Auvers-sur-Oise, todo sigue igual en el pueblo en que murió Van Gogh
Fuente: DPA

Vista actual de Auvers-sur-OisePARÍS.- Todo es como en las postales - antiguo y conmovedoramente pobre. Incluso se pueden ver las dos largas grietas en el cielo raso de la habitación de sólo nueve metros cuadrados, que no tiene ventanas sino sólo un tragaluz en el techo.

Antes, en la esquina derecha aún había una cama. "En esta habitación no había otros muebles. Dónde quedó la cama en la que Van Gogh murió el 29 de julio de 1890 a la 1:30 de la madrugada, lamentablemente no lo sabemos", dice el director de la Maison van Gogh en Auvers-sur-Oise.

En la fachada de la casa aún está el nombre del antiguo hospedaje "Auberge Ravoux, commerce de vins Restaurant", al que llegó Van Gogh el 20 de mayo de 1890.

Todavía se puede disfrutar allí de buena comida casera, pero sólo por encargo. Y es que el alberge Ravoux, en el que Van Gogh dormía a 50 céntimos la noche, se convirtió en la Maison van Gogh, un lugar de peregrinación al que cada año llegan miles de turistas.

En la localidad ubicada sólo 35 kilómetros al noroeste de París no existe casi ningún otro lugar que recuerde la estancia de Van Gogh allí. "Auvers es increíblemente hermosa", dijo Van Gogh en una ocasión sobre el pueblecito, ubicado junto al río Oise.

En aquel entonces aún vivían allí 3.000 habitantes. Hoy son 7.000. Y sin embargo, en Auvers, como dicen sus habitantes, no cambiaron muchas cosas, si se comparan los cuadros con el paisaje actual.

"La alcaldía de Auvers" es una de las pinturas que Van Gogh pintó en el pueblo. Una pizarra con información, en la que se reproduce el cuadro, muestra una alcaldía que se parece mucho a la de entonces y en la que hasta las banderas francesas cuelgan de los mismos sitios. Lo único que cambió en el transcurso del tiempo es el terreno que la rodea. Lo que antes era una superficie verde es hoy un estacionamiento.

Lo más conocido es quizá el motivo de la iglesia de Auvers, que domina el pueblo y que se ve ya desde lejos. "Es casi el mismo tema que el de Nuenen de la vieja torre y el cementerio. Sólo los colores son más intensos", escribió Van Gogh a su hermana Wilhelmine.

Iglesia de AuversEl cielo en el cuadro "Iglesia de Auvers-sur-Oise" es amenazantemente azul y el césped de un verde fresco. En medio del óleo, reina la gris iglesia de piedra, cuya torre se eleva orgullosa por encima de la ciudad.

Tampoco hoy hay nada que impida la vista sobre el templo del siglo XI, salvo algunos castaños o flores salvajes. Incluso los dos postes de piedra, detrás de los cuales nace el camino hacia los campos, sigue existiendo, como en la pintura.

Van Gogh solía pasear por él. Lleva a la casa de vacaciones del doctor Gachet, médico y amante del arte, que trató a Van Gogh de sus alucinaciones y ataques paranoicos.

El médico, que tenía su consulta en París y también pintaba, invitó a Van Gogh a su casa de campo por primera vez el 20 de mayo de 1890. El artista, que a principios de 1890 abandonó una clínica psiquiátrica en Saint-Rémy-de-Provence, disfrutó de la atmósfera silenciosa y tranquila en el pintoresco jardín de Gachet y decidió quedarse unos días allí.

Van Gogh tenía una profunda amistad con Gachet, al que visitaba regularmente en su casa, ubicada en las afueras del pueblo. Allí surgió además el algo melancólico retrato del médico, acerca del cual el artista dijo: "Hay expresiones y pasiones que son como una espera, como un grito".

La casa del doctor Gachet se abrirá por primera vez al público el 30 de marzo con motivo del 150 aniversario del nacimiento del pintor.

"Campo de Auvers" es el título de uno de los cuadros más coloridos que el artista pintó camino de la casa de Gachet. Muestra una planicie y los campos de trigo dorados, que están ubicados justo detrás de la iglesia y se siguen trabajando actualmente.

Campo de trigo con cuervos"Campo de trigo con cuervos", que muestra a un montón de cuervos que sobrevuelan los campos, fue realizado por Van Gogh en un momento de depresión y desesperación. Quería representar esas "nubes de cuervos" de forma tan potente como su gran modelo, Charles Daubigny, que compró en 1860 una casa en Auvers.

En los 69 días que pasó en Auvers, Van Gogh pintó 70 cuadros. Pasaba hasta doce horas delante del caballete. "El amor al arte reprime el verdadero amor. Las personas que sólo están enamoradas quizá son más sinceras, irreprochables, que aquéllas que dedican su amor y su corazón a una idea", decía.

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