que debe ser el mejor dentro de un Alto Mando que califica de homogéneo.
    Faltan pocos meses para que tenga que definir los cinco nombres desde los cuales el Presidente Frei deberá elegir al sucesor. Esto será a fines de 1997, así que el hombre que será el relevo es actualmente general. Uno de sus actuales generales.

    Algunos dudan de que el próximo Comandante en Jefe sea uno de los actuales mayores generales y especulan con que el "delfín'' de Pinochet por el cargo todavía está oculto, tapado, entre la décima y la trigésima antigüedad.

    Esperando su momento, el momento de los cambios, y sea el momento de aparecer.
    Al general Pinochet le quedan dos años más para redefinir su Cuerpo de Generales, para llamar a retiro y promover, por lo que teóricamente todos los generales podrían llegar a convertirse en su sucesor.

    Aunque afirma con energía que la última decisión la tendrá el Presidente Frei, no se puede negar que su recomendación, que el nombre que entregue como el mejor, tendrá mucho peso.

    - General Pinochet, ¿cree usted que es prematuro emitir el nombre de algún candidato?

    Mire. En primer lugar, yo soy un hombre de principios. No tengo ningún candidato, porque eso tengo que afinarlo. Las cosas cambian. Todo cambia.

    - Actualmente, se mencionan varios nombres. Se hacen cálculos. Se hacen especulaciones de quiénes podrían ser los cinco elegidos así como su propio candidato.

    A mí me cargaba siempre, como Presidente de la República, que llegara alguna persona a recomendarme a un fulano. No me gustaba. Yo tenía que ver primero, si el hombre que me recomendaban era capaz de hacer lo que estaba diciendo. ¡Pero muchas veces no era capaz! Entonces no lo aceptaba.

    Si usted se fija, la gente que estuvo conmigo, al lado mío, era toda gente bien patriota. Bien intencionados y además eran de capacidad. No quiero decir que sean la excepción dentro de la gente con capacidad, pero esto fue lo que me llevó a mí a comprenderlo... Después, se echan a perder las cosas.

    - O sea, no hay que apresurarse porque todo puede sufrir modificaciones de aquí a fines de 1997.

    Todo cambia, todo cambia.

    - ¿Pero usted tiene claro quién podría reemplazarlo en su cargo a partir de marzo de 1998?

    A lo mejor recomiendo a una persona que no le guste o a lo mejor recomiendo a otra persona que le guste... por eso lo dejo yo para más adelante.

    - ¿Para cuando se acerque aún más la fecha en que el Presidente Frei tenga que definir a su sucesor?

    Hay cinco generales que tienen que ir, cuando yo me vaya, de candidatos a ser Comandante en Jefe, según las normas de la Constitución. Y ahí tiene libertad de acción el Presidente de la República, para hacer lo que quiera.

    - En ese sentido, ¿todos los generales tienen iguales posibilidades?

    El Alto Mando del Ejército es homogéneo. Son todos oficiales destacados (ríe). Tome en cuenta que todos no llegan tontos al generalato...

    80 Años

    Durante el congreso militar de Bariloche, concluido el viernes, muchos generales representantes de los ejércitos de 23 países americanos se acercaron a él con respeto. Le consultaron su opinión, le pidieron que les autografiara una copia de su discurso y se sacaron algunas fotos.

    También escucharon la postura del Ejército de Chile en el congreso militar, totalmente contraria a involucrarse en la lucha contra el narcotráfico como propone un grupo de países encabezados por EE.UU.

    "Podemos colaborar cuando los organismos de orden y seguridad son superados, pero ese es un tema policial y no militar", puntualiza.

    Lo que Pinochet le propuso a la asamblea se basó en el desarrollo, en el enorme impulso positivo que pueden significar los ejércitos para apuntalar con su gente e infraestructura el progreso de sus respectivos países en tiempos de paz y sin desviarse de su principal papel: la defensa de la soberanía.

    - ¿Le sorprende este trato especial que le ofrecen sus pares militares del continente, general?

