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El año pasado salió de la línea de producción el nuevo Aston Martin DBX, el primer modelo en formato SUV del fabricante británico de autos de lujo, el que no solo representa la culminación de cinco años de arduo trabajo, sino que también un factor clave que podría definir el futuro de la compañía.
Aunque el constructor británico se sumó tarde a la moda de los Sport Utility Vehicle y lo hizo cuando casi la totalidad de los fabricantes ya tienen uno o más modelos en el mercado, lo cierto es que el DBX ayudó a impulsar fuertemente las ventas de la marca.
Así lo indicó la propia marca que informó de un aumento del 224% en las ventas a sus concesionarios, impulsadas por su primer vehículo utilitario deportivo DBX.
El detalle sostiene que el SUV representó más de la mitad de sus 2.901 vehículos entre enero y junio.
"Basándonos en el éxito de DBX, nuestro primer SUV, hemos entregado dos vehículos nuevos más y con lanzamientos de productos más emocionantes por venir, estamos bien posicionados para el crecimiento", dijo el presidente ejecutivo Lawrence Stroll.
El DBX está propulsado por un motor V8 biturbo de 4.0 litros, de AMG, que produce 542 Hp y 700 Nm de torque que le permite saltar de 0 a 100 km/h en solo 4.5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 291 km/h.