Imagen referencial del modelo.
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SANTIAGO.- Los vehículos Rolls-Royce son sinónimo de lujo y exclusividad, de ahí que no sea extraño que sus modelos sean usados para transportar a importantes personalidades mundiales. Fue el caso de dos exclusivos vehículos de esa marca que en 1970 fueron adquiridos por el gobierno de Nueva Zelanda para trasladar a la Reina Isabel II durante una visita oficial.
Aunque muchos esperarían que dichos vehículos siguieran en funciones o fueran destinados a un museo, medios de prensa local relataron cómo uno de esos lujosos Rolls Royce Phantom VI terminó convertido en una carroza fúnebre para transportar también a destacadas personalidades locales pero en su último viaje.
Según publica el sitio Stuff, una de esas limusinas sufrió graves daños al ser golpeada por una oveja en un camino rural, por lo que fue vendida a una empresa que tras repararla la destino a transportar a exclusivos huéspedes.
El otro Rolls Royce Phantom, en tanto, quedó en manos de las autoridades de Nueva Zelanda para luego ser vendida a una funeraria llamada Gee & Hickton en Lower Hutt. Justamente fueron ellos quienes modificaron el vehículo en el que alguna vez se trasladó la Reina Isabel II.
Gavin Murphy, gerente general de la funeraria, dijo al mismo sitio que se gastaron “cientos de miles de dólares” modificando y restaurando el Rolls Royce Phantom para dejarlo como una carroza.
Sin embargo esta no es la primera vez que se usa uno de estos modelos para transformarlo en vehículo fúnebre. De hecho, la funeraria AWLymn del Reino Unido cuenta con más de 30 modelos de Rolls Royce y Bentley.