    No me llama la atención que esto suceda. Mire, cuando digo algo saben que no estoy mintiendo. Que lo he pensado así, que también hay materia... Lo cierto es que muchos me saludan, tanto norteamericanos, sudamericanos y centroamericanos.

    - Usted fue el único comandante en jefe aplaudido tras su intervención ante la Asamblea.

    Ello es reflejo, además, del respeto que se le tiene a un hombre que va a cumplir 80 años. Nunca le quito el cuerpo a ninguna responsabilidad... Cuando me mandaron a Pisagua, fui para allá; cuando me mandaron a Schwager fui y cumplí con todas mis obligaciones...

    Siempre he estudiado todo en mi vida. Toda mi vida he estudiado cosas bélicas, haciendo juegos de guerra, preocupado de todo.

    Ahora, hay un conocimiento que lo dan los años, el estudio y la experiencia. Ese es el respeto que me tienen. Entonces, ese respeto es a una persona vieja que se ha dedicado por entero a su profesión.

    - ¿Conlleva para usted una responsabilidad especial el ser el militar en servicio activo más antiguo de América?

    Sí. Hay una diferencia.

    - Usted es el único general de cinco estrellas del continente.

    Mire. Yo fui a cumplir una obligación al Gobierno, como Presidente de la República, que me permitió ser capitán general. Tener cinco estrellas.

    El grado de capitán general se otorga de acuerdo a un decreto del Libertador Bernardo O'Higgins. Este afirma que para que el Comandante en Jefe pueda serlo, tiene que haber tenido el puesto de Comandante en Jefe y de Presidente de la República.

    En ese caso han sido tres en la historia: O'Higgins, Freire y yo. Eso sí, por honoris causa, se les ha dado el grado de capitán general a otras pocas personas.

    - A usted un adivino chino le predijo que viviría hasta los cien años. ¿Le gustaría que eso sucediera?

    Eso del adivino chino... (ríe) Esas son cosas que se dicen, a veces.

    Mire, en primer lugar uno se da cuenta que a mi edad mi generación se está terminando. Porque siempre veo que muere uno, que muere otro, que desaparece uno, que desaparece otro. Todo el tiempo.

    O sea, a medida que uno va avanzando en edad uno va perdiendo su generación y de eso uno dice ``bueno, ya que estoy acá, me estoy quedando solo''.

    Cuando a veces converso con mis nietos veo que les estoy hablando otro idioma. Tengo que entrar a bajar el idioma para hacer más comprensible lo que se dice... así es. También me doy cuenta de eso.

    - Para la fecha de su cumpleaños se prepara una gran celebración.

    Yo no me he preocupado de eso. Acepté gustoso asistir a las celebraciones, porque son mis amigos, los quiero mucho.

    - Se dice que usted diría cosas interesantes en su discurso.

    Había preparado uno muy largo. Lo acorté. ¿Por qué voy a estar cansándolos por dos horas?

    En todo caso, será un discurso más pronunciado, más elaborado.

    - ¿Algún tema en especial?

    (Reflexiona un instante y luego responde) Estoy convencido que el mundo pasó la época del marxismo.

    Lamentablemente, es muy resistente, porque como la hidra de siete cabezas cambia de cara, cambia los procedimientos...

    - Antes era la lucha armada para llegar al poder. Era matar y matar. Ahora no. Stalin. ¿Cuántos mató en Rusia?

    ¿60 millones?

    Hay veces que uno lee y ve que, de repente, Stalin hacía desaparecer a todo un grupo de personas. Cuando les colocó en el piso, en el suelo, les colocó núcleos de energía nuclear a sus generales y a todos les vino cáncer y murieron...

    Era diabólico ¡y ese era comunista ciento por ciento! Antes había asaltado trenes, estuvo preso. Era un bandido... como hay algunos, por otros lados.

    - ¿Muchos "bandidos" general?

    No tantos. Pero hay algunos que se hacen (ríe)... yo no me refiero a Chile.

    - ¿En Chile no existen?

    Sí. Y en otras partes... en otras partes del mundo.

    Ya no hay más tiempo. El automóvil lo espera para llevarlo al aeropuerto.