Una tropa de fanáticos jugadores
Eso es un Tarreo


El Mercurio organizó un tremendo Tarreo en el Espacio Riesco para el 6, 7 y 8 de diciembre. Para calentar motores y enseñarles a los que no saben aquí te revelamos los secretos de un tarreo.
ALEXIS IBARRA O.

Comen apuraditos y cuando pueden. Duermen de vez en cuando debajo de la mesa del computador. Tienen computadores que les ha costado mucha plata y hablan palabras extrañas como ‘‘lag’’, ‘‘ping’’, ‘‘shooter’’ o ‘‘multiplayer’’.
Son una tribu naciente, la manada de los fanáticos de los videojuegos que se reúnen de vez en cuando para jugar.
A estas reuniones se les llama ‘‘tarreo’’, nombre derivado del apodo que cariñosamente los jugadores le dan a sus computadores: el tarro. También han nacido otras acepciones como ‘‘LAN-Party’’, que hace referencia a las LAN o redes de área local, o ‘‘e-sports’’, ya que algunos los consideran un verdadero ‘‘deporte electrónico’’.
En estas reuniones la gracia es que cada jugador lleva su ‘‘tarro’’ bajo el brazo y se instala varias horas (o días) para jugar videojuegos ‘‘multiplayer’’, juegos electrónicos donde se enfrentan dos o más jugadores.
Para hacerlo se necesita una infraestructura básica: una red de área local (LAN) que permita conectar los computadores. Esto posibilita que, aparte de jugar, los ‘‘tarreros’’ puedan intercambiar música, programas e información.
Los jugadores, igual que los futbolistas, se especializan. En los tarreos si eres rápido y tienes buenos reflejos lo tuyo son los juegos de disparos (‘‘first-person shooter’’, FPS) como Counter-Strike. Si lo tuyo es la estrategia, debes practicar un juego como Age of Empires, donde la cosa va más por planificar el crecimiento de una comunidad.
‘‘Link’’ (14 años, conocido en el mundo real como Daniel González) juega desde los 12. El verano pasado obtuvo el segundo lugar de la competencia de Quake 2 en un torneo organizdo por VTR. Dice que para ser un buen tarrero hay que decidir qué juego se quiere aprender, visitar sitios relacionados con el tema y practicar mucho. ‘‘Al principio uno va a perder siempre, porque un buen tarrero necesita muchas horas de juego.’’
Para elegir hay un montón de juegos. Desde el famoso FIFA, hasta Quake o Unreal Tournament, que mezclan la acción de disparar a todo lo que se mueve y la paciencia de planificar una buena estrategia.
También existen juegos individuales donde te enfrentas a otra persona a través de la red, como el Warcraft III, un juego de estrategia.
Otros son los juegos colectivos, donde un grupo de jugadores se organiza para enfrentar a otro grupo, algo parecido a las pichangas de barrio. En este caso, al igual que en el deporte, se arman equipos (‘‘clanes’’) que se juntan regularmente para planificar estrategias. El entrenamiento es la base del éxito en las competencias de los tarreos, por eso es importante que los jugadores jueguen en línea constantemente a través de los muchos servidores de juegos que existen (Coliseo, Frag, Tarreo, Warez) para mejorar la técnica.
Otros buscan un punto de reunión. Es el caso de ‘‘Elfo’’, que va a Kimochi (un local en la Alameda donde hay decenas de computadores para jugar), todos los viernes para entrenar con sus amigos las estrategias que aplicarán en Counter-Strike. ‘‘Es muy importante que el clan esté sincronizado y cree estrategias de juego. Para lograrlo es necesario bastante entrenamiento’’, señaló el jugador.
Los eventos más famosos son de Tarreo (www.tarreo.cl); los ‘‘e-sports’’, de VTR, y las LAN-Party, de CPL.
También es una buena instancia para compartir. Y no sólo la amistad, sino juegos, programas, música y todo lo imaginable que se encuentre en formato digital.
¿Suena entretenido? Claro, que sí. La sorpresa es que ‘‘El Mercurio’’ va a organizar un tremendo tarreo en el Espacio Riesco. Habrá capacidad para 580 jugadores y computadores especiales para las competencias. También realizaremos talleres de software, se jugará Magic, habrá un cibercafé para los visitantes, stands con novedosos productos, podrás jugar en las últimas consolas y ganar muchos premios.
La cita es el 6, 7 y 8 de diciembre. Nos vemos.

